Jude, una estudiante británica de literatura, trabajando en una cafetería en Barcelona, se cruza con Pablo, un talentoso jugador de fútbol del FC Barcelona.
Su encuentro es instantáneamente cautivador y da inicio a una historia de amor llena de ret...
Vuelvo nuevamente a ti, para escribirte una vez más, con varios sentimientos vividos, desde la tarde hasta la madrugada viví varios acontecimientos bellos, Desde el alba, mis pensamientos eran como mariposas danzando en el aire, revoloteando en la anticipación de lo que vendría. El aroma del café y la calidez de tus palabras crearon un bálsamo que acarició mi alma. Cada carcajada era un destello de luz en la noche de nuestras risas compartidas, como estrellas fugaces en el firmamento de nuestra complicidad.
Y entonces, en la quietud de la madrugada, llegaron esos mensajes que resonaron como una estrella fugaz en el cielo de nuestros destinos, esos mensajes que ansiaba por recibir en cualquier momento.
Recuerdo que cuando vi la película de "Tinker Bell", se mencionó que cuando un bebé ríe por primera vez, nace un hada. Y en ese instante, sentí que en nuestra presencia, un hada nacía, llena de alegría y amor, para custodiar nuestros momentos más especiales.
Así, Barcelona, guardo estas imágenes como tesoros en el rincón más profundo de mi ser, como joyas preciosas en el cofre de mis recuerdos. Gracias por ser el confidente silencioso de esta danza de emociones, por reflejar mis sentimientos en cada palabra compartida.
Se despide la Tía mas afortunada del mundo:
Jude W
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Jude
Me encontraba en la cocina de la casa, buscando algo para comer, cuando escuché que se abrió la puerta principal de la casa, minutos después Pablo ingreso a la cocina.
-¡Uf, estoy agotado!, el entrenamiento de hoy fue intenso.- me comenta mientras bosteza y se frota un poco los ojos.
-Hola Pabli, si, se nota que estás muy cansado, ¿tan intenso estuvo el entreno?- le pregunté preocupada mientras me acerco a él y lo tomó por las mejillas.
-Demasiado, todos los chicos concordamos que cuando llegásemos a casa dormiríamos un rato- contesta riendo un poco, pero noté que realmente estaba cansado.
-Entonces si fue muy cansado, bueno, ve a descansar, yo estaré en la oficina adelantando algo- le expresé mientras le acarició el cabello para después regresar al refrigerador.
-Vale, ¿tienes mucho por hacer?, digo, podríamos ir a descansar un poco ambos- me expresa algo tímido mientras juega con sus dedos, yo le sonreí.
-Me parece perfecto, solo déjame asegurarme de que estén en orden algunos documentos y luego nos vamos a dormir un ratito.- le contesté mientras comenzamos a subir las escaleras.
-De acuerdo- me responde sin más y vamos a mi oficina, me tardé unos minutos en ver los documentos y ya por fin nos fuimos a la habitación, Pablo se lanzó a la cama y sin más se durmió, yo me acosté a su lado y comencé a acariciar su cabello, para después sentir mis ojos pesados y me quedé dormida.