Capítulo 02

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Estaba inclinado sobre un costado del barco, así podía ver los botes de vela cercanos, deslizándose sobre la cristalina agua azul, Dunk no sabía que estaba mal con él. Aunque había dormido apenas podía mantener los ojos abiertos, y eso no era algo típico.

—Creo que tengo narcolepsia.

Tul se paró al lado de Dunk antes de mirarlo de arriba abajo.

—Posiblemente. ¿Sabes que el setenta por ciento de la gente con narcolepsia también sufre ataques de catalepsia?—. Antes de que Dunk pudiera abrir la boca para contestarle, Tul rebatió su propia teoría. —Pienso que tú no lo eres. Te he visto enfadado demasiadas veces como para saber que ese adorable síntoma a ti no te afecta. Por supuesto, los narcolépsicos también tienen frecuentes alucinaciones tanto dormidos como despiertos. Y, por supuesto, sonambulismo. Y yo sé que tú no eres sonámbulo. ¿Has empezado a tener alucinaciones últimamente?

Sí, pero discutir sobre sus frecuentes fantasías sexuales con un quinceañero empollon no era algo que Dunk tuviera intención de hacer.

Dunk lo miró con el entrecejo fruncido.

—¿Cómo sabes tanto sobre eso? Joder, Tul, eres un niño. Actúa como uno.

Antes de que ni siquiera pudiera parpadear, Tul estiró la mano y le dio un puñetazo en el brazo. Fuerte.

—¡OW! —Dunk se frotó el bíceps donde Tul le había golpeado. —¿Y eso a qué ha venido?

—Un estallido emocional inesperado e irracional. ¿No es algo que se supone que hacen los adolescentes? Oh, y estar de mal humor. De muy mal humor.

Dunk levanto las manos en señal de rendición.

—Bien. Hágalo a su modo. Dr. Natachai.

Con una expresión típica de su edad, Tul le lanzó una sonrisa burlona antes de irse a ayudar al capitán con los botes que éste estaba amarrando con una cuerda.

Sacudiendo la cabeza, Dunk se dirigió a las bodegas para buscar a Teddy y Scott, los cuales se estaban quejando de la presencia de Win en su equipo mientras ellos trabajaban.... algo que Dunk no podía solucionar ya que le había prometido a la madre de Win que lo vigilaría por ella este verano. Aparentemente la pequeña arpía había atacado a Teddy por acaparar mucho tiempo a Scott.

Dunk esperaba que a ellos se les pasara pronto el enfado. Había enviado a su prima de compras a la ciudad mientras ellos se preparaban para zarpar rumbo al área donde Dunk creía que estaba escondida la Atlántida. La última cosa que necesitaban era tener a Win encima, quejándose por todo.

De todos modos, Win estaba loco por las compras. Lo que más le gustaba eran los objetos muy brillantes. Hasta tal punto, que el chico llevaba puestos unos cuernos rojos del pasado Halloween, que estaban decorados con unos aros de diamante colgados. Como cabía esperar, Win estaba vestido para comprar como un demonio.

Brian se había ofrecido como voluntario para acompañarlo y evitar que se metiera en problemas, lo cual, conociendo a Win, era un trabajo necesario. Serían afortunados, si al final se lo llevaban unos tratantes de blancas o lo abducían unos extraterrestres verdes.

Mientras tanto, Dunk que estaba muy cansado, no podía relajarse. Lo único que podía hacer era mantenerse despierto.

—Dank. Vuelve a mí...

Un escalofrió atravesó su cuerpo, cuando escuchó la erótica voz en su cabeza otra vez.

Por el rabillo del ojo vio algo moverse. Se giró y ahí en la puerta, sobre las escaleras que llevaban a la cubierta, estaba Joong. Vestido completamente de negro, estaba de pie de lado con sus malvados ojos que prometían una larga noche de orgasmos, y una seductora sonrisa que lo congeló en la pasarela.

11 JoongDunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora