Parte 1

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Arturo masajeaba su sien mientras ojeaba unos papeles sobre su escritorio en un frustrado intento de distraerse. No tener señales de Gwen lo estaba enloqueciendo, preguntándose una y otra vez porque la dejó ir sola.

"Maldito hijo de puta" había gritado la morena en un arrebato de ira y frustración. Justo ahí, en esa oficina, un par de días atrás, rodeando todo de un olor agrio.

Ella se había infiltrado astutamente en ese edificio hace mas de seis meses, y pronto tendrían la información suficiente para allanar el lugar y dar por fin con el cabecilla de aquella maldita organización.

Sin embargo, la situación la estaba consumiendo. Todo lo que había tenido que ver y todo lo que había tenido que fingir la estaba enloqueciendo. No era algo que disimulara mucho últimamente. Los arranques de enojo y las noches de insomnio desahogándose en charlas profundas con Arturo. En principio lo había tenido bajo control, pero ya la estaba afectando demasiado, por lo que el rubio rogaba que no hiciera una estupidez y arruinara tantos meses de investigación.

Tres años atrás se había dado la orden de abrir una nueva rama dentro de la División de Investigación Criminal (DIC) del FBI, con el fin de abocar mas recursos, tanto humano como económicos, a la terrible situación que atravesaban los omegas. Por lo cual se formó la Unidad Contra la Trata de Omegas (UCTO) encabezando como jefe de dicha unidad el Agente Especial Arturo Pendragon, siguiéndole en Jerarquía la Agente Gwen Tomas y el Agente Gwaine Lot junto a un excelente equipo de elite.

Durante estos tres años que llevaba activa la UCTO habían podido desbaratar varios centros clandestinos donde se ejercía la prostitución de omegas, en su mayoría secuestrados, pero nunca pudieron dar con el verdadero líder de semejante mafia. Y los que fueron arrestados, no se sabe bien si por temor o por lealtad, jamás lo delataron.

El único consuelo para los agentes era el hecho de que las víctimas se reencontraban con sus familias. lo que les daba algo de sentido a su trabajo. Sin embargo, no se habían resignado a dar fin a semejante brutalidad, por lo que el esfuerzo y el tiempo dedicado se triplicó llevando al límite a todo el equipo, sobre todo a la Agente Tomas quien era la que realmente estaba viviendo la situación miserable de hacerse pasar por una alfa en busca de un omega sumiso que "satisfaga" todas sus necesidades carnales.

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—¡Vamos muchachos! —exclamó Gwen en confianza—ya soy cliente del lugar. Tiene que haber algo mejor que estos miserables omegas aburridos. Pagaré lo que sea.

Los dos betas que se encontraban en el lugar se miraron de reojo con una mueca cómplice. Sí, conocían a la chica, no había faltado ni una semana desde hace seis meses. Podían jurar que esa alfa era más que adicta al sadismo.

—¿Lo que sea? —murmuró uno de los hombres en tono cómplice—hay algo que quizás la entretenga, pero...

Gwen elevó las cejas esperando que continue.

—... es algo prohibido, si la jefa se entera nos colgará del mástil mas alto. Por lo que no saldrá nada barato. — insinuó el beta.

—Lo pagaré. Necesito divertirme, chicos. De eso se trata la vida ¿o no? — fingió una sonrisa satisfecha que hizo rugir con desgano su alfa interior.

La agente había sabido entrar en confianza con los manejadores del lugar. Un edificio a simple vista abandonado, pero, que por dentro tenia mas vida que baño publico visto con microscopio. Gwen solo contaba los minutos para darles una patada en trasero y ponerlos al fin tras las rejas. Pero debía ser paciente, no bastaba con llevarse a un par. Los quería a todos. "un poco más" se decía a sí misma, "solo un poco más".

Eres mi mundo (Omegaverse) (Merthur)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum