08

186 25 2
                                    


Dazai (17 años)

Las ganas de morirme se habían disipado un poco, no quería hacerle el trabajo tan difícil a Fumiko-chan, después de todo ella había estado inactiva varios meses por culpa de mi plan... por mi culpa. He hecho muchas cosas y he lastimado a mucha gente pero no siento una gran culpa por ello, hablar con Odasaku me ha vuelto blando.

Eso es, lo diferente con Fumiko-chan es la culpa que siento por lo qué pasó hace años, sé que Chuuya la siente también, él se opuso a que la utilizáramos pero no lo suficiente como para que el jefe desistiera del plan así que es por eso que actúa como protector hacia ella después de que Fumiko despertó.

—Dazai-san —era ella— el jefe me mandó a una misión con Akutagawa, trate de no morir mientras no estoy.
—Entonces iré contigo.
—No, el jefe me pidió que lo llamara a su despacho. Nos vemos.
—¿Puedes dejar de decirme Dazai-san? ¡Antes hasta me insultabas!
—Dazai, nada ha cambiado. Es solo una forma de referirme mientras estamos en el trabajo, ahora eres un ejecutivo de la Port Mafia y yo, tu subordinada. Ya hablamos de eso.

Solo era mi imaginación creyendo que ella se estaba distanciando de mi, por la culpa que siento. La conozco desde que entré a la Port Mafia y sin planearlo ella se volvió parte de mi día a día, la lastimé y ahora tiene esos terribles dolores de cabeza que son restos de mi plan. Además, la maldición de su madre se activó de nuevo y si no encuentro el libro ella...

—¿Todo bien con Hayashi-san? —dijo Odasaku
—Sabes que puedes llamarla por su nombre Odasaku, ella es menor que tú.
—Es mi superior —son parecidos, diablos— hoy la vi, se veía bastante tranquila aunque siempre parece estarlo, excepto cuando está cerca a ti.
—¡Oye! Eso es cruel—dije
—Al menos es la única de tus subordinados que no te teme.
—Hayashi-san es resistente—dice Ango con cara de pena— ser tu subordinada no debe ser nada fácil.
—¡Oigan eso no me ayuda en nada!

(...)

1 año después

—¡Odasaku!
—Debes estar en el lado que salva a la gente si los dos lados para ti son iguales, se un buen hombre. Salva al débil y ayuda a los huérfanos. Para ti el bien y el mal no significan mucho, lo sé... pero eso te hará un poco mejor. Por supuesto que lo sé, lo sé mejor que nadie porque soy tu amigo.

Estar en el buen lado como él siempre quiso,  ayudando a esos huérfanos... si esa es su voluntad la cumpliré. Si así seré alguien mejor se verá con el tiempo pero por ahora solo puedo hacer lo que él me pide.

Lo que él pidió.

Hasta podría irme con Fumiko, tal vez su lugar no sea la Port Mafia... no, ella debe decidirlo por si misma. Lo siento Fumiko, pero no puedo llevarte conmigo.

(...)

—Chuuya, debo pedirte un favor.
—¿De qué rayos hablas? Dazai —dijo mirándome con asco— da las gracias de que no te aniquile ahora.
—Es sobre Fumiko ¿Cómo ha estado?
—¿Enserio te atreves a hablar sobre ella? —dijo tomándome de la camisa— después de lo que le hicimos con tu plan, la muerte de los huérfanos de Oda-san, su muerte y tú ida ¿cómo crees que está?
—Espero que bien —recibí un puñete en la cara—necesito pedirte un favor.
—Estás loco si crees que te ayudaré.
—Lo harás porque se trata de ella. —él no respondió — si ella algún día se cansara de esa vida en la Port Mafia, si ella quisiera irse. Ayúdala y yo la cuidaré.

Esperaba otro golpe pero solo me topé con un silencio algo largo para ser Chuuya.

—¿Cómo? ¿Usándola otra vez?
—Ayúdala a escapar si así lo desea y yo la buscaré cundo sea el momento adecuado. Confía en mi, no le haría más daño... ella... solo pido eso.

Él me miró otra vez y se fue caminando.

—Si la lastimas de nuevo, te mataré.

Lo Que Nunca Pensé Tener  Where stories live. Discover now