No hay despedida más agridulce que despedirte de tus amigos y compañeros de clase cuando se termina la escuela.
Es triste porque será la última vez que todos estarán juntos como compañeros, que compartirán las mismas risas, los mismos deseos, los mismos recuerdos y la misma amistad. Es alegre porque se cierra un ciclo en tu vida, ellos fueron parte de ella y tú de la suya. Se recordarán esos momentos como los mejores, los motivos para reír y llorar quedarán en la memoria, los "no me olvides" escritos en algún lado que no venían con nombre y pero no olvidaremos lo importante que fueron. Cada uno irá por su propio camino en la vida, algunos irán juntos más adelante, otros se separarán para siempre.
Tal vez algún día después de muchos años nos encontremos en la calle con nuestros futuros ya hechos y ni siquiera recordaremos nuestros nombres, pero eso no va a tener importancia, porque el recuerdo de lo que se vivió juntos todavía se sentirá cálido una vez que pensemos ello, porque por más extraños que nos convirtamos algunos estaremos en contacto por más tiempo, de algunos recordaremos hasta los apellidos. Me pregunto si todavía recordarán mi apellido en unos cuantos años y si yo recordaré los suyos. Yo siempre recordaré su amistad y lo que compartimos que será suficientemente importante para no olvidarme nunca de ustedes, aunque olvide sus apellidos.
