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En medio de una lluvia torrencial que estaba cayendo esa noche, lo único que iluminaba el centro de la ciudad, era algunas luces de oficinas, de trabajadores que se habían quedado hasta tarde, quizás las luces de las alcobas de algunos estudiantes...

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En medio de una lluvia torrencial que estaba cayendo esa noche, lo único que iluminaba el centro de la ciudad, era algunas luces de oficinas, de trabajadores que se habían quedado hasta tarde, quizás las luces de las alcobas de algunos estudiantes que aún estaban estudiando, otras quizás eran de alguna madre que se había levantado a beber la leche de su recién nacido, todo parecía demasiado tranquilo de todos modos, todo se había quedado en silencio desde hacía un buen rato, excepto por la lluvia que no parecía que se fuera a detener en un buen rato. 

Sin embargo, la única luz que había en ese sitio, era la de la punta del cigarro que Chanyeol encendió se suponía que lo iba a dejar, pero pensó que necesitaba un respiro. Agradeció en silencio que el viento no lo hubiera apagado aún, ni las suave brisa que se colaba por ese edificio abandonado, que no era más que estructuras sin ventanas o paredes y ahora, una escena de que había terminado su trabajo. 

Chanyeol se llevó eso a la boca y maldijo, porque le supo a sangre, en realidad todo le sabía a sangre, quizás era porque aun sangraba de la boca, escupió en el piso y fue solamente sangre, lo que fue realmente malo, aun así, pensó que era momentáneo, no tenía sentido querer limpiarse con sus manos o ropa, porque estaba igual en todos lados. Si miraba a su alrededor, podía ver a todos esos hombres que habían tenido que terminar tirados en el suelo, uno tras otro, había sido un poco injusto eso de poner a cinco contra uno, pero Chanyeol había logrado hacerlo bien. 

Se suponía que tenía que terminar con solo dos tipos, de los que tenía toda la información en las carpetas en su auto, pero no los habían incluido en su trato cuando hablaron de cantidades, esperaba que le dieran mucho más dinero, porque eso había sido una molestía y él no trabajaba de gratis. 

Estaba tomándose un respiro luego de hacer su trabajo, todo eso le había tomado muchas horas, demasiadas horas, estirando su cuello de un lado al otro, mientras terminaba haciendo una mueca, realmente le habían dado unos buenos golpes está vez, eso era algo que no había esperado, su jefe había dicho, “Son pocos, esto será sencillo” pero no había sido para nada sencillo, ahora le dolía la cabeza. Chanyeol abrió y cerró un poco su boca, su mandíbula dolía demasiado y se llevó la mano ahí mientras se sobaba con cuidado, no era nada, estaría bien luego de una cerveza y una pastilla, sería bueno lavarse la boca primero o al menos conseguir agua. 

Chanyeol siguió fumando aún si sabía a sangre, aún muy levemente, podía sentir el sabor al tabaco, realmente no le importaba en lo más mínimo, eso lo estaba haciéndose sentir mejor, metió su mano libre dentro del bolsillo de su traje y suspiró, mirando la ciudad, esas luces de antes, queriendo como adivinar de qué eran, maldijo cuando apretó el cigarro entre sus labios y vio su ropa, todas ellas estaban completamente sucias. 

Ese traje era realmente costoso, mucho, había sido hecho a la medida para él por una marca de lujo que realmente le gustaba, por eso estaba hecho como un guante para su cuerpo, era de un elegante color negro, sin detalles del hilo, se veía realmente bien en él, ni siqueira llevaba corbata porque creía que ya se veía demasiado bien así. Su camisa también era negra, y llevaba esos gemelos de diamante que le gustaban tanto, incluso ellos estaban sucios, pero como si fuera una broma, sus ropas se veían más oscuros por toda la sangre, lo sentía más pesado, pero esperaba que no hicieran un desastre luego en su lavadora. 

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