La Corona De Slytherin Draco Y Tn

VII

A decir verdad le había perdido el respeto al profesor Snape cuando lo vi en la mansión Malfoy.

Pero, sinceramente, si era de esperar.

Camine por los alrededores del castillo mientras observaba como las copas de los árboles más altos se mecían suavemente. La nieve ya estaba llegando y con ello las navidades. Aún quedaba un mes para diciembre, sin embargo, en el ambiente ya se podía notar la tensión pre-Navidad donde todos se vuelven locos tratando de enmendar sus errores y quedar bien. Demasiado tarde.

Mientras caminaba un alumno de primer año lloraba desconsoladamente, intenté ignorarlo pero sus llantos eran demasiado difíciles de obviar. Me acerqué cautelosamente y lo analicé, no tenía ninguna herida visible.

—¿Por qué lloras?

Pregunté bajando la cabeza para quedar un poco a su altura. El niño lentamente alzó la cabeza y con los ojos aguados respondió.

—Mis padres... — se sobó la nariz. —Estan en San Mungo...— Sollozó más fuerte. —Unos mortífagos los han atacado.

Énarque la ceja mientras me alejaba un paso prudente del niño, arrugué la cara y aparté la mirada.

No sabía que decirle, ahora yo pertenecía a ellos, prácticamente, pero algo me impedía simplemente no sentirme mal por el.

—Bueno pues... No llores. Así no solucionas nada.— Su mirada aguada se alzó reprimiendo un sollozo.— A demás todos en algún momento moriremos. No es nada nuevo.

Tal vez eso sobraba. El pequeño niño se levantó y se fue corriendo.

Que sensibles están los Ravenclaws últimamente.

~

Las palabras del niño no me las pude sacar de la mente por más que quisiera.
Traté de distraerme pero nada lo conseguía.

Fui a la enfermería necesitaba una poción para dormir sin sueños.

Ultimamente no he podido pegar ojo y eso me estaba afectando.

Madame. P me ofreció un frasco de la poción y me dió unas indicaciones que sinceramente no escuché. Solo quería dormir esta noche sin que nada me perturbara.

Camino al gran comedor Malfoy se encontraba con sus gorilas, Crabbe y Goyle.

Cómo siempre.

—¿No tienes más amigos, Malfoy?

Inquirí mientras recorría a los tres con mi mirada.

—¿Tu acaso tienes amigos, Ta?

Sus cejas se alzaron y los dos tontos comenzaron a chillar como Mandrágoras, les propiné una mala mirada mientras Draco me miraba escueto.

Sus ojos me habían estado perforado desde que había llegado, odiaba que hiciera eso.

—¿Quieres una foto?

El me otorgó una sonrisa ladina mientras con pasos lentos pero firmes se deslizaba hacia mí.

—Lo que quiero.— habló lentamente cerca de mi, provocando que su respiración chocará en mi cuello. —Es mi escoba.

Se alejó un poco si no antes alzar sus cejas en una mueca.

—¿Sabes lo que quiero yo de vuelta?

Cuestioné juguetona, sus cejas bajaron al instante y su expresión se tornó sería al momento obligándome a guardar silencio. Negué dispuesta a hablar.

—Oscausi.

Murmuró haciendo que mi boca quedase sellada al instante, intenté luchar contra el hechizo mientras el se acercaba.