Capítulo 4

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1943

Myrtle fue su compañía por varios meses.

Amaba pasar su tiempo con ella, le era divertido escuchar sobre diversas historias de amor que leía su amiga, aunque luego tenía que consolarla porque su amiga lloraba de que nunca ella podría tener un amor de cuento de hadas. Además, le dolía saber que su amiga no solo estaba sufriendo de los ataques de sus compañeros, sino que en el colegio empezaron aparecer varios alumnos petrificados. De lo segundo no podía salvarla, pero del primer problema siempre buscaba consolarla.

Le susurraba palabras confortables y le decía que debía enfrentarse a su abusadora. "Debes decirle a un profesor de que Olive Hornby te está molestando, Myrtle"

Aún con los ojos llorosos "Solo le dieron una advertencia. Ahora ella me molesta en lugares vacíos y ha llamado a más personas"

"Entonces debes enfrentarla también, moléstala por su cabello graso" sí, tal vez no era el mejor consejo, pero estaba cansado de ver a su amiga tan triste todo el tiempo por culpa de esa estúpida niña.

"¿Qué? No puedo hacer eso"

"Myrtle, si no te le enfrentas y los profesores no hacen nada para detenerla, entonces ella te seguirá molestándote"

Su amiga soltó un leve suspiro "Tal vez tengas razón"

"Siempre estaré aquí, en este espejo, para ti" cuanto quiso poder abrazarla, para hacerla sentir acompañada, pero solo era alguien encerrado en ese espejo.

"Gracias Draco, agradezco que seas mi primer amigo" le susurró mientras se secaba las lágrimas "Nunca podría olvidarte" le dio una sonrisa temblorosa.

"También eres mi primera amiga Myrtle, estoy muy feliz de que nos hayamos encontrado" luego de esas palabras, su amiga sacó su libro favorito y empezó a narrar la historia para los dos. Estaban tan concentrados en la historia que cuando escucharon que cerraban la puerta del baño los asustó.

El susto de Myrtle cambió a enojo a unos segundos "Debe ser Olive Hornby, tal vez está aquí para seguir molestándome" se puso de pie y mirándolo le dijo "Es momento de enfrentarla" Draco le enseñó los pulgares dándole todo su apoyo.

Myrtle le dio una sonrisa y guardó el espejo en la túnica.

Escuchó como se abría la puerta del cubículo del baño dónde estaban y luego gritar a Mrytle "¡Hornby, lárgate del baño y deja de molestarme! ¡Tú eres una niña con cabe...!" se quedó callada su amiga.

Luego sintió que caían al suelo.

Un fuerte ruido a golpe seco.

Y al final silencio. Un frío silencio.

Estuvo esperando escuchar la voz de su amiga o de Hornby discutiendo, pero no escuchó nada, solo un leve siseo.

"¡Myrtle! ¡Myrtle!" gritaba el nombre de su amiga, pero no había respuesta. Quería ver que había pasado, pero no podía salir de la túnica de Myrtle. ¿Qué había pasado? ¿Qué le pasó a su amiga? ¿Por qué no escuchaba nada?

"Por favor Myrtle, contéstame" susurró. "Por favor, por favor" cerró sus ojos y se agarró la cabeza, las lágrimas se derramaban de sus ojos. Estaba preocupado, desesperado por saber que estaba pasando ahí afuera.

No supo cuánto tiempo pasó llorando, llamando a su amiga. Sin ninguna respuesta.

Su corazón se llenó de temor.

Cuando abrió los ojos volvió a estar en el cielo infinito, viendo las bellas estrellas. Hace muchos meses que no había vuelto aquí, en ese momento supo que algo le había pasado a su querida amiga.

En el espejoWhere stories live. Discover now