T¹|| 𝓛𝓪𝓼 𝓰𝓪𝓵𝓵𝓮𝓽𝓪𝓼 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓯𝓸𝓻𝓽𝓾𝓷𝓪

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Un nuevo día comienza en Ciudad Cubo, con la peculiaridad de que el día estaba lluvioso

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Un nuevo día comienza en Ciudad Cubo, con la peculiaridad de que el día estaba lluvioso. Mientras tanto, en una de las residencias una nena de casi ya cuatro años miraba hacia afuera mientras abrazaba a su mascota con una mano y en la otra su inseparable peluche de un canino negro.
Dentro del hogar, también se encontraban dos chicos jugando sobre un tablero.

—¡Fue cinco, por fin! ¡Saco ficha! —celebró alegre Raptor.

—Te toca Mike.

Ambos se despegaron de la ventana y regresaron a la mesa donde jugaban.

—¿A ver qué tengo que hacer?

La niña comenzó a buscar algo entre el tablero que le diera una pista de lo que tenían que hacer, nada tenía sentido, excepto tal vez los dados.

—Pues lo mismo que antes, tirar el dado —señaló obvio Trolli.

—Este juego es un rollo —se quejó el perrito y abrazó a su dueña menor—. ______ y yo queríamos ir a Mega Park.

—No podemos Mike, el veterinario dijo que tienes que descansar y además está lloviendo, ______ se puede enfermar.

—No se enferma, te lo prometo. Podemos ir en el auto y esperar dentro hasta que deje de llover —propuso y tiró los dados.

—Sí Tolli, te pometo que no voy a efemal —la niña se zafó de los brazos de Mike y se fue a abrazar al mayor tratando de convencerlo.

—¡Ocho Mike! Significa que puedes comerte la ficha roja —dijo Raptor y el cachorro se lo tomó demasiado literal.

—Bueno... algo es algo —agarró la ficha roja y se la metió a la boca masticandola.

—¡¿Qué haces Mike?! —preguntó asustado el ojiverde al ver cómo masticaba un pedazo de plástico.

—Lo que me haz dicho.

—¡No Mai' eso no come! —la asustada ______ salió disparada soltando su peluche y comenzó a golpear, no tan fuerte, la espalda de Mike.

—Se refería a que te comieras la ficha en el juego —señaló el tablero.

—¿Tambien el juego?

—¡Escupela Mike! —ordenó el ojiazul.

—Tarde —dijo el canino pasándose la ficha, la niña suspiró resignada dejando de golpear al can.

El sonido del timbre interrumpió la discusión que tenían, Mike de inmediato se levantó de la silla dispuesto a abrir la puerta. Era la comida.
Rápidamente ______ se apresuró a sentarse dónde antes estaba su mascota, bien lo dice el dicho, el que se fue a la villa, perdió su silla. La voz de Timba se hizo presente.

—¿No le habías avisado?

—Es que si les llego a avisar me habrían dicho que no —el azabache señaló por encima de su hombro a la niña que se encontraba detrás de él.

¡¿Una niña?!Where stories live. Discover now