Algodón de Azúcar

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Raven miraba al cielo, las estrellas siempre se veían mejor en Smallville, brillando alto en la serenidad de la noche. Observar el cielo desde el porche de la granja siempre fue algo que le ayudaba a despejar su mente, aunque últimamente este no era el caso.

Almas gemelas.

El concepto era un constante pensamiento en su mente desde aquel día en el cual Damian Al Ghul la dejó en la atalaya. Pactaron una promesa al destino, y ahora que finalmente sus caminos se habían cruzados, la idea parecía tan descabellada como irreal.

Lo que ellos tuvieron fue una casualidad de una vida pasada, dudaba que esa historia se volviera a repetir. El joven pudo haber despertado miles de sensaciones en su interior, pero la indiferencia con la cual la trató, incluso tras ese beso, le hacia pensar qué tal vez el destino había cometido un error.

¿Cómo podría ser él tan diferente a la persona que se mostraba en sus sueños, a esa personal por la cual sintió tanto amor?.

Sería mejor olvidarse de él y de esa tontería de las almas gemelas, no eran más que un mero cuento de antaño. Era una locura extrañar una vida que apenas recordaba, debía ser más agradecida con lo que tenia; su equipo, su familia, su hogar, su familia...

Tenía más ahora, pero entonces, porque existía un vació en su pecho que cada vez se volvía más hondo. No quería revivir lo malo, pero al mismo tiempo, deseaba aún sentir los buenos momentos de algo que aparentemente nunca existió.

Suspiró profundamente bajo el brillo de la luna. Se recargó sobre el barandal del porche esperando olvidarse de una buena vez de esos ojos verdes que la acosaban.

"Es hora de dormir linda. ¿Por qué no entras?."

Raven sonrió ante la suave mano cayendo sobre su hombro, giró el rostro para tomarse con unos ojos purpuras que casi igualaba a los suyos, los cuales siempre reflejando ese calor maternal que la periodista tenía para ella.

"Me quedaré afuera por un momento más, Lois."

"¿Segura?." Lois regresó, su expresión volviéndose insegura ante el cabeceó de la más joven. "Bien, pero no te quedes mucho tiempo. Hace frío."

"No lo haré, buenas noches."

Lois se le quedó viendo, la tensión en sus labios dejando en evidencia que sabía que algo carcomía su mente. Después de todo, la conocía demasiado bien. Era su hija.

"Bien. Buenas noches, mi linda niña."

Al final, la mayor solo le regaló una confidente sonrisa, dandole un ultimo apretón a su hombro antes de regresar a la casa.

Lois se marchó, dejando un claro de angustia en su camino. Estaba preocupada por ella, y le hubiera gustado hacer algo por ayudarla. Pero respetaba los limites de la mitad demonio sin presionarla. Sabiendo que la joven la buscaría cuando esta necesitara de ella.

Lois siempre fue un apoyo en su vida, pero Raven desconocía qué tanto la reportera podría hacer para ayudarle contra las adversidades de un mero sueño.

Quizo reír, por alguna razón, contar con Lois como aliada en un apocalipsis no sonaba como una idea del todo descabellada. Se preguntaba, qué tanto le faltaba por recordar de su vida pasada.

Constantine creía que su sueño era más que una promesa al destino proclamada por dos jóvenes enamorados. Era una advertencia de un futuro que ni siquiera el Flashpoint tuvo el poder de borrar. Aquel fatídico final se volvería a repetir y si no actuaban pronto, las muertes y la destrucción arrasarían con la tierra.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2023 ⏰

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