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Baekhyun se quejó cuando su dedo se quemó en la parrilla que Chanyeol tenía en la cocina; sin embargo el alfa corrió a ponerle una crema para las quemaduras y lo sentó a un lado.

—No me quiero sentir como un vago —hizo un puchero mientras veía su dedo rojo con la crema encima.

—No eres inútil, estás cargando dos bebés dentro de ti —le explicaba mientras él se ponía a asar el pollo.

—Bueno… no creo que eso cuente como hacer algo —dijo entre dientes mientras colocaba sus brazos en el mesón y dejaba caer su mejilla ahí.

Baekhyun veía como Chanyeol se levantaba temprano para preparar los sándwiches y luego se iba a asear para finalmente salir en el carrito dónde se pasaría todo el día en la calle, vendiendo hasta que se acabara o sea demasiado tarde como para seguir afuera. Por todo eso, Baekhyun quería ayudarle a preparar los sándwiches, sin embargo, como no estaba acostumbrado a cocinar entonces se le hacía difícil.

Al menos había aprendido a usar la lavadora de Chanyeol; aunque el alfa estaba siendo demasiado sobreprotector y no le permitía hacer casi nada por lo que se sentía bastante inútil. Recién había estado barriendo la casa, pero como no lo hacía desde hace años, sus dedos se pusieron rojos por el roce y Chanyeol al ver eso, corrió a comprar una aspiradora.

Había pasado dos semanas desde que fueron a ver el desarrollo de su embarazo y en unos días tendrían que volver al médico para ver cómo estaban creciendo los bebés. A veces a Baekhyun se le olvidaba almorzar o tomar sus vitaminas, así que si Chanyeol estaba cerca, tomaba un descanso en las tardes para volver y hacerle de comer, además en su celular había puesto alarmas con el horario de sus vitaminas.

—Channie, ¿Puedo pedirte un favor? —jugueteó con sus dedos mientras su voz salía en tono bajo.

—Claro ¿Qué sucede? —le prestó atención mientras ponía la lechuga y el tomate en los panes.

—Yo… —sus mejillas se enrojecieron— mi ropa está muy viejita y aunque he tratado de coser las partes rotas, la tela es tan delgada que se rasga —bajó la mirada, pensando que estaba siendo abusivo con el alfa, ya que en realidad Chanyeol no tenía obligación de mantenerlo, solo a sus hijos.

—Entiendo, vamos el sábado a comprarte ropa ¿Sí? —le sonrió mientras ponía los sándwiches en una bandeja.

—Muchas gracias —sus hombros se destensaron, ya que creyó que el alfa iba a negarse— ¿No quieres que te acompañe?

—Me da miedo que te puedas lastimar, porque no hay otro asiento —dijo preocupado, pensando en que quizás el omega pudiera caerse.

—Está bien, te esperaré aquí —asintió con la cabeza mientras Chanyeol le ponía un plato con dos sándwiches de carne y un vaso con chocolate—. Ten cuidado y no vayas por lugares muy peligrosos —formó un puchero para luego dar una mordida.

—No te preocupes, estaré bien —estiró su mano para acariciar la mejilla del omega, quien se sonrojó un poco—, tengo tres buenas razones para volver.

—¿Yo también soy una? —bajó tímido la mirada mientras dibujaba una sonrisa traviesa.

—Por supuesto, solo con verte siento que mi vida ha valido la pena —sus ojos se volvieron dorados, pensando en que aquel pequeño era suyo, solo suyo.

—¿Por qué soy la mamá de tus bebés? —desvió la mirada, ya que los ojos del alfa lo hacían sentir un poco extraño, como si fuera un pequeño conejo preso de un lobo hambriento.

—También, pero no es eso, es porque eres la persona que la Luna me destino, —sus ojos volvieron a su color natural.

—Un omega de la calle —susurró algo apenado por haber salido de la indigencia.

Sin esperarlo, te encontré || ChanbaekWhere stories live. Discover now