En tiempos remotos un profeta advierte un caos eminente. Mónica descubre un secreto que su familia y el gobierno ocultan ¿Será capaz de descifrar la profecía?
Su deber es salvar al mundo contra ángeles y demonios, para ello debe reunir a otros chico...
Al tomar venganza, un hombre es igual a su enemigo, pero al pasar sobre ella, él es superior .
Francis Bacon
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Era de noche. Unas botas metálicas entraron por la sala del hospital, con un pelo largo y un rostro cubierto por el visor sobre sus ojos. Los guardias de seguridad la reviraron.
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—Tenemos un sospechoso en la sala cuatro, repito, el sujeto lleva puesto una armadura plateada.
Eloísa había salido a tomar aire fresco, los lugares lleno de gente le hacían sentir pequeña, no por su fuerza, sino por su introspección. Se recargó bajo la sombra de un árbol y tomó algo de comida, la pechuga rellena era su comida favorita, hacía tiempo que no probaba un manjar así.
Mónica abrió sus ojos —¿Cómo fue que llegué aquí? —tomó sus lentes—. ¿Cuánto tiempo más estaré en este lugar?
La mujer detrás de la armadura iba en dirección al cuarto de rehabilitación donde se encontraba Mónica.
—¿Le puedo ayudar en algo? —preguntó una enfermera.
Esta le atacó y salió del pasillo con el uniforme blanco, cambiando su apariencia. Buscó en la lista de pacientes el nombre de Mónica Daniela Urcino Bahena.
Karyme, la chica encargada del Staff el día de la conferencia estaba tomando sus prácticas en el hospital, era su primer día. Su asesora la llevó con la enfermera que la capacitaría en las áreas de medicina.
Su asesora le indicó lo que tenía que hacer, la llevó directo con la Sra. Esmeralda. Karyme con fe y a la vez con pasos indecisos se fue dirigiendo al lugar indicado, resopló unos segundos evitando una voz titubeante. Portaba su uniforme blanco, entre sus manos una abatelenguas para anotar el formato de registro de enfermería, su cabello era recogido por una dona color blanca.
