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El sol se ocultaba dejando a su paso hermosos colores vivos, la luna se alzaba llenando el cielo de negro y azul. Una larga alfombra roja guiaba a los invitados hacia el jardín repleto de mesas y sillas, había papeles con sus nombres en el lugar donde tenían que sentarse, una larga barra de bocadillos dividía el jardín, en medio de todo eso había una banda tocando música clásica. Las mujeres vestían costosos vestidos, con aretes de oro y plata, sus cabellos planchados o rizados, eran simples pero elegantes.

» Los hombres vestían un típico traje formal negro, algunos más originales fueron de tonos azules, pero predominaba el negro. Estados Unidos y Honduras bajaban con sus disfraces humanos (a petición de Honduras), buscaron sus nombres y cuando los encontraron se sentaron. Sus trajes no eran nada del otro mundo, excepto que ambos llevaban marcuenillas de oro con la inicial del otro.

Los invitados charlaban y bailaban animadamente, pero ellos hablaban entre susurros en español. Estados Unidos sentía que había algo mal, pero no podía descrifrar que era, eso lo llenaba de cólera consigo mismo, ¿qué clase de novio no podía averiguar y entender que incomodaba a su pareja?

Una cuchara contra una copa de vidrio sonó, todos los invitados dejaron de hacer lo que estaban haciendo y voltearon a ver al anfitrión. — Dear guests, it is a great honor to have you all at this party, thank you very much for coming. I hope everyone is enjoying the music and snacks. I would love to have you at the lake at 12 pm to watch the fireworks. Thank you so much for being there. — Finalizó y le lanzó una sutil mirada a Estados Unidos.

Reino Unido, a diferencia de ellos, no llevaba un disfraz, estaba completamente tranquilo mostrando su bandera. Se acercó a la pareja y habló con Estados Unidos ignorando completamente al latino. — Why are you in your costume? Here you can take that thing off and show your true colors, America. — El estadounidense miró a Honduras con cierta inseguridad, no quería hacer algo que a su pareja no le gustara.

— I will think about it. — Reino Unido trató de persuadirlo, pero Estados Unidos le dio la misma respuesta una y otra vez hasta que se cansó y se fue. Durante todo es rato, Honduras estuvo callado, con la mirada en cualquier persona menos en Estados Unidos y Reino Unido. Una vez estuvieron relativamente solos, Estados Unidos se sentó y tomó la mano de Honduras con delicadeza.

— You don't feel comfortable, do you? You know that if something makes you uncomfortable you can tell me and I will talk about it with UK, or if you want we can go to our room and stay there all night. — Honduras alzó la mirada y vio a Estados Unidos, sus ojos azules hacían un perfecto contraste con su blanquecina piel y su cabello, que era de un rubio platinado. Inhaló y le dedicó una tierna sonrisa, unos preciosos hoyuelos aparecieron en su rostro.

— Estoy bien, tu tranquilo. — Aquello era claramente una mentira y ambos eran muy conscientes de ello, pero uno de ellos no sabía por qué mentía el otro. La noche transcurrió con cierta normalidad, algunos invitados bailaban al compás de la música, otros bebían champagne o whisky y otros tantos comían pequeñas porciones de la barra. Cuando el reloj marcó las once con cincuenta, todos los invitados dejaron lo que estaban haciendo para dirigirse al lago.

» Guiados por una alfombra roja, todos se quedaron encantados al ver la orilla del lago, que tenía varias mesas que eran adornadas con elegantes floreros, cada mesa tenía una botella de vino tinto y un par de copas de cristal. Los invitados empezaron a sentarse mientras que el anfitrión y su pariente se quedaron parados esperando a que todos los invitados se sentaran. Honduras se quedó parado porque en ese momento era como una oveja.

La última mesa libre tenía solamente dos sillas dejando quitos a las representaciones, ellos eran tres así que uno de ellos tendría que quedarse parado. Reino Unido tocó el hombro de Estados Unidos, quien volteó con tranquilidad. — United States, may I speak to Honduras for a moment? I just remembered something I've wanted to tell him since the party started.

— Oh, sure. — Volteó a ver a su novio quien a pesar de estar quieto tenía una expresión nerviosa e intranquila, el aura que desprendía Honduras no le gustaba para nada, era la misma aura de inseguridad que tenía cuando se conocieron. Mas ignoró su instinto y le dedicó una sonrisa al latino. — I'll be waiting for you honey.

Con una amable expresión Reino Unido tomó a Honduras de la mano y lo jaló hasta el jardín principal, una vez estaban completamente solos la personalidad de Reino Unido dio un giro de ciento ochenta grados. Miró al hondureño con ojos fríos y le apretó la muñeca con fuerza. — ¡Ay! Suéltame. — Chilló Honduras. Reino Unido lo fulminó con la mirada haciéndolo callar.

La fuerza en su muñeca aumentó y, por primera vez desde que conocía a Reino Unido, quiso salir corriendo, pero sabía que no podía, no era su territorio, tampoco estaba seguro de sí, Estados Unidos le creería a él o al inglés, ni siquiera estaba en algún hotel para esconderse. Reino Unido conocía ese castillo como la palma de su mano así que no podría esconderse. — Hear me out, Honduras, I don't like or approve your relationship with America. — Su voz era áspera. — I want you to get away from him, he is too much for you...

Lo soltó con brusquedad y se fue al lago, sin siquiera revisar si le fracturó algún hueso o si le dejó algún moretón. Honduras estaba estático, su disfraz cayó dejando ver sus hermosos (y ahora apagados) colores, cuidadosamente tomó su muñeca y se dirigió a la habitación que Reino Unido les había dado. No se molestó en ir donde su novio e inventarle alguna excusa para poder irse a la cama rápido, simplemente entró y se echó en su cama, no se cambió de ropa, no tenía fuerzas.

***

— UK, where is Honduras?

— He said he didn't feel very well so I tell him to go to sleep. — Estados Unidos se extrañó un poco, durante toda la noche no había visto que Honduras diera señales de estar enfermo, a lo mucho de incomodidad por estar rodeado de personas de clase alta. Sintió como si una delgada aguja se le clavara en la piel, como queriendo decirle que algo no estaba bien, pero no cuestionó a Reino Unido.

Amehondu // 30 días OTPTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang