Capítulo 17.

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GP. De Emilia-Romagna.

—¿Por qué tenemos que subir un maldito costal de box? —Charles llevaba cinco minutos quejándose de aquello— ¿Por qué no puedes ser alguien normal y hacer una reservación en algún lugar lindo?

—Yo creo que esto es aun mas lindo que un restaurante elegante —Lando era partidario de cualquier acto romántico o demostración de afecto real.

—Solo hazlo y deja de quejarte. —Max estaba utilizando toda su paciencia, que de por si era poca, con aquellos chicos.

—Somos pilotos, no tus decoradores personales —George estaba exhausto y aun tenían que ir a la clasificación.

—¿Qué paso con eso de soy como tu hermano? —Max recurrió a su ama favorita, el chantaje y la manipulación— si de verdad lo fueras, no estarías quejándote, ni tampoco tu Charles, el único aquí que siempre está de mi lado y me apoya es Lando, por eso es mi favorito.

Lando sonrió con suficiencia y continuo su trabajo, mientras les lanzaba miradas de superioridad a los otros dos. Charles y George también siguieron con su trabajo, pero estos murmuraban maldiciones en distintos idiomas.

Una hora después terminaron todo el trabajo, habían desperdiciado casi todo su tiempo libre después de las ultimas practicas haciendo aquello y ya casi era hora de la clasificación.

***

Sergio no sabía donde se había metido Max durante todo el día, no se habían visto aquella semana y el neerlandés parecía estar evitándolo ahora que por fin estaban juntos, lo más probable era que estuviera molesto por aquella confusión y por el hecho de que no vivían juntos.

Norris, Leclerc y Russell también habían desaparecido, por lo que era probable que estuviera con ellos, Max apareció hasta la hora de la clasicificaión y prácticamente ni le dirigió la palabra, solo le deseo suerte antes de irse a su garaje y después de las entrevistas y la celebración del equipo por la pole de Max, este desapareció de nuevo.

—¿Pelearon? —la voz de Horner lo saco de sus pensamientos— quiero decir, tu y Max

—Ni siquiera yo lo sé, solo ha estado algo extraño estos días, puede ser todo el estrés que paso la semana anterior con el asunto de Haylie.

—Debe ser eso —estuvo de acuerdo el mayor— tampoco yo he tenido oportunidad de hablar con él estos días.

En ese momento un texto de Max le llego, pidiéndole que lo viera en la bodega que un año antes había utilizado para que Max sacara su frustración con aquel costal.

Sergio estaba convencido de que Max querría tener sexo en aquel lugar, siempre que se veían en las bodegas era para aquello, pero después de haber sido magistralmente ignorado todo el día, no estaba de humor.

Estaba listo para hacerle saber a Max aquello, pero se llevó una sorpresa en cuando abrió las puertas de aquella bodega.

El lugar parecía completamente otro, estaba totalmente desocupado, salvo por dos sillas y una mesa en el centro, decorada con un pequeño florero y un mantel blanco, también había colgado un costal de box, como él había hecho el año anterior en ese Gran Premio días antes del aniversario luctuoso de Juliette.

Sergio sintió que su corazón se hinchaba de emoción dentro de su pecho, Max era una persona que solía demostrar su amor de formas no tan expresivas, aquello era algo muy significativo para él.

—¿cuándo hiciste todo esto?

Max sonrío satisfecho al ver la emoción en la cara de Sergio.

—Hoy, Lando, Charles y George me ayudaron un poco.

Crowns & Hummingbird. [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora