Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 17

268 17 0
                                    

"𝒀 𝒔𝒊 𝒕𝒆 𝒅𝒊𝒈𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒆𝒏𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒎𝒆 𝒍𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒏 𝒔𝒂𝒄𝒂𝒓 𝒕𝒖𝒔 𝒃𝒆𝒔𝒐𝒔"

El sonido de los motores rugiendo llenaba el aire cuando Max y yo aterrizamos en Silverstone, Inglaterra, para el Gran Premio de Fórmula 1. El ambiente estaba cargado de emoción mientras nos dirigíamos al circuito. Si bien estábamos emocionados por la carrera, ambos sabíamos que enfrentaríamos desafíos en ese lugar.

Además, iba a ser la vuelta anticipada de Charles a Ferrari. En un principio, acordaron que hasta 2024 no podría volver, pero...bienvenida sea la corrupción...

El día de la carrera llegó, y la tensión en el paddock era palpable. La rivalidad entre Max y Charles se sentía más intensa que nunca, y sabíamos que tendríamos que enfrentar esa situación.

–Ari, quiero que sepas que estaré a tu lado durante todo el fin de semana. No voy a dejar que Charles te haga sentir incómoda– me aseguró Max mientras me tomaba de la mano.

–Lo sé, Max. Juntos podemos enfrentar cualquier cosa– respondí, apreciando su apoyo incondicional.

La carrera comenzó y Max estaba decidido a demostrar su habilidad en la pista. Rápidamente se colocó en una posición destacada, pero sabía que no sería fácil mantenerla. Los adelantamientos y las luchas en la pista se intensificaron, y cada vuelta era una prueba de habilidad y estrategia.

Mientras tanto, Charles no opinaba lo mismo. La relación tóxica que habían tenido en el pasado le seguía afectando y estaba decidido a hacerle saber a Arianne lo que pensaba.

Durante una pausa en la carrera Por una bandera roja, Charles se acercó a Arianne en el paddock. Su mirada era fría y desafiante.

–¿Qué haces aquí, Arianne? Deberías estar apoyando a tu novio en lugar de estar cerca de tu ex– dijo Charles.

–Estoy aquí porque quiero. Por Max. No por tí.

–Él solo te utiliza para su beneficio. No te engañes, Arianne. Eres solo una distracción para él en la pista– replicó Charles, tratando de sembrar dudas en mi mente.

–No es cierto, Charles. Max y yo nos apoyamos mutuamente y somos felices juntos. No tienes derecho a juzgar nuestra relación– le contesté con determinación.

Charles soltó una risa burlona y se alejó, dejándome con una mezcla de emociones. Sabía que Charles estaba tratando de manipularme, pero no iba a dejar que sus palabras afectaran mi confianza en nuestra relación. ¿Pero y si tenía razón?

La carrera continuó, y la batalla en la pista se intensificó. Max demostraba su talento y habilidad, mientras que yo lo animaba desde el box con el corazón en la garganta.

En un momento crucial de la carrera, Max y Charles se encontraron cara a cara en una curva. La rivalidad entre ambos se hizo evidente mientras luchaban por la posición. Por un instante, temí lo peor, pero Max logró mantener el control y tomar la delantera.

La carrera llegó a su fin, y Max cruzó la línea de meta en una impresionante victoria. El paddock estalló en aplausos y celebraciones mientras el equipo de Red Bull celebraba el triunfo.

Victoria, la hermana de Max, se acercó a mí con una sonrisa y me abrazó.

–¡Felicidades, Arianne! Max ha hecho un trabajo increíble– me felicitó.

–Gracias, Vic. Estoy muy orgullosa de él– respondí, emocionada por el logro de Max.

Mientras celebrábamos, Charles se acercó a nosotros con una mirada de resentimiento.

–Fue solo suerte. La próxima vez no será así– dijo Charles, tratando de minimizar la victoria de Max.

–La carrera ha terminado, Charles. Déjalo ir– intervino Max, mirándolo con seriedad.

Charles nos lanzó una última mirada de enojo y se fue, dejándonos a Victoria y a mí con una sensación de alivio.

–No te preocupes por él, Ari. Está celoso y no puede aceptar que tú y Max estéis juntos– me dijo Victoria, mostrando su apoyo.

–Bueno, dejémoslo hacer sus gilipolleces. ¿Qué os parece una cena en familia? ¿Ari?

–Si viene tu madre voy yo también– sonreí a Sophie.

Tras cambiarnos, fuimos a un restaurante muy conocido cerca de Silverstone. Fuimos solo los cuatro, Max, Victoria, Sophie y yo.

–¿Te acuerdas cuando te dije que a Max le gustabas? Aquella vez en la cocina...– comenzó Victoria.

–Y tenías razón.– reímos– En ese momento no me lo podía imaginar.

–Me tenías loco, que lo sepas– confesó Max –Pero en ese entonces estabas con el capullo y yo tenía que respetar hasta cierto punto.

–Pues aquel día en el coche se te olvidó que tenía novio– sonreí.

–He dicho hasta cierto punto, Ari– me lanzó una mirada.

–Vale, vale. Lo pillamos.– rió Sophie– Eres una buena chica, Arianne.

La familia de Charles jamás me decía esas cosas. A su madre no le caía especialmente bien y Lorenzo siempre decía que yo era demasiado para Charles. Arthur era el único al que lo consideraba mi amigo.

Una pena que al alejarme de Charles, tuve que alejarme de Arthur también.

–Gracias Sophie.– la dije.

Desvié la mirada a una mesa del fondo. Me pareció ver a Charlotte Siné mirarme y salir por la puerta.

–Ahora vengo, voy al baño– me levanté para seguirla.

Salí del restaurante y la vi meterse hacia un callejón. Ahí estaba. Me acerqué a ella.

–¿Ahora me sigues?– la enfrenté.

–Charles ha vuelto a correr antes de tiempo.

–Mira Charlotte, estoy con la familia de mi novio cenando. Dime algo que no sepa ya.

–Que tiene comprada a la Federación.

–Cualquiera que tenga un poco de dinero puede comprar a la FIA.

–Arianne no lo entiendes. Quiere sacar a Max de la ecuación. Como sea.

–¿De qué hablas?– comencé a preocuparme.

–De que el accidente que tuvo Max hace una semana no fue error suyo. Hay dinero de por medio, date cuenta.

–¿Ahora también van a meter a Max en todo este lío?

–Él aceptó salir contigo. Sabía donde se estaba metiendo. Yo si fuese él tendría cuidado de quién toca mi monoplaza.

–Hay treinta mecánicos por GP. ¿Insinúas que le sabotearon?

–Insinúo que la Fórmula 1 de hoy en día se mueve donde haya dinero. Y les da igual la seguridad de sus pilotos, ellos quieren millones y millones. Si mantienen circuitos peligrosos como Spa por dinero o hacen 3 GP en países árabes, son capaces de esto.

Ella se fue por donde vino ignorando las muchas preguntas que tenía en ese momento.

Ahora tenía que fingir que todo estaba bien, que no temía por la vida de Max.

_____________________________________________

Me gustó escribir este capítulo, algo diferente...

Tres capítulos en 24 horas. Tengo aún más borradores que editar JAJAJ así que tendréis más capítulos aún estos días.

Espero que les esté gustando este libro tanto como a mí. Os quierooo!!

Lea Hernández

𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑩𝒊𝒑𝒐𝒍𝒂𝒓 // 𝑴𝒂𝒙 𝑽𝒆𝒓𝒔𝒕𝒂𝒑𝒑𝒆𝒏Où les histoires vivent. Découvrez maintenant