Día 5: Mafia

285 30 10
                                    

Kaiser había logrado atrapar a su asesino, no podía creer que se veía tan joven y eran casi de la misma edad.

— ¿Que hacemos con él? — pregunta su consejero y compañero de trabajo — ¿Baño de ácido? ¿Cortar su cuerpo en varios pedazos? ¿Se lo damos comer a los peces o a los cerdos?

Kaiser se ríe y toma el rostro golpeado del pequeño bastardo, paseando su daga favorita con hoja de plata y la empuñadura de diamante  por su rostro, haciendo que sintiera el peligro pero sin llegar a cortarlo.

— Es muy bonito para desperdiciarlo, además que prometí a los socios que no lo mataría — dice el gran jefe de la mafia Alemana levantándose y mirando a su servidor — Que lo bañen y lo envíen al hotel, tengo unas ideas para él~

— ¿Hablas en serio? — pregunta escandalizado su fiel sirviente — ¿Qué piensas hacer? ¿Y si es peligroso?

El rubio alto de mechas azules y ojos de color zafiro, lo mira con fastidio — Ness, ¿te diste cuenta de la idiotez que acabas de decir? Este trabajo esta lleno de peligro, solo busco un poco de diversión.

Ness se muerde lo labios, no quería ganarse una paliza por parte de Michael. Pero llevar al asesino a uno de los hoteles, podría ser de los más peligroso. Pero su jefe y compañero, casi no escuchaba sus consejos, solo esperaba que este idiota no lo matará por confiado.
######

Isagi cuando se despierta, lo primero que siente es un gran dolor de cabeza. Trata de moverse y se da cuenta que sus manos están atadas a algo, cuando se da cuenta de lo sucedido se levanta como puede y comienza a gritar — ¿Dónde está Bachira y Reo? ¡Exijo hablar con ellos! ¿Y por qué estoy encadenado a una cama?

Un rubio alto y hermoso sale del baño, Isagi creía que debía ser el baño. Porque el delincuente estaba con una bata de baño y el cabello atado.

— No grites, te dañaras las cuerdas vocales y en verdad deseo que te quedes ronco de otra manera — se burla el rubio acercándose a él.

Isagi se sonroja y trata de no mirarlo, tenía la bata desatada y podía ver su cuerpo desnudo.

— El chico abeja, el camaleón millonario y la linda princesa están a salvo, trabajando para mí — dice él rubio sentándose en la cama y sirviéndose una copa de vino blanco — Tú también debería hacer lo mismo.

— Jamás me uniré a ti — dice Isagi mirándolo con odio y moviendo las cadenas — Cuando me libere, te mataré.

— La ironía de la vida cariño, tus amigos se siente en libertad estando conmigo. No los persigue la policía y viven la vida como quieren, sin reglas y prejuicios estúpidos. Tampoco en un mundo de hipocresía y  con personas falsas.
El rubio se levanta de la cama y va hacia la ventana, mirando el paisaje de la ciudad.

— Ellos eran policías buenos y tú los llevaste al mundo del mal — dice Isagi con odio y moviéndose de la cama, tratando de liberar sus manos — ¡Regresa a mis amigos y mi ropa!

Kaiser se ríe y le responde mirándolo a su linda presa — ¿Yo soy el malo? Cuando la policía encubre a los verdaderos criminales de cuello blanco, donde la corrupción es tan obvia y donde los verdaderos asesino se salen con la suya.

— ¡Ustedes son los que lavan el dinero y hacen negocios sucios! — grita Isagi furioso moviéndose en la cama, alzando su torso y haciendo que la sábana se corriera, dándose cuenta que estaba completamente desnudo y la manta ahora solo le cubría su pelvis — ¿Dónde está mi ropa? ¿Abusaron de mí?

— Ni que tuvieran mal gusto, Hyoma dijo que tu ropa apestaba y ensuciaria las sábanas. Así que Meguru te la quito y dijo que te conseguiría otra, todavía Ness y You lo siguen esperando — comenta Kaiser — Tantas habitaciones y te dejaron en la mía, Ness dijo que era mi  responsabilidad por dejar a un tonto con vida. ¿Lo puedes creer? Soy el jefe y me tratan como niño pequeño, idiotas.

— ¿Que tengo de malo? — pregunta Isagi de mal humor y afilando su mirada.

— ¿Disculpa? ¿De qué mierda hablas? — contesta con otra pregunta el jefe de la mafia, mirando a Isagi con una ceja alzada.
— Dijiste que no tenías mal gusto, ¿sabias que tengo muchas admiradoras detrás de mí? — le responde Isagi ofendido por el comentario anterior del rubio — Además, ¿como que  You? ¿Hablas de Hiori? ¿También se unió a ustedes?

Kaiser no sabía que responder, estaba sorprendido por la respuesta tan egolatra del chico.

— Tabito lo convenció de unirse a nosotros, creo que le dio las cabezas de sus padres como regalo de compromiso...

— ¿Y que tengo de malo? — pregunta Isagi mirándolo fijamente a los ojos.

Michael se estaba preguntando muy seriamente, si ese chico en verdad estaba bien de la cabeza. Pero como no tenía nada mejor que hacer, prefirió seguir la corriente de esa hilarante conversación.

— No eres mi tipo, además que se nota lo inexperto. Me gusta las personas con más experiencia.

— Idiota — responde Isagi de mal humor y lo mira furioso.

Kaiser ya tenía un tic en el ojo, por la osadía del enano.

— ¡Por lo menos yo no soy el que está atado en una cama! — grita Kaiser acercándose a él y tomándolo de la barbilla, siendo testigo de la mirada desafiante del más joven — Eres un pequeño muy descarado.

— Este pequeño te puede enseñar muchas cosas y demostrar lo rápido que aprendo.

Kaiser tal vez se arrepentirá de lo que iba hacer, pero ese enano lo estaba desafiando. Con su sonrisa presumida y con su mirada desafiante.

Michael busco en una de las gavetas la llave para las esposas y soltó al pequeño rufián, de todos modos si intentaba escapar, el edificio estaba lleno...

Estaba mirando el techo y tirado en el suelo, ¿en que momento pasó?

— ¿Sigo siendo un novato? ¿Anciano? — pregunta Isagi con una sonrisa arrogante y encima de él, sosteniendo sus manos — ¿Ahora quién está en el suelo y atado de mano?

— ¿Me vas a matar? — pregunta Kaiser muy cerca del rostro de su captor — ¿Cómo lo harás?

Isagi se ríe y mira a su alrededor, buscando algo con que atarlo pero no encontraba nada y esas esposas eran muy incómodas. En eso se da cuenta que en la misma bata que usaba Kaiser, tenía la cinta para amarrarla, como pudo se la quito a Kaiser y le ato las manos.

Para luego colocar una expresión pensativa en su rostro, si solo hubiera aceptado los consejos de Bachira de como coquetear o los de Shidou. No estaría dudando de su siguiente pasó, sobre todo si Kaiser lo mira con una expresión de aburrimiento.

Baja la mirada y una idea le llega a la cabeza, lo único que recordaba de sus amigos es que casi, la mayoría de las personas tenían sensible el cuello.

Isagi suspira y se relaja, tenía que demostrar que era un profesional y no un novato. Ese rubio cretino se arrepentirá de decir que no era su tipo.

Isagi lo mira a los ojos y luego el tatuaje de cuello, antes de hacer alguno movimiento corre hacia la cama y toma una de las fondas de almohada, para enrollarla y colocarla en los ojos de Kaiser, como si fuera un antifaz.

— ¿Pero que diablo? — pregunta Kaiser al ver que Isagi en vez de matarlo, le tapaba los ojos. ¿Sería piedad?

Pero la sensación que sintió al minuto, fue todo lo contrario, pudo sentir algo cálido en su cuello y después una mordida.

Dios santo, hace tiempo que no tenía ese tipo de acción y el muy bastardo lo ataca en uno de sus puntos débiles, sobre todo donde esta el cuello.

— Mierda — dice Kaiser al sentir como Isagi le mordía la manzana de Adán y como sus manos recorrían todo su fornido pecho.

— ¿Ya no soy tan novato? — pregunta Isagi a su oído, para después besarlo y morderle la parte inferior de la oreja.

Diablos, era lo único que pensaba Kaiser. Si iba a morir de esa manera, el feliz de ir al infierno después de una noche llena de sexo.

Kiis WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora