Capítulo 11: mercancía o muerte.

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Pov: Becky

Había pasado una semana desde que empecé a trabajar con la señorita Chankimha en su casa porque ella se negaba a hacerlo que cualquier otro lugar, Milo me acompañaba algunos días, cosa que no lograba entender debido q la actitud de la dueña como siempre grosera, aun así, el parecía tenerle cariño

Ese día como de costumbre Zack timbro en mi puerta y Milo y yo salimos de inmediato para iniciar el típico recorrido hasta la lujosa casa, una vez allí Milo saltaba de la camioneta y corría a la puerta y saludaba a Mindy muy feliz

-Buenos días niños, pasen- nos invitó Mindy

-Gracias- respondimos casi al tiempo

Milo corrió hacia la sala de estar y Mindy me frenó agarrándome del brazo

-Nena, te advierto que la señorita Freen no está de buen humor hoy, en la mañana recibió una carta anónima que amenaza a con hacerle daño a su padre dentro de la cárcel si no conseguía una mercancía que nunca entregó- me contó en tono muy bajo

Suspiré temiendo el día que me esperaba, ya es costumbre el mal trato de la chica, pero cuando está de mal humor es más grosera de lo normal

-Está bien Mindy gracias por avisarme, así me preparo- dije en tono de chiste

-Iré a avisarle que llegaste, permiso- dijo antes de subir las escaleras

Minutos después la chica vestida con camisa blanca con transparencia y tenis bajó detrás de la mujer

-Freeen- gritó Milo corriendo hacia ella terminando con un abrazo a la altura de su abdomen

Abrí los ojos sorprendida por el saludo, pero aún más asustada por la reacción que la chica podría tener con Milo

-Milo, no hagas eso, ven acá- lo llamé, pero me ignoró

-vaya, hace muchos días no venías verdad? - preguntó quién recibía el abrazo

-Solo fueron 3 días- respondió Milo mientras se reía

-Bueno pues yo creí que te habías olvidado de mi- respondió ella fingiendo estar triste

-Culpa a Beck, ella no me despierta para venir y se va sola- me culpo

-Sabes? Emily está haciendo figuras con plastilina arriba, quieres ir?- respondió ignorando lo que mi hermano dijo

Milo asintió contento y ella lo tomó de la mano y lo llevó arriba para después volver al primer piso

-Buenos días- la salude con miedo

Ella caminó hacia el estudio sin responder y yo simplemente la seguí sentándome en el mismo lugar de los últimos 7 días

-buenos días? - preguntó esta vez mientras ponía una hoja arrugada frente a mi

La tomé y en ella había una foto de su padre con sangre en la cara y abajo de la foto una frase: "mercancía o muerte" advertía la nota firmada por un tal Russell

La chica frente a mi tenía los ojos llorosos, lo noté, aunque intentaba disimularlo

-Sabe a qué mercancía se refiere? - pregunté

-Si supiera la habría entregado, así como he estado entregando muchas más- soltó de repente

-Ha estado entregando las drogas usted misma? - dije sorprendía

-Que más podía hacer- susurró

-Eso no es solo muy peligroso, sino que además cualquier testigo la podría acusar y ese sería el final- la regañé -Hay personas a las que su padre les pagaba para hacer eso-

-Genial, más cómplices- soltó

-No es lo ideal pero menos lo es que usted se arriesgue de esa forma- le respondí preocupada por el caso y tal vez un poco por ella

Recostó su cabeza hacia atrás y la frustración era más que evidente

-No se preocupe, vamos a solucionar esto- intenté tranquilizarla

-Y cómo?, ya estoy harta de esto, estoy harta de acostarme pensando en que mierda tengo que entregar, en quien va a consumir las cosas que entrego y miles de cosas que se pueden hacer y son culpa de mi padre y ahora, gracias a usted son culpa mía también- gritó

-Por qué sería culpa mía? - dije alzando la voz un poco

-Porque yo decidí que no iba a ser parte de esto hasta que usted llegó diciendo que podrían hacerle daño a mi hermana, porque usted me ayuda a planear cosas para que nadie descubra que estoy en esto, por hacer esto tan horrible solo por tener más dinero y porque no le importa arruinar mi vida- volvió a gritar

Agaché mi cabeza intentando ocultar las lágrimas que intentaban salí por mis ojos, la impotencia se apoderó de mi porque ella no solo tenía razón en muchas cosas, sino que me había ganado su odio por una versión de la historia parcialmente errada

Me levanté de la silla, tomé mi bolso y salí del estudio sin decir nada, subí a buscar a Milo sin darme cuenta de que era la primera vez que estaba en esa zona de la casa por lo que no sabía en donde podría estar y entonces una cara familiar salió por una de las puertas

-Nena que pasa? ¿Por qué lloras? - preguntó Mindy preocupada

-Tengo que irme, podrías llamar a Milo? - dije secándome un par de lagrimas

-Ven, hablemos- respondió guiándome a una habitación muy elegante pero aparentemente nadie la ocupaba, supuse que era del señor Fernando -dime qué pasa? - pregunto con ternura

Mantuve la cabeza abajo mientras limpiaba mis lágrimas, actualmente no hay nadie en quien pueda confiar o con quien me pueda desahogar así que vi este momento como una oportunidad

-Es solo que ella piensa que yo hago esto por gusto, yo también estoy obligada a hacer esto, jamás lo haría solo por dinero, pero mi familia lo necesita o sino mi padre podría ir a la cárcel, y el señor Fernando ofrece mucho dinero a cambio de ayudar a su hija, y ahora ella es muy mala conmigo sin saber la versión completa, cada día que vengo salgo sintiéndome peor que el día anterior- solté todo lo que hace semanas me había estado guardando

-Por qué no intentas hablar con ella y contarle todo esto? - preguntó mientras acariciaba mi brazo

-Bueno apenas me deja hablar, no creo que me deje explicarle- dije suave

-Ella no es así como se muestra por fuera, te lo aseguro, de todas formas, haz lo que sea mejor para ti, iré a llamar a Milo vale? - dijo mientras salía de la habitación

La seguí para encontrarme con Milo y por fin salir de esa casa, y una vez con el bajé las escaleras tan rápido como pude, deseando no ver a la chica que minutos atrás me había gritado; para este punto estoy más que segura de que la suerte no está de mi lado ya que al bajar las escaleras me encontré con Zack y su jefa parados justo frente a la puerta

-Zack crees que puedas llevarme a un lugar? -

le pregunté evitando la mirada de la chica a su lado
Zack busco con su mirada la aprobación de su jefa quien asintió dándole permiso de cumplir mi petición, por lo que abrió la enorme puerta de la casa dándome paso y salí sin decir más, a diferencia de Milo, que se detuvo a despedirse

-Creo que vamos a comprar ropa para que venga acá- escuché que le dijo a mi clienta

Y seguí caminando, maldiciendo en mi interior el momento en que le dije a Milo de comprar mi propia ropa elegante para venir y al niño por haber sacado esas palabras de su boca, y una vez dentro del coche le indiqué al chico al volante que nos llevara devuelta a casa y muy en contra de mi voluntad las lágrimas volvieron a salir

Love in Crime.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora