Capítulo 3

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1943

Draco recuerda muy bien quién fue su segunda oportunidad, una adolescente encerrada en el baño. Lo primero que vio sobre ella era que estaba llorando, mirando su reflejo en su espejo, las lágrimas fluían de sus ojos interminablemente. La niña estaba desconsolada. Repetía una y otra vez:

"¿Por qué soy tan fea?" le dolió en el alma escucharla, pobre niña.

La adolescente tenía el cabello liso oscuro, amarrado en dos coletas. Llevaba unas gafas gruesas, que eran del tamaño de la mitad de su rostro. Y por la misma adolescencia, estaba con varios granos.

Tenía que ayudarla, él debía ser de utilidad. "Nadie es feo en este mundo, solo debes saber como arreglarte" habló, intentando calmar a la joven. Causando un efecto contrario, porque ella lo soltó y gritó asustada. Sí, fue un mal comienzo.

Seguro ahora también lo mandaría de nuevo a las estrellas. ¿Por qué no podía hacer nada bien? ¿Por qué siempre era un inútil?

No supo cuando empezó a llorar, solo escondió su rostro en sus manos.

Inútil, inútil, inútil.

"¿Por qué estás llorando?" escuchó un tartamudeo, al separar sus manos de su rostro, frente suyo estaba la joven que lo miraba con curiosidad.

¡Lo estaba sosteniendo! ¡Él seguía en frente de ella! Todavía podía tener su oportunidad.

Estaba emocionado, no lo iba a arruinar "Lo siento por asustarte, quería responder a tu pregunta" ¡Oh! Debía responder a su pregunta "Y pensé que ya no querías ser mi amiga porque te asusté, te hice gritar"

La adolescente lo miró con escepticismo "¿Por qué quería ser mi amigo? Nadie quiere ser mi amigo porque soy fea" sus ojos empezaron a llenarse con lágrimas. ¿Qué tanto daño le habían hecho?

Pasó una larga hora intentando calmarla, diciéndole que no era fea y que las personas que la molestaban con eso seguro eran muy inseguras y externalizaban sus miedos molestándola. Intentaba calmarla, le partía el corazón verla así.

La adolescente de coletas se había levantado a lavarse el rostro por su sugerencia "Debo ser una molestia, ¿no?" dijo mientras se secaba el rostro mojado con sus túnicas "Solo me la he pasado llorando"

Draco negó rápidamente con la cabeza, tal vez no era la experiencia que hubiera deseado tener con un amigo, pero se sentía útil. Además, pasar el tiempo con cualquier humano era mucho mejor que estar encerrado en el cielo con las estrellas.

"No debes preocuparte, me alegra poder ayudarte" le dio una sonrisa, provocando un sonrojo en la joven.

Todo sonrojada y tímida le preguntó "¿Es que acaso eres un príncipe?" esto lo desconcertó mucho, no espero esa pregunta.

"No, solo soy un ¿adolescente?"

"Es que eres bien bonito" suspiró enamorada "Como un príncipe"

Ahora que ella lo mencionaba, no sabía como se veía. Sabía que su piel era blanca, tenía el cabello rubio blanquecino y un cuerpo delgado, pero de ahí no sabía nada más. ¿Qué color eran sus ojos? ¿Cómo era su rostro? ¿En realidad era bonito? ¿O la adolescente estaba siendo amable?

Avergonzado habló "¿Gracias? Aunque para serte sincero, no sé ni siquiera cómo me veo" la adolescente lo miró sorprendido para luego llevarlo frente a un espejo.

Por primera vez se pudo ver. Cómo lo había descubierto su cabello era rubio blanquecino con leves ondas, sus pestañas eran de un color similar; su piel se veía muy suave y era blanca, sin embargo, había zonas que estaban de un leve color rojizo, cómo si lo hubieran sujetado con fuerza y quedaron marcadas; sus ojos eran de un bello color gris, que se le hicieron muy familiares, pero no recordaba de dónde; tenía un rostro sin imperfecciones, nada de granos o cicatrices, una piel tersa y un leve sonrojo en sus mejillas.

En el espejoWhere stories live. Discover now