Salí del despacho y me dirigí a la biblioteca a buscar un libro y de ahí fuí al lago negro. Pasé la tarde dibujando y leyendo.
Draco nunca me haría daño ¿O si?
Empezaba a anochecer. No había gente en los pasillos, todos estaban cenando. Yo no fuí. No tenía hambre.
Iba de camino al dormitorio cuando ví a Niklass al fondo del pasillo. Paré en seco y dí media vuelta para irme pero ya me había alcanzado.
- ¡Gia!
- Niklass.
- ¿Qué haces aquí sola?
- Paseaba.
- No deberías pasear de noche, y mucho menos sola.
Eso último lo dijo muy cerca de mi oído.
- Ya bueno, no me va a pasar nada.- Dije intentando irme.
- Vamos, no te vayas, no me dejes solo.- Me agarró por los hombros.
- Niklass de verdad, me tengo que ir.
- Oh, no, no, no. No te vas a ir a ningún lado.- Me agarró más fuerte y me puso contra la pared.
- Niklass ¿Qué haces?, para.- Dije muy asustada.
- Corre el rumor de que has vuelto con mi primito.- Me agarraba de las muñecas con fuerza.
- Niklass suéltame.- Dije con lágrimas en los ojos.
- No puedo permitir que mi primito te trate como basura y luego vuelva a ti como si nada. No, no, no. Eso no está bien.
- Niklass, por favor.
- ¡Cállate!.
Me callé de golpe. Tenía mucho miedo. No había nadie por los pasillos.
- Ahora vas a hacer todo lo que yo te diga.
- No.- Negué.
- Oh sí, pequeña. Por supuesto que sí.- Dijo empezando a darme mordiscos por el cuello dejando fuertes marcas.- ¿Puedes follarte a Nott y a mi primo pero no a mi?
No podía moverme. Me tenía agarrada con fuerza y por mucho que intentase liberarme, él es mucho más fuerte que yo.
Seguía dándome besos en el cuello mientras se frotaba junto a mi. Cogió mis muñecas en una de sus manos y con la otra libre agarró uno de mis pechos. Lo manoseaba con ansias.
Yo lloraba, lloraba mientras intentaba con todas mis fuerzas zafarme de su agarre.
- Deja de llorar. Te voy a dar todo lo que Malfoy nunca te podrá dar.
- No quiero. Nunca te compararás con él.
Lo siguiente que sentí fué su mano contra mi mejilla y el sabor a hierro apareciendo en mi boca. Escupí la sangre.
- Como te atreves. Como te atreves a comparar a los Rosier con los Malfoy. Los Rosier llevan milenios siendo unas de las familias más poderosas. Como te atreves a cuestionar dicho poder.- Me agarró del cuello ahogándome.
- Niklass. Para.- Dije como pude quedándome sin aire.
- No entiendo como pude estar enamorado de ti.
Me soltó, me dió un puñetazo y se fué.
No entendía lo que acababa de pasar. Como pude me levanté y me fuí corriendo. No sabía hacia donde iba, solo quería salir de allí.
Estaba llorando, tenía la ropa medio sacada, el labio y la ceja partidos, la cara llena de sangre y el cuello lleno de marcas. Y seguramente me saldrían moretones en las muñecas y el cuello. Estaba tan metida en correr que choqué con alguien.
- ¿Gia? Joder Gia ¿Qué ha pasado?
Aturdida miré quien era.
Draco.
Una tranquilidad increíble me invadió por completo.
Lloraba, no podía parar de llorar.
- Gia por Merlín dime ¿Qué te ha pasado?.- Dijo muy preocupado viendo mi ropa y mi
rostro.- Nik-Niklass me ha- me ha acorralado, y- y me ha tocado, y-y luego me ha
intentado ahogar. Yo, yo. Yo no quería de verdad. Yo-No me dejó acabar porque me abrazó.
- Gia, Gia. Shhh, cálmate. Y está. Ya pasó.- Me miró la cara, un gran enfado apareció en su rostro.- Se va a enterar ese hijo de puta.
Esa noche dormí con Draco. Lo cual agradecí. Tenía miedo que Niklass se colara en mi dormitorio e hiciera a saber qué.
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Oh pequeña [Draco Malfoy] 4
FanfictionEres mia Que? Eres mía, no volveré a dejarte escapar Gia