II

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Todoroki no era de dormir mucho, por lo general solo necesitaba 6 horas y media de sueño y 5 si estaba minimizando sus descansos para entrenar su Quirk, pero desde ese día... Diría que dormir se volvió un completo desafío para su diario vivir.

Y cuando a penas lograba conciliar el sueño no es que tuviese la experiencia más agradable 

Salió disparada hacia arriba en su silla cuando el jadeo salió de su boca. Sintió que su corazón latía contra su pecho, amenazando con estallar fuera de él. Trató de aspirar aire en sus pulmones, trató de calmarse de nuevo, pero sus ojos miraban fijamente a la pared que tenía delante, como si ni siquiera estuviera allí, dudosa de lo que parecía haber estado viviendo, parpadeó casi de forma automática o más bien forzada buscado de alguna forma u otra la calma.

Eran demasiado recurrentes esas pesadillas...

Colocó su mano sobre su frente de forma temblorosa, mientras que apretaba los labios y cerraba sus ojos con fuerza, un sudor frío recorría su espalda, si no más bien todo su cuerpo, se sentía sin fuerzas.— ¿Lograste descansar?.— Preguntó Izuku que estaba justo a un lado de ella.

Ahora mismo se encontraban en el gran salón de la sala de la velación, ahora mismo solo se esperaban refugiarse de la lluvia que empezó a cubrirlos desde fuera. Justo para hacer más melancólico el día, tomó la palabra dentro de sus pensamientos sombríos.— Nah...— Fue lo único que mencionó mientras se empeñaba en dar lo mejor para no caer ante el sueño. Necesitaba mantenerse despierta.

Después de todo iba a escuchar los comentarios de la gente allegada a su familia y mostrar respeto a los abatidos en guerra y como nueva representante de los Todoroki's debía mostrar que la reputación de su padre aún se mantenía con ella.

 A fin de cuentas se lo debía y como la última Todoroki con vida. Cumpliría con esa voluntad

— Creo que deberías tratar de descansar más.— Mencionó el pecoso mientras miraba a su amiga, por otro lado, mantenía la mirada al frente viendo a algunos de sus compañeros repartidos por todo el gran salón hablando entre ellos o con extraños.

— No.— Contestó casi de forma inmediata mientras se forzaba a mirar hacia delante. Midoriya vio sus ojos hinchados e irritados, probablemente por la falta de descanso o por llorar tanto.— Tengo que mantenerme firme... y también recibir las condolencias de aquellos.— Vio de reojo a gente adinerada pasar por el salón, inversionistas o asociados en negocios de su padre.

Después de todo, la agencia de su padre aún se mantenía en pie gracias a ellos.

Shoko.— Ella no pudo evitar temblar al escuchar la voz de su amigo más cercano. Principalmente por ese siseo peligroso que estaba detrás.— Respira conmigo.— Citó las respiraciones que tomaba para tranquilizarse y aunque ella de mala gana acató las órdenes.— Esas personas pueden esperar.— Mencionó mientras que con su brazo bueno colocaba su mano en la espalda de la joven.— Y tampoco creo que tomen el tiempo para hablar mucho contigo. Considero que están más ocupados hablando sobre el testamento de Endeavor para tratar de ganar puntos contigo.— Mencionó lentamente mientras los veía desde lejos.

Ella hizo una mueca y siseó por lo bajo al ver a los oportunistas de sus colaboradores.

Izuku sonrió mientras veía a la joven dejar su faceta amargada, lo que había vivido había apagado cualquier rastro de positivismo dentro de ella por el momento.— Así que puedes aprovechar para tomar una pequeña siesta, si ocurre algo prometo despertarte.— Dijo el mientras miraba nuevamente al frente.— Recuerda.— Él la interrumpió antes de que tan siquiera hablara.—Respira...—

Resopló divertida al ver como las clases para calmar rehenes que tuvieron fueron usadas en ella, pero no contradijo e hizo lo dicho.

Shoko observó cómo Deku respiraba profundamente, una que trató de replicar. Su inhalación era tan inestable como ella en esos instantes, convirtiéndose en una serie de diminutos jadeos. Contuvo la respiración junto con él, incluso cuando sus maltratados pulmones rogaban por más aire. Exhaló junto con él, dejando escapar una serie de rápidas ráfagas de aire.

Que si bien no había logrado hacer que durmiese, logró calmar su mal genio.

XVIII: AftermathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora