Como podía retroceder el tiempo, y que todo volviera hacer como antes...
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—Guardaba las ultimas cosas que me faltaban por meter a la maleta. Tenía los audífonos puestos, pero eso no me ayudaba porque aún podía seguir escuchando los gritos de mi madre "Kyra".
Kyra—¡Apúrense, por favor! —exclamó mi madre con cierto desagrado. —Seguro que Laurel ya está a punto de llegar y nosotros ni siquiera hemos salido de aquí.
Nicolás—Relájate, mamá —le respondió mi hermano Nicolás mientras bajaba a la sala con dos camisetas. —¿Cuál de estas me pongo, la azul o la negra con letras?
Olivia—Ninguna —mientras me reía en su cara.
Nicolás—No te pregunté a ti —dijo molesto.
Kyra—Ponte la que quieras, ¿a quién quieres impresionar? Conoces a los chicos desde que son unos bebés. —Suspirando.
Nicolás—Bueno, quizás no a los chicos, pero nunca se sabe a quién podré encontrarme en el camino.
—Mi madre y yo nos miramos y rodamos los ojos ante las ocurrencias de mi hermano.
(............)
—Después de aquel momento, nos llevó otra media hora estar listos, pero finalmente salimos de casa y nos dirigimos a "La Casa de los Fisher".
—Susannah, amiga inseparable de mi madre desde que son unas bebés, una mujer que siempre había sido como una segunda madre para Nicolás y para mí, nos invitaba cada verano a su casa en la playa en Cousins Beach. En esa casa también se encontraban Jeremiah y Conrad, sus dos hijos con los que solía pasar la mayor parte de mi tiempo. Y, por supuesto, no podían faltar Steven y Belly, los hijos de Laurel, la otra mejor amiga de Susannah y mi madre a quien habían conocido en la universidad...
Kyra—¿Están emocionados? —preguntó mi madre mientras conducíamos. Yo estaba tumbada en los asientos de atrás, así que no le presté mucha atención.
Nicolás—Mucho.
—Una sonrisa apareció en el rostro de mi madre, pero rápidamente desvió la mirada al retrovisor y me observó acostada, absorta en mi teléfono y escuchando música.
Kyra—¿Y tú, Ollie? —preguntó mi madre, preocupada por mi falta de entusiasmo.
—Me quité los auriculares y respondí, con cierto resentimiento en mi voz...
Olivia—La verdad es que no estoy emocionada. Siempre es lo mismo. Yo quería irme de viaje a España con mis amigas.
Kyra—Cariño, sabes que esto es una tradición. Antes te emocionabas por venir aquí, pero este año has cambiado mucho.
