Capítulo dos: 𝚄𝚗 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚝𝚊𝚗 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚘

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𝚄𝚗 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚝𝚊𝚗 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚘

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𝚄𝚗 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚝𝚊𝚗 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚘

𝚄𝚗 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚝𝚊𝚗 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚘

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- Entonces, ¿Qué te dijo? ¿Fue?

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- Entonces, ¿Qué te dijo? ¿Fue?

Trevor se acomoda en su silla, mientras corta una de sus uñas con sus dientes, doy un sorbo de mi bebida energética y suspiro.

- Lo que suponía, el viernes no asistió.

- ¿Qué? -incrédulo se mueve un poco- Ni una llamada, ¿nada?

- Trevor, no tenemos nuestros números.

Niego con la cabeza, él se endereza y se para mientras toma su mochila junto a su uniforme.

- Diablos, Jackson. Eres más feo de lo que creí.

- Mierda. No, no lo soy. Soy una persona lo bastante atractiva, mi padre y mi madre fueron rey y reina del baile en su juventud, debo de ser atractivo como ellos.

- A la mejor, te cambiaron en el hospital, que sé yo. Pero eres feo amigo, mi momento más humilde es ser amigo tuyo.

Camina hacia la puerta, y me lanza un grito de positivismo.

Mi error fue contarle, respectó a mis planes, si me los hubiese guardado, no estaría involucrado en una situación tan vergonzosa donde quede como un idiota con la mayor compradora de girasoles en este momento.

𝐋𝐚 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐠𝐢𝐫𝐚𝐬𝐨𝐥𝐞𝐬 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora