Dance at midnight [Frerard]

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La imagen en el espejo se distorsionó, una figura poco clara de su ser apareció en aquel reflejo, su rostro se veía borroso y sin características, un vacío infinito. Entonces llegó a su mente la siguiente incógnita: "¿Qué soy?", se preguntó a sus adentros en un suspiro ahogado. "¿Soy un hombre, o una mujer? ¿Qué quieren los demás que sea?" Se sentía una cáscara vacía, sin identidad y odiaba aquel sentir.

Desde que anunciaron el gran baile de graduación, Gerard se imaginó luciendo un hermoso vestido, importándole poco y nada la opinión de los demás, sin embargo, la realidad no se le asemeja ni un poco, todos los días debe lidiar con miradas juzgonas, risas a sus espaldas y susurros por los pasillos debido a su apariencia "femenina", usar un vestido en el baile sólo intensificaría aquello.

Resignado, procedió a buscar su horrible y común traje negro, ignorando a quién entró a su habitación sin tocar.

–¿Esta noche irás con eso?– Preguntó Mikey apoyado en el marco de la puerta, el pelinegro se limitó a asentir. –No es para nada tu estilo, ¿sabes?– Gerard rió manteniendo su aura de tristeza.

–No tienes que decir lo obvio, de todos modos no tengo nada más.

–Te equivocas hermanito– Mikey corrió hasta su habitación dejando al mayor de los Way perplejo, volviendo poco después con un elegante vestido entre sus manos. –Te ví en aquella vitrina, como tus ojos brillaban al mirar cada detalle de la tela, supuse que no te animarías a comprarlo así que lo hice por tí– Gerard contuvo el aliento mientras lágrimas caían por sus mejillas, no podía creer lo que veía.

–Mikey, es precioso– Dijo el pelinegro mientras acariciaba la tela delicadamente, temiendo que con su toque esta se arruinara o destrozara. –Agradezco profundamente este obsequio, sin embargo, no creo que sea correcto usarlo, si voy con vestido la gente te molestará, no podría permitir que seas ridiculizado por culpa de tu hermano gay.

–Para mí lo más importante es velar por tu bienestar y felicidad, la opinión ajena no me afecta en lo más mínimo, me sentiría orgulloso de que mi hermano decidió romper los roles de género y asistir a la fiesta más importante del año con un hermoso vestido–. Aquellas emotivas palabras lo hicieron armarse de valor, tenía razón, si él no cambiaba aquel pensamiento equivocado y retrógrado, ¿quién lo haría?, Su rostro de profunda tristeza se transformó en una amplia sonrisa, como un arcoíris luego de la tormenta y sin emitir palabra, Mikey lo entendió todo.

Su percepción ante el espejo había cambiado, ya no veía a una persona vacía, borrosa. Sólo podía apreciar a un lindo chico usando el vestido de sus sueños. Mikey le había ayudado con el peinado y maquillaje, aplicando una suave sombra rosa en sus párpados, acompañado de un pequeño delineado y rubor en sus mejillas, haciéndolo ver adorablemente hermoso.

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A penas pisó aquel elegante salón, Gerard se hizo notar, su largo vestido color rosa era sin dudas el más hermoso en todo el baile. Aunque los comentarios maliciosos no se hicieron esperar, en cada paso que daba podía sentir las miradas sobre él, mientras emitían un sonido de sorpresa ensordecedor, anonadados por ver al "maricón del año" luciendo más bello que cualquiera en la fiesta.

–Qué repugnante, ¡miren a ese hombre disfrazado de chica!

–Oh, ¿viste al afeminado de allá?, ahora llegó más lejos, no solo es afeminado sino que se cree mujer y viste como una.

Lágrimas se acumularon en sus ojos limitando su visión, podía oír las risas a sus espaldas aún cuando se encontraba alejado de aquel gran tumulto. Había sido tan inocente al creer que las cosas esa noche irían bien.

Lentamente e inseguro se acercó a la mesa de ponches, su único plan era beber algo de cóctel frutal, esperando impaciente que la noche terminara. Llevó el vaso a sus labios degustando el trago, su sabor era amargo y nauseabundo, sin embargo, nada podía ser más amargo que está velada.