I - La entrevista

481 21 0
                                    

15 de enero 2021, Madrid

Con los nervios a flor de piel y una sensación de angustia en el estómago me dirijo a la ducha. Hoy era la entrevista con Ferrari después de 5 días de espera que han convertido mi cabeza en un mismísimo huracán. Y mientras salgo mojada de la ducha solo puedo pensar en que llevar puesto. Quiero ser profesional pero mi ropa dista mucho de cualquier termino parecido a ese. Por lo que con una toalla enrollada en el cuerpo y otra en el pelo me dirijo a la habitación de mi compañera de piso y mejor amiga, Sofía.

Rubia, alta y de ojos verdes, el prototipo de casi cualquier tío aunque ella no parece darse cuenta contando el poco caso que les hace. Teniendo todas estas cualidades y con todo lo que ligaba podía haber sido la mujer más prepotente del planeta pero era todo lo contrario. Un alma libre, bondadosa y artística a la cual le gustaba demasiado la fiesta. Yo por el contrario era bajita, morena y con los ojos marrones. Lo cual hacía que los hombres me encontraran bastante más del montón. Había tenido alguna relación y tampoco es que fuera una santa. La última había acabado hace poco más de 5 meses después de que el cabrón de mi ex me engañara con su compañera de trabajo.

Intento abrir la puerta lo más despacio posible para no despertarla, ya que sabía que ayer había salido de fiesta como casi todos los días. Al entrar puedo notar el olor a alcohol y a sudor. Mientras abro poco a poco el armario para intentar robarle algo que ponerme escuche su voz.

- ¿Se puede saber que coño haces Adara? - pregunta con la voz ronca debido a la fiesta de anoche y que se acaba de despertar.

- Estoy intentando cogerte algo para la entrevista, quiero ir profesional y yo no tengo nada así - le respondo con voz apenada ya que me siento mal por haberla despertado.

- Dios levanta la persiana y dejame que te ayude. Por que como tengas que vestirte tu
vas a parecer un cuadro - Dice lo último mientras se rie bastante alto. Algo de razón si que tiene, nunca he sido una gurú de la belleza la verdad. Si me sacas de mis vaqueros, botas y camisetas básicas estoy completamente perdida. Por el contrario ella es todo una experta en el tema moda. 

- Tampoco hace falta que te rías de mi. Joe que estoy muy nerviosa. - pongo carita de perrito para que se sienta culpable.

- Callate ya y dejame hacerte un outfit - dice mientras se levanta de la cama y sube la persiana ya que yo no lo he hecho cuando me lo ha pedido.

Me mira de arriba a abajo mientras se lleva un dedo a la mejilla de manera pensativa. Tiene el pelo recogido en un moño desordenado y casi no puede abrir los ojos por haberse despertado hace apenas unos minutos pero incluso así consigue estar guapa.

- Vale creo que ya lo tengo - se acerca al armario con una media sonrisa de orgullo en la cara.

Veo como empieza a sacar una camisa blanca ancha con un poco de escote, no lo suficiente como para llegar a ser inapropiado y una falda de tubo negra a la altura de las rodillas.

- ¿Estas segura de que esto no es demasiado? - no estaba acostumbrada a este tipo de ropa y no se realmente como de cómoda me voy a encontrar con ella puesta.

- Venga Teresa de Calcuta que lo más alto que van a ver de tu pierna es la rodilla - se esta riendo a pierna suelta. Mientras yo a su lado miro el conjunto con cara de situación. - Cambiate voy a buscar unos zapatos a juego.

Mientas ella sale de la habitación yo me voy desnudando delante del espejo. Puedo ver todas las curvas de mi cuerpo con las cuales nunca he estado del todo cómoda. Tengo pecho nada muy exagerado pero más que la media. Una figura cercana a la de un reloj de arena y mi mejor atributo, mi culo. Lo malo de mi cuerpo es que aunque tenga muchas curvas no soy delgada lo que me ha hecho tener bastante complejo a lo largo de mi vida. Me pongo la camiseta y la falda para después estudiar la imagen que devuelve el espejo.

Con amor, Adara - Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora