Capítulo 5: " Los soberanos de Kermian"

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El rey esperaba alguna respuesta, impaciente, ya que su cuerpo se inclinaba de manera que estaba con ganas de oírnos hablar. Miré de reojo a mis compañeros. Al igual que yo, estaban inclinados ya que los caballeros nos habían obligado. Mis amigos mostraban cierto miedo al ver a aquel rey cosa que era imposible no tenerlo. Nunca me imaginé que un rey como aquel fuera tan tenebroso, aunque fuera un soberano, debería tener cierta empatía con los súbditos, o al menos eso creía. En cuanto la reina...seguía más metida en su burbuja que otra cosa. Podría haberla confundido con las innumerables columnas que se encontraban en la sala.

—Su alteza— me sorprendió escuchar la voz de Jacek aunque solo haya pasado una noche— pertenecemos al Escuadrón Rojo, los exploradores más importantes de toda nuestra galaxia.

El rey le miró, como si estuviera sopesando aquellas palabras.

—¿Qué galaxia?— preguntó, con la voz algo ronca.

—Andrix— respondió a su vez Jacek— fue destruida al igual que nuestro planeta, Ashiar.

Pude notar como la mirada oscura del rey, tomaba cierto brillo.

Jacek quiso acercarse un poco más, pero un caballero se lo impidió cortándole el paso con una lanza. El rey, le hizo un gesto para que le dejara avanzar.

—Su alteza— conjuntó, con el más respeto posible— mi nombre es Jacek, y soy el capitán de este equipo— se giró para darnos una mirada rápida a todos, luego, volvió a su pose inclinada— por la pérdida de nuestro planeta, tuvimos que huir y en nuestra huida, aterrizamos en el vuestro.

El rey se mantenía firme, sin un ápice de compasión tras las palabras de mi capitán. El mariscal, se puso al lado del rey.

—Mi señor, no deberíamos hacerles caso, pueden que estén mintiendo.

Eso hizo que mi sangre se helara.

—Con todos sus respetos, su majestad— comencé, intentando mantener el tono lo más amable posible— sólo le pedimos que empatice con nosotros, no somos malas personas, sólo buscamos misericordia.

Jacek me lanzó una mirada inquisitiva pero hice lo mismo que me hacía él, le ignoré.

Sentí la mirada sorprendida del rey pero a la vez, una burlona.

—No creo que sería conveniente teneros aquí — concluyó despectivamente— creo que os merecéis un cast...

—Padre— interrumpió Zedrik.

Alcé la mirada hacia él, sorprendida ante su desparpajo. El rey puso una mueca contrariada.

—Pierdes la confianza con nosotros y también la educación— musitó, disgustado— no es así como te he enseñado ,Zedrik.

Sentí su espalda tensa y erguida bajo su capa blanca.

—Padre, con lo que a mí me respecta, has enseñado a este reino a ser compasivo con el prójimo y veo que esa regla no la cumples.

Los caballeros cuchichearon ante la actitud que mostraba Zedrik, todos parecían impresionados con ese descaro. Yo era una de ellas. Me parecía increíble que una persona como él, que ni siquiera nos conocía, nos estaba defendiendo, implicando pelearse con su padre. Me parecía un acto valiente e admirable. El rey se levantó de su trono. Al estar encima de la tarima, se veía muy alto, pero aún así ya lo era de por sí. Le sacaría unos pocos centímetros a Zedrik, pero los suficientes para mantenerse imponente.

—Esa regla la impuse hace tres yaklums, antes del ataque de los Demons Kai — relató el rey, cortante.

Zedrik no quiso mostrarse inferior.

KERMIANWhere stories live. Discover now