Reencuentro

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Capítulo 5:

Freen me había pedido que confiara en ella y tenía que ser paciente. Ella si confiaba en mí, pero no lo suficiente para que me dijera qué pasaba. Era todo tan confuso, mi cabeza le daba vueltas y vueltas al asunto. Cuando entré a mi casa me recosté en la cama y suspiré. Definitivamente la paciencia no era mi fuerte.

Me cambié rápido de ropa para salir con Freen y Nabi. Me puse unos jeans y una blusa sencilla. Mi cabeza comenzaba a doler por tanto pensar en el asunto de la confianza, la paciencia y Freen. Tomé unas pastillas para el dolor y me puse a ver televisión. El tiempo pasó rápido mientras veía una película europea que no comprendía muy bien. Tocaron a la puerta y fui a abrir, ahí estaba Freen, cambiada también. Parecía que había tomado una ducha, pues traía su cabello húmedo.

-¿Nos vamos? –dijo estirando su mano para tomar la mía.

-Sí, solo déjame apagar el televisor –me giré y fui rápidamente a la estancia. Apagué el televisor y salí de la casa con Freen. Subimos a su auto y arrancó. Se veía feliz pero en su rostro se notaba algo cansado y más pálido, -Freen, ¿segura que estás bien? Luces algo enferma.

Freen se giró para mirarme y negó con la cabeza. –No es nada, solo estoy un poco cansada. Tendrás que dormir conmigo hoy porque no duermo bien cuando no estás.

Me sonrojé un poco y asentí con una sonrisa –Yo tampoco duermo bien cuando no estás –susurré.

Tomó mi mano y sonrió más. Entonces recordé que Nabi estaba atrás, me giré y la vi. Estaba volteando hacia la ventanilla. Aun lucía seria y un poco triste. Solo esperaba que se le quitara con el helado.

-¿Sabes a dónde vamos Nabi? –se giró hacia mí y negó con la cabeza. –Vamos por un helado, como la primera vez que salimos juntos, ¿lo recuerdas? –asintió y se volvió a girar hacia la ventanilla. Suspiré y me volví a sentar bien. Freen presionó mi mano.

Llegamos y nos formamos para que nos atendieran. Nadie decía nada, Nabi de pronto volteó bruscamente al lado del área de juegos.

"Mama, James está aquí. ¿Puedo ir con él?" Freen suspiró y se giró para ver. Ahí estaba el niño rubio que Freen tanto detestaba.

"No Nabi, espera que nos entreguen los helados, después vas," Nabi asintió y se volvió a quedar callado. Freen lo miró y negó con la cabeza. -Ven, acompáñame, -Lo tomó de la mano y antes de irse me miró y sonrió. –Vuelvo enseguida.

Se fueron y pude verlos a lo lejos, Freen se puso a la altura de Nabi y la tomó por los hombros. No en una forma agresiva o como si lo estuviera reprendiendo. Habló por unos minutos y Nabi solo asentía de vez en cuando. Después Nabi habló y se veía algo molesta, hacía ademanes con los brazos y apuntaba a su madre acusatoriamente. Después Freen volvió a hablar y pareció como que se pusieron de acuerdo, ambas asintieron y sonrieron. Eran tan parecidas. Se abrazaron y pude notar que Freen relajaba su semblante. Besó su frente y después la llevó al área de juegos. James fulminó con la mirada a Freen y se acercó a Nabi precavidamente.

Seguro que tenía problemas en su hogar, actuaba a la defensiva, pero solo con los adultos. Quizá su padre o su madre lo golpeaban. No me di cuenta que habíamos llegado hasta que la señorita me habló.

-Señora, ¿Qué le puedo servir? –dijo con voz aburrida. Freen llegó corriendo y me tomó por la cintura.

-Tres conos dobles por favor, galletas con crema, menta con chocolate y -se giró para mirarme.

-Cereza está bien, gracias.

-Muy bien, serían cinco dólares. –Freen sacó el dinero y se lo entregó. Nos sentamos en una mesa desde donde podíamos ver los juegos. Nabi y James estaban en los columpios, parecía que James le estaba diciendo algo.

-Consideré la opción de que quizá James sea de esa manera porque tiene problemas en su casa, ¿no lo crees? –dije distraídamente.

-Tienes razón, estoy casi segura de que así es. Su padre nunca fue el ser más cariñoso del planeta.

-¿Conoces a su padre?

-Sí, se llama James también. Es un hombre agresivo y temperamental. Su esposa, Victoria, también lo abandonó. No me sorprendería que Kirk  y ella se conocieran, -rió amargamente y negó con la cabeza –Al contrario de mí, James culpó a su hijo de que su esposa se marchara y no halló consuelo alguno en él. Estoy segura de que lo golpea. Pobre James, nunca consideré esa opción.

-No todos los padres pueden ser como tú Freen, -dije presionando su mano. Me miró y sonrió.

-Gracias. –nos miramos y después nos llamaron para que recogiésemos los helados. Lauren fue por Nabi y vi que cuando se acercó James se puso a la defensiva, de nuevo. Nabi se fue con su madre, antes de que se alejaran Freen le dijo algo en el oído y Nabi sonrió. Caminó hacia James y le dijo algo. James miró a Freen un momento y después asintió. Vi que se acercaban los tres y fruncí el ceño.

-¡Becky, Becky! Él es mi amigo James, James te presento a la novia de mi mamá, Becky –James estiró su mano y la estrechó conmigo.

-Mucho gusto James –dije sonriendo. Él me respondió tímidamente. Freen se fue a comprar otro helado y regresó pronto, no había mucha fila. Se lo entregó a James y él respondió con un tímido gracias.

Nabi y James se sentaron frente a nosotras. Comieron y hablaron alegremente. Freen solo los observaba. Terminamos y después los niños se devolvieron a los juegos. Jugaron hasta que casi oscurecía, después Freen fue por Nabi y se despidió de James. Fuimos al auto y en el camino íbamos en silencio. Freen de pronto parecía nerviosa.

-Bec, hay algo que queríamos decirte –dijo y después carraspeó algo incómoda.

-Adelante, -dije frunciendo el ceño.

-Queríamos saber si te gustaría ir a la playa con nosotros, -dijo Nabi muy animada. Me quedé algo pasmada, no me lo esperaba.

-No tienes que ir si no quieres, es solo que no me gustaría que te quedara sola, -dijo Lauren acariciando mi mano. –Te necesito para dormir también, ¿recuerdas? –dijo para aligerar el ambiente.

-Me encantaría, gracias. ¿Cuántos días son?

-Es una semana, nos iremos en tres días. Pensé que quizá te gustaría preparar tu equipaje y quedarte con nosotros los tres días siguientes.

-No quiero ser una molestia.

- Bec, sabes que no es ninguna molestia. Solo que no hay habitación de invitados, tendrás que dormir conmigo –se giró y me sonrió malévolamente.

-No, por favor, es un grandísimo sacrificio el tener que dormir contigo –dije irónicamente. –Gracias Freen, me encantaría.

-Muy bien, queda arreglado. Vamos a tu casa, preparas tu equipaje y nos vamos.

Llegamos rápido y nos bajamos. Se quedaron en la estancia esperando a que regresara. En mi habitación tuve un ataque de pánico, no tenía nada de ropa adecuada para la playa. Tenía tres días, seguro que en uno de esos podía ir de compras. Hice una mueca ante la idea. Odio ir de compras. Preparé lo poco que tenía y bajé.

-Eso fue rápido, -reí nerviosamente.

-Sí, digamos que necesito ir de compras.

-No te preocupes, seguro que Nam estará encantada de acompañarte.

-Eso estaría bien, odio ir de compras, -arrugué la nariz y Freen rió.

-Entonces vámonos –dijo sonriendo. Asentí y salimos de mi casa. Esta noche no tendría pesadillas ni estaría incómoda. Tendría a Freen a mi lado.

Cuando íbamos camino a casa de Freen, caí en la cuenta de que no conocía su casa. Conocía la de Nam, pero no la de ella. Miré a mí alrededor para tratar de grabarme el camino, pero fue imposible. Demasiadas vueltas y calles desconocidas. De pronto llegamos a un área con árboles, un pequeño bosque. Se internó por un camino de tierra y siguió por 5 minutos más. Después a lo lejos pude observar una gran casa color blanco. Tenía enormes cristales por todos lados, era simplemente hermosa.

-Wow –solté sin pensar. Freen rió.

-Bienvenida a mi humilde hogar.

-Sí, muy humilde –dije sarcásticamente.

Bajamos y yo aun no salía de mi asombro. Era enorme, dos o tres veces la mía. Freen cargó mi equipaje y Nabi bajó sola. Supuse que sabía de memoria el camino. Para abrir las puertas no fue necesaria una llave, Nabi puso su dedo sobre un escáner y se abrió. 'Bienvenidos' dijo una voz metálica. Mis ojos se agrandaron aun más. Escuché la risa de Freen detrás de mí.

-Respira Becbec –dijo en mi oído.

-Freen, esto es increíble –solté el aire que había estado guardando desde que vi la casa.

-Solo está acondicionada para que un niño con facultades diferentes viva feliz y cómodo.

Entremos a la casa y era aun más sorprendente, todo estaba impecablemente limpio. Los muebles estaban acomodados de forma que denotaba lo grande que era la habitación. Estaba la estancia, el comedor y la cocina juntos. No había paredes que se interpusieran. Todos los pisos tenían alfombra. Después unas escaleras con alfombra de terciopelo, supuse que era para que no se golpearan. Nota mental, poner alfombra en mis escaleras. Era totalmente increíble.

-¿Quieres algo de comer? No creo que el helado sea la mejor comida del mundo, -me giré para ver a Freen, que estaba poniendo mi equipaje en un armario al lado de la puerta principal.

-Claro, yo preparo la cena, -dije aun sorprendida. Esta casa era de ensueño.

-Por favor Bec, es mi casa. Yo prepararé la cena. Siéntate, relájate y espera. Puedes ver la televisión si gustas. Nabi está en su habitación, puede darte un recorrido por la casa si quieres. –Pasó a mi lado y me dio un beso en la frente. -¡Nabi!

-¿Sí mamá? –dijo desde otra habitación.

-Ven acompaña a Becky, enséñale la casa mientras yo preparo la cena.

-De acuerdo –miré por la estancia y descubrí un hermoso piano de cola. Me acerqué y acaricié las teclas y presioné una. –Es el piano de mi mamá, mi abuelo se lo regaló cuando tenía mi edad. Aprendió a tocarlo y es muy buena. Ahora ella me enseña a mí.

-¿Tú sabes tocar el piano? –dije sorprendida.

-Sí, ¿quieres escuchar?

-Claro –sonrió y se sentó en el taburete, hizo un ademán de que me sentara a su lado y obedecí. Comenzó a tocar y me quedé sorprendida. Lo hacía maravilloso. Tenía sus ojos cerrados y sus manos se movían a una velocidad increíble. Cuando la canción terminó abrió los ojos y se giró hacia mí.

-¿Te gustó?

-Es increíble Nabi, tocas muy bien. –no supe que más decir. Nabi sonrió.

-Gracias. ¿Ahora quieres ver el resto de la casa? –me puse de pie y dije que sí. Nabi comenzó a arrastrarme por toda la casa. Resulta que sí tenían habitación para visitas. Nabi me enseñó su cuarto. Estaba meticulosamente arreglado, todo en perfecto orden. Una pared tenía un estante lleno de trofeos. Me acerqué y vi que eran por tocar el piano. Algunos eran de Freen, se veían más viejos, y los demás de Nabi. También había por lectura en braille, Nabi había ganado tantas cosas. Era evidente que Freen la animaba en todo y la apoyaba.

Vi que en la mesa de noche del cuarto de Nabi había una fotografía. Me acerqué y la tomé. Eran dos personas y un bebe. Era evidente que estaba Freen, supuse que el bebe era Nabi y el hombre que Free estaba abrazando era Kirk o eso creí. Estaban Freen y el de frente, viéndose cariñosamente, ella tenía una enorme sonrisa en su rostro, una sincera, la de Kirk se podía decir que era forzada. Estaban en el hospital, el bebé que traían en sus brazos estaba dormido.

-Es mi papá, -dijo Nabi detrás de mí. –Es guapo, ¿no es cierto? Mi mamá solía describirme como era, cabello claro, ojos azules que te dejaban ver dentro de su alma, siempre me decía que era lo que más amaba de el, que era lo que la había hipnotizado.

-Es guapo Nabi y se ve que te ama mucho, -acaricié su cabello y dejé la fotografía en su lugar.

-No lo creo, si de verdad me amara no nos hubiera dejado, -sus ojos se humedecieron y maldije a Kirk en mi interior, ¿Cómo podía ser capaz de dañar a Nabi? Ella no tenía la culpa de nada.

-Hay veces en que la gente tiene que alejarse para proteger a los que ama. Tal vez tu padre sabía que si se quedaba te haría más daño, -Nabi asintió y suspiró. Limpié la lagrima que había derramado y la abracé.

Me enseñó la habitación de Freen. Era enorme, con una cama tamaño King y muebles enormes. Tenía un mueble con un televisor de pantalla plana. Un estéreo y un estante lleno de discos musicales. Y otro de películas. Después me mostró la biblioteca. Era más enorme aun, llena de libros. Era como mi cielo personal. Nunca había visto tantos libros juntos, ni en una librería.

Bajamos de nuevo cuando Freen nos llamó. Entré a la cocina sin hacer ruido y vi que tenía un delantal, era igual al que Heng utilizaba el día de la carne asada. La abracé por atrás.

-Ya vi la habitación de visitas, tramposa –le susurré al oído. Ella solo rió y se giró para abrazarme por la cintura.

-Soy culpable de todos los cargos oficial, ¿Qué piensa hacerme? Póngame el castigo más cruel que quiera, pero duerma conmigo esta y todas las noches siguientes, -sonreí y la besé.

Cenamos comida italiana, espagueti a la boloñesa y pizza hecha en casa. Todo estaba delicioso. Freen era una gran cocinera. Después que terminamos y limpiamos nos fuimos a dormir, Freen fue a acostar a Nabi mientras que yo iba a su habitación. Saqué mi pijama de la maleta y mi cepillo de dientes. Cuando Freen regresó me indicó donde estaba el baño. Entré y me vestí rápidamente. Me lavé los dientes y salí. Freen estaba recostado en su cama con bóxer y una playera viendo el televisor. Se veía hermosa. Me miró y sonrió. Palmeó el lado de su cama y fui a su lado.

En el pasado nunca consideraría la opción de dormir en la cama de un hombre o mujer con el que no estaba casada. Era algo completamente loco, pero ahora con Freen sabía que no lo era. Élla no lo veía de forma morbosa, nunca intentaría nada y mucho menos me obligaría a nada.

Vimos una película, que resultó ser la misma película europea que no entendía, Freen me la explicó y resultó ser muy interesante, pero estaba cansada y mis parpados se cerraban solos. Lo último que recuerdo es que estaba recargada en el hombro de Freen pero cuando abrí los ojos estaba sobre una almohada, los brazos de Freen en mi cintura y su pecho pegado a mi espalda, su cara cerca de mi oído, podía escuchar su respiración acompasada. Suspiré y volví a dormir, era infinitamente placentero.

Cuando desperté aun me encontraba en la misma posición, solo que ahora mis brazos estaban alrededor de Nabi, quien se había recostado a mi lado mientras dormía. Acaricié su cabello y sonreí. Ella tenía su dedo en la boca y tenía su espalda hacia mí. Me sentí tan feliz, si solo pudiera despertar así por el resto de mis días sería la mujer más feliz del mundo.

-Buenos días –susurró Freen con voz adormilada.

-Buenos días –dije poniendo una de mis manos sobre la suya, que se encontraba sobre mi panza. Me presionó un poco más contra ella y sonreí. Besó mi mejilla y se puso de pie.

-Iré a preparar el desayuno. Puedes tomar una ducha si quieres o simplemente volver a dormir.

-Gracias, creo que tomaré una ducha. –asintió y salió de la habitación. Me bañé de prisa y haciendo el menor ruido posible, pues Nabi seguía dormida en la habitación. Lavé mis dientes cuando terminé, bajé y ahí estaba Freen. Su cabello hecho un desastre, más de lo normal, y aun traía su pijama. Me vio y sonrió.

-El desayuno está casi listo –me abrazó por la cintura y me besó en los labios. –Gracias por acompañarme, dormí increíblemente bien.

-Fue un placer, también dormí muy bien.

Desayunamos cuando Nabi se despertó. Pasamos el resto del día ahí, Nabi en su cuarto jugando con sus cosas. Freen y yo vimos la televisión y también jugamos con Nabi afuera, tenían un hermoso jardín trasero y ahí podíamos correr con libertad. Nabi me dijo que estaba diseñado para que un perro lazarillo pudiera vivir cómodo. Y era verdad, tenían todo listo. Una casa de madera equipada con una cama aterciopelada, platos para la comida y para el agua. Todo estaba puesto debajo de una carpa para protegerlo del sol. La noche pasó de la misma forma que la primera y al día siguiente Nam llegó para llevarme de compras.

Fue un día muy agotador, siendo que no estaba acostumbrada a caminar por el centro comercial por 6 horas, sí, 6 horas fueron las que pasamos en el centro comercial comprando todo tipo de accesorios para la playa. Nam me obligó a comprar 3 tipos diferentes de bañador. Uno era azul, similar al que tenía, otro era amarillo, que me parecía que no contrastaba con mi piel, pero Nam dijo que sí, y el último era blanco con puntos rosas. Ese fue el que más me gustó y también el más discreto. Compré conjuntos de pantalones cortos y playeras. También vestidos ligeros. Toda la ropa estaba muy linda, pero gasté una cantidad de dinero inimaginable. Nam me dejó en casa de Lauren a las ocho de la noche. Las luces de la habitación de Freen y la de Nabi estaban encendidas. Freen me había dado una llave para que no tuviera que tocar. Bajé la inmensa cantidad de bolsas, Nam se ofreció pero me negué, no quería que hiciera ningún esfuerzo. Terminé en dos vueltas y dejé todo en la entrada. Suspiré agotada y subí las escaleras. Entré en la habitación de Freen y ahí estaba ella leyendo con el pijama puesto. La envidié tanto en ese momento.

-Hola Becbec, ¿Cómo te fue? Luces cansada, puedes tomar una ducha.

-Gracias, regreso en un momento, -me bañé y cambié rápido y regresé a la habitación. Estaba hecha polvo, completamente agotada. Me subí en la cama y me acosté al lado de Freen. Ella dejó su libro y se acercó a mí.

-¿Te apetece un masaje en los hombros? –susurró en lo que a mí me pareció un tono muy sensual. Asentí ya casi dormida. Me movió para que quedara entre sus piernas, mi espalda pegada a su pecho, y la suya en el respaldo de la cama. Comenzó a masajear mis hombros y se sintió bastante bien. –Tienes un nudo muy grande en tu espalda.

-A la próxima recuérdame que no vaya de compras con Nam por favor, -ella rió y continuó masajeando mi espalda. Recargué mi cabeza en su hombro y me abrazó por la cintura. Besó mi mejilla y se meció a los lados, me sentí como una chiquilla a la que su mamá arrulla. Suspiré profundamente y cuando menos lo pensé Freen me recostó de nuevo en la cama y apagó la luz. Me abrazó por detrás y besó mi cuello.

-Descansa, -susurró suavemente. Y así lo hice. A la mañana siguiente me desperté y sentí un extraño vacío. Nabi no se había venido la noche anterior. Me giré para ver si no se había puesto de lado de Freen. No, no estaba. Cuando me moví Freen se despertó. Me miró y sonrió.

-Nabi no está, -dije por lo bajo.

-Aparentemente no sabes qué hora es ¿cierto? Nabi ya está bañado, cambiado y desayunado. –Me quedé paralizada sin saber qué decir. Me sonrojé y me escondí debajo del cobertor.

-Lo siento, estaba muy cansada, -dijo con el cobertor sobre mi cara. Sentí como Freen lo jaló lentamente hacia abajo hasta que destapó mi rostro. Ella se veía hermosa, el sol pegaba detrás de ella haciéndola parecer un ángel, parecía que brillaba. Su sonrisa de perfecta.

-No importa, tenemos todo el día para hacer lo que queramos, mañana nos vamos, -bajó lentamente y me besó en los labios. Contesté a su beso y sentí como caía sobre mí casi todo su peso. Enredé mis dedos en su cabello. De pronto me tomó por la cintura y me giró para que quedara sobre ella. Sonreí aun besándola y ella no pudo contener la risa así que rompió el beso.

-¿Mamá? –escuché a Nabi susurrar detrás de la puerta.

-¿Sí, Nabi?

-¿Está Becky despierta ya?

-Sí cariño, pasa –dije yo mientras me ponía al lado de Freen. Nabi entró y subió a la cama.

Minutos después Freen me trajo el desayuno a la cama. Pasamos un tranquilo día en la casa solo haciendo lo que nos placía. Preparé mi equipaje con la ropa nueva y después nos fuimos a dormir. Nabi no se fue a su cama, se quedó con nosotras desde el principio. A la mañana siguiente despertamos muy temprano. Nos duchamos y cambiamos en tiempo record y al salir Heng nos esperaba para llevarnos al aeropuerto. Llegamos justo a tiempo, nos despedimos y dimos las gracias a a Heng y después abordamos. El vuelo fue placentero pues viajamos en primera clase.

Viajamos por algunas horas, la verdad es que me quedé dormida sobre el pecho de Freen, así que no tomé en cuenta las horas. Se notó el cambio de clima. Aterrizamos y un taxi nos llevó al hotel. Nuestra habitación era amplia, dos camas matrimoniales, una cocina, un baño con tina y una terraza con un jacuzzi. Era realmente hermosa y enorme.

En cuanto nos instalamos Nabi quiso ir al mar. Freen y ella se cambiaron rápidamente y me dieron tiempo de alistarme en lo que ellas bajaban. Me puse rápidamente el bañador color azul y bajé con una botella de bloqueador solar. Cuando llegué había una sombrilla y tres sillas playeras y en una de ellas estaban las cosas de Freen y Nabi. Vi a lo lejos a Freen cargando a Nabi mientras la sumergía. Quería ponerme bloqueador antes de entrar al agua. Comencé a ponerme en los brazos y piernas pero no alcanzaba mi espalda. Esperé un momento a que salieran. Cuando Freen vio que estaba ahí salió del agua y vino hacia mí con Nabi detrás de ella. Me abrazó y me estremecí, estaba frío y lo sabía. Por eso rió. Le pedí que me pusiera bloqueador en la espalda y me senté en una de las sillas. Freen comenzó a ponerme bloqueador mientras yo intentaba pensar en otra cosa que no fueran las manos de Freen sobre mí. De pronto lo sentí muy cerca.

-Te ves hermosa con ese bañador, -susurró con ese estúpido tono sensual de nuevo.

-Gracias –logré susurrar.

Después las tres entramos al agua, jugamos hasta que el sol se ocultó y comenzó a ponerse frío. Dormimos bien esa noche, Freen y yo en una cama y Nabi en otra. Pero como siempre en la noche se pasó a nuestra cama.

Cuando desperté Freen había ordenado servicio al cuarto, el desayuno estuvo delicioso. De nuevo bajamos a la playa y en esta ocasión Freen y yo nos quedamos a broncearnos un poco. Nuestra sombrilla estaba más cerca del mar para que Nabi nos encontrara con facilidad. Estábamos recostadas sobre dos toallas boca bajo. De pronto me sentí muy acalorada y me giré. Freen me miró y sonrió. Los lentes oscuros que traía le caían muy bien. Y no lo había dicho antes pero su rostro era una de las cosas más hermosas que haya visto antes. Puso su mano sobre mi vientre y comenzó a acariciarlo. Después se acercó y me besó, quedando parcialmente sobre mí.

-¿Sabes? Tengo una duda muy grande, -dijo con tono pensativo.

-Dime, -dije mientras acariciaba su mejilla.

-¿No te asusta la rapidez con la que va todo? Me refiero a nuestra relación, -se notaba algo nerviosa y la pregunta sí me había desconcertado un poco. ¿Me asustaba? La verdad era que no, nunca me había sentido con nadie como me sentía con ella. Nunca.

-No, -dije finalmente. Mi voz sonó segura. Aunque también estaba su opinión, quizá pensaba que así era yo con todos, una fácil, una cualquiera. La simple idea me asustó, quizá así pensaba ella. -¿Y tú? –pregunté nerviosa.

-No, en lo absoluto. Te pregunto porque sé que muchas mujeres ya habrían salido despavoridas. Muchas mujeres le temen al compromiso real y supongo que también tendría algo que ver el hecho de que tenga una hija y que sea ciega. Es demasiada responsabilidad. No quiero asustarte y que después salgas huyendo de mí. No quiero perderte por llevar las cosas tan rápido, si esa es tu opinión podemos hacer las cosas de una manera más lenta.

-Freen, amé a nabi desde el primer momento en que la vi. Ella nunca sería un impedimento para salir contigo. En cuanto a la rapidez de nuestra relación, admito que no es mi forma normal de llevar las cosas, por lo general tardo meses en acostumbrarme a esa persona. Pero contigo es diferente, siento una conexión tan grande que no me importa lo rápido que vayamos, siento que te conociera de toda la vida y la verdad es que -bajé la mirada apenada y ella levantó mi mentón con un dedo.

-¿Que qué?

-Que te amo, tal vez suene apresurado y cursi, -me puse nerviosa, no sabía si había hecho bien al revelarlo. –Lo siento Freen, fui muy directa puede que

Me acalló con sus labios y podía sentir su sonrisa. Sonreí también y tomé su rostro en mis manos para después ir a su cabello. Se escuchó un grito y Freen levantó la cara. Sentí como se levantó y salió corriendo. Me giré y vi que Nabi estaba en la arena tirada llorando. Me acerqué corriendo y Freen se sentó a su lado.

-Nabi, ¿Qué pasa? Dime, -decía Freen desesperada.

-Me pica mamá, me pica, -las lágrimas salían de sus ojos. Tenía varios puntos rojos en sus piernas y noté que eran quemaduras.

-Freen, le picaron las aguamalas, son quemaduras mira, -dije apuntando a sus piernas. Puse una mano en su espalda. –Relájate, se curan con un ungüento que probablemente tengan en la enfermería.
Freen asintió y tomó a Nabi en brazos. La llevamos a la enfermería y nos dieron un ungüento. Nos advirtieron que las picaduras podían causar temperatura y que si tenía cualquier otro síntoma la trajéramos de vuelta. La llevamos de vuelta a la habitación y yo fui a recoger las cosas que habíamos dejado en la playa. Cuando regresé Nabi estaba dormida y Freen tomando una ducha. Cuando salió tenía cara de preocupación. La abracé y ella respondió mi abrazo.

-No pasa nada, ya verás que estará bien para mañana, -dije mientras acariciaba su espalda.

-Su temperatura subió, tendré que pasar la noche en vela para prevenir que suba mucho.

-En dado caso de que suba tendrás que darle un baño, yo me quedaré contigo. Juguemos a algo, ¿Qué te parece ajedrez? –dije mientras tomaba mis cosas para darme un baño rápido. –Mientras me baño podrías ordenar la cena, quizá algo dulce para calmar los nervios –le sonreí y ella me la devolvió.

Pasamos toda la noche jugando a todo tipo de juegos de mesa. Comimos unas deliciosas fresas con chocolate y charlamos más de lo normal. La temperatura de Nabi no aumentó de hecho disminuyó. A las siete de la mañana seguíamos despiertas, solo que los párpados de Freen se cerraban solos. Yo había tomado un café hace poco y la cafeína afecta mucho a la hora de dormir. Estábamos recostadas en la cama contraria a la de Nabi, ella me abrazaba por la cintura mientras que mi cabeza estaba recargada en su pecho. Sentí como su respiración iba bajando de ritmo, supe que estaba dormida porque Freen roncaba de una forma muy suave cuando estaba bocarriba. La miré y pude ver las enormes ojeras que tenía debajo de sus ojos. Besé su mejilla y me puse de pie para tomar la temperatura de Nabi. Cuando lo toqué despertó y tomó mi mano.

-¿Cómo te sientes cariño? –le pregunté en un susurro.

-Bien, creo. Aun me duelen las quemaduras pero estoy bien. ¿Dónde está mi mamá?

-Está dormida, se quedó la noche cuidándote y hace poco que se durmió.

-Siento haber arruinado las vacaciones.

-No arruinaste nada, no es como si hubieras llamado a las aguamala para que te picaran. Solo descansa y reponte para que tu mamá no se preocupe, ¿de acuerdo? –ella asintió y después de un rato de acariciar su cabello volvió a quedarse dormida.

La noche en vela me pasó factura y me quedé profundamente dormida. Cuando me desperté me sentí entumida, sentía como si hubiese dormido un día completo. Abrí los ojos y ni Freen y Nabi estaban ahí. Miré por la habitación y no había nadie. Escuché risas y vi que la puerta del balcón estaba abierta. Estarían en el jacuzzi. Me lavé la cara y me puse mi bañador amarillo. Era el que menos me gustaba, por eso solo lo usaría frente a Freen, no quería llevarlo a la playa con miles de espectadores. Cuando salí Freen me vio y me invitó a entrar. Me sentó entre sus piernas y besó mi mejilla. El sol se estaba poniendo y desde ahí había una hermosa vista. El contraste que hacía el sol con el mar era hermoso. Nabi se puso a un lado de nosotras y cerró los ojos, sintiendo la brisa del mar. En ese momento deseé que no pasara el tiempo, que pudiéramos quedarnos así. Una gran familia feliz. Estaba segura de que en un futuro no muy lejano eso podría ser posible.

Quizá esta era mi señal. La señal para que dejara mi trabajo y me dedicara de tiempo completo a mi familia. Si es que Freen lo quería claro. Suspiré y Freen me presionó más contra ella. Esa noche tuve sueños con vestidos de novia y velos. Me imaginé viviendo en casa de Freen, cuidando de Nabi y enseñándole a vivir, todo al lado de Freen. Sí, definitivamente sería asombroso, una vida con ellas.

A la mañana siguiente todos estábamos mejor. Nabi había estado bien, Freen y yo descansado. Así que a primera hora en la mañana bajamos a desayunar en lugar de pedir el servicio a cuarto. Nabi no quiso volver al mar y fuimos a las piscinas, había tres de diferentes profundidades. Freen y yo jugamos waterpolo mientras que Nabi se quedaba en la alberca para niños. Pasamos una tarde tranquila y comimos de nuevo en el restaurant del hotel. En la noche Nabi se quedó dormida rápidamente en su cama, Freen se levantó y fue al baño. La verdad es que no tenía mucho sueño, había dormido toda la tarde del día anterior y me había obligado a dormir en la noche. Estaba suficientemente descansada. Escuché que Freen tomaba una ducha y me quedé esperando a que saliera. Salió y se recostó de nuevo detrás de mí.

-¿Estás dormida? –me susurró en el oído. Me giré y vi que traía puesto algo formal.

-No, ¿Por qué? –dije con el ceño fruncido.

-Te llevaré a cenar, cámbiate rápido y te espero en la recepción, -dijo mirando de reojo a Nabi para revisar que no se despertara. Asentí y Freen salió de la habitación. Por suerte había traído un conjunto que era más o menos formal. Tomé una ducha rápida y me cambié. Puse crema para peinar en mi cabello solo para que no se esponjara demasiado. Salí lo más silencioso posible y bajé. Ahí estaba Freen, al pie de la escalera con un traje negro. Se veía hermosa, contrastaba con su piel.

-Te ves muy bien, -dijo tomando mi mano.

-Gracias, -comenzamos a caminar hasta la salida del hotel. –Freen, ¿A dónde vamos? ¿Qué pasa si Nabi se despierta?

-No te preocupes, no creo que se despierte, se agotó hoy. Tarda mucho en recuperarse de una decaída, tiene que dormir mucho para que su cuerpo se reponga. No te preocupes, no estará sola por mucho tiempo.

-De acuerdo –sonreí y ella me devolvió la sonrisa. Subimos a una limosina y comenzó a andar por la ciudad. Era una ciudad muy linda por la noche. Llegamos a un restaurant de comida china. Al parecer Freen había hecho reservaciones anteriormente. Nos pasaron a una mesa para dos, privada. Cenamos tranquilamente y Freen me dio champagne. Todo estaba delicioso y el restaurant ofrecía un ambiente agradable. Cuando terminamos volvimos a la limosina. Creí que iríamos al hotel pero resultó que iríamos a bailar. Me negué inmediatamente, bailar no era mi fuerte, pero Freen pidió que aceptara y no se lo pude negar.

-Vamos, seguro que te diviertes, -dijo mientras me veía directamente a sus ojos. Asentí y ella sonrió. –Gracias.

Llegamos a un lugar que era muy diferente a lo que yo esperaba. Todo estaba lleno de parejas y no era música escandalosa, era música instrumental y agradable. Nos volvieron a pasar a una mesa para dos pero Freen me tomó del brazo y me llevó a la pista de baile. Me tomó de la cintura y me pegó a ella. La canción Farewell de Dario Marianelli comenzó y Freen bailó por ambas. Apoyé mi cabeza en su pecho y aspiré su olor.

-¿Te gusta? –preguntó en un susurro. Como si su voz fuera a arruinar el momento.

-Me encanta, -dije mientras subía el rostro para besar su quijada. –Es hermoso todo, gracias Freen.

-Es un placer, -dijo mientras bajaba la mirada hacia mí y me besaba en los labios.

Todo era perfecto. Definitivamente amaba a esta mujer y definitivamente dejaría todo por ella. Seguimos bailando por un rato, después nos sentamos y brindamos con una copa de vino tinto. El tiempo pasó rápido y cuando menos lo pensé eran las cuatro de la mañana. Salimos de ahí y nos bajamos en la playa. Freen me dijo que me quitara los zapatos y los dejara en la limosina, el chofer los dejaría en la recepción y de ahí los pasarían a la habitación. Comenzamos a caminar por la arena, el clima estaba fresco y no traía chaqueta así que Freen se quitó su saco y me lo entregó. Olía maravillosamente. Nos tomamos de la mano y seguimos caminando. La verdad es que no había mucho que decir, el amor entre nosotras se podía sentir en el aire. Vimos que nos acercábamos a la playa de nuestro hotel. Eran aproximadamente las cinco treinta de la mañana. Freen se detuvo y tiró de mi brazo suavemente.

-Espera, está por salir el sol. Quedémonos a contemplar el amanecer.

Nos sentamos en la arena con mi espalda pegada a su pecho y sus brazos alrededor de mi cintura. Ella besaba mi cuello de vez en cuando. Entonces se comenzó a ver el sol, estaba saliendo poco a poco. Comprendí que representaba un comienzo nuevo en mi vida. Una nueva experiencia. Una nueva etapa. Suspiré profundamente y sonreí, dándole la bienvenida a lo que viniera siempre y cuando fuera al lado de Freen.

Cuando regresamos al hotel entramos por la recepción y alguien se acercó a nosotros.

-Sra. Sarocha, disculpe que la moleste pero al parecer su hija se despertó y está muy alterada. Comenzó a pegarle a la puerta y a gritar, pensamos que le ocurría algo pero no nos dejó que nos acercáramos.

Freen se tensó al escuchar eso. -¿Dónde está? –dijo rápidamente.

-Está en su habitación, hay tres personas intentando serenarla. No ha dejado de gritar y está asustando a otros clientes.

Freen salió corriendo y yo detrás de ella. Se escuchaban los gritos de Nabi desde el comienzo del pasillo. Cuando llegamos vimos a los tres hombres que intentaban acercarse a ella.

-¡No! –gritaba Nabi con lágrimas en los ojos. Estaba en un rincón.

-Nabi, -dijo Freen. Ella instantáneamente dejó de gritar y comenzó a llorar más fuerte.

-¡mamá! –gritaba desesperada. Se puso de pie y extendió sus brazos. Freen se acercó y la abrazó. –mamá, creí que me habías dejado. –decía entre lágrimas abrazando a Freen por el cuello.

-Solo fui a cenar con Becky, Danny. Perdón mi amor, lo siento –decía mientras acariciaba su cabello para tranquilizarla. Se giró a los hombres. –Gracias señores, disculpen la molestia, fue error mío. Pueden marcharse, estará bien.

Los hombres se fueron y Freen siguió tratando de calmar a Nabi. No sabía qué hacer, debía irme y dejar a Freen sola o quedarme. Me quedé en mi lugar, esperando a que todo se calmara. Me sentía culpable pero no estaba segura porque.

-No me dejes mamá, no hagas como papá, -decía Nabi ya más calmada.

-Nunca Nabi, nunca. ¿Por qué pensaste que te había dejado?

-Porque no estabas, llamaba tu nombre y no estabas, tal como papá lo hizo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, sentía unas ganas infinitas de matar a Kirk.

-Yo no soy como papá, nunca te voy a dejar. Te amo Nabi, no lo olvides mi niña.

Después de un rato se quedó dormida en brazos de Freen y ella la puso sobre la cama. La tapó y besó su frente. Cuando se puso de pie pasó varias veces la mano por su cabello. Seguro que también se sentía culpable. Me acerqué a ella despacio y después la abracé, me respondió y se quedó un momento sin decir nada.

-En estos momentos podría matar a Kirk, le hizo tanto daño, -dijo aun abrazándome.

-Lo sé Freen, lo sé. Lo siento tanto. Quizá si nunca se hubiera ido todo estaría mejor, -se alejó un poco para verme a los ojos.

-No becbec, no estaría mejor. Seguro que Nabi estaría más dañada. Y lo más importante, no te habría conocido a ti. No creas que me arrepiento de la velada que pasamos, y espero que tú tampoco. Solo fue un error de mi parte. No debí dejarlo sola, -asentí e intenté sonreír, la verdad es que no me arrepentía pero me sentía culpable. Me besó suavemente.

Volvimos a dormir durante el día y para la tarde ya estábamos repuestas. Comimos en el cuarto y después bajamos a la piscina, solo un momento. Cuando subimos entramos al jacuzzi y vimos el atardecer. Daría lo que fuera por que un día Nabi lograra verlo. Esa noche tuve sueños extraños, no dormí bien.

Al día siguiente nos despertamos un poco más tarde de lo común. Freen había dicho que tenía una sorpresa para nosotras. Nos pusimos el bañador y ropa encima. Salimos a la playa y Nabi dijo que no quería entrar. De verdad se había asustado con las aguamalas. Freen le prometió que no tendría que meterse pero que tenía que ir con nosotras. Llegamos a la orilla y había una lancha, Freen le pagó al hombre y le dijo algo en el oído. El señor asintió y nos dieron chalecos salvavidas a los tres. Estuvimos esperando por un rato en lo que el señor llegaba al lugar indicado, después se detuvo y Freen nos acercó a la orilla. Nabi se portaba algo reacia a acercarse. Entonces lo escuché, eran delfines y no estaban muy lejos de ahí. Me tapé la boca con las manos y miré a Freen. Ella sonrió.

-¿Lo escuchaste Nabi? –le preguntó Freen.

-Sí, pero no sé que son, -contestó Nabi algo frustrada.

-Son delfines cariño, -contesté yo.

-Podrás tocar uno, ya lo verás.

Nos adentramos un poco más al mar pude ver delfines a lo lejos. Eran alrededor de 4 y estaban haciendo ruidos, comunicándose entre ellos. El señor detuvo la lancha y vi que estábamos muy cerca de ellos.

-Vamos Becbec, toca uno, -dijo Freen sonriendo. Sus ojos brillaban aun más por el sol, tanto que me dieron el valor para alcanzar uno. Fue increíble, es como si estuvieran entrenados. El que estaba tocando sacó la cabeza y abrió la boca. El pescador me dio un pez para que se lo dejara en la boca, lo hice con mano temblorosa y después el delfín comenzó a saltar hacia atrás. Fue increíble todo.

Nabi se atrevió a tocar uno y se rió más de nerviosismo que de ánimos. Freen incluso entró al mar para nadar con ellos. Estaba muy entusiasmada, supuse que le gustaban los delfines. Se tomó de la aleta de uno y el delfín lo jaló, nadó con él. Era fabuloso. Después me obligó a meterme, y a Nabi . Freen le enseñó a montar un delfín, le dijo a Nabi en donde tenía que poner su mano para que el animal no se alterara. Nabi estaba muy feliz.

Cuando volvimos el sol se estaba ocultando. Nabi había superado su miedo al mar y volvió a meterse. Todo era genial. Estábamos sentados en toallas y comenzamos a jugar, Freen le hizo cosquillas a Nabi mientras ella gritaba.

-¡No mamá, no! –decía mientras intentaba quitar sus manos. Yo reía con ellas. Después de un rato se detuvo y dejó que Nabi recuperara el aliento. Después le dijo algo en el oído y ella sonrió y asintió. Después Freen me miró y supe lo que estaba pensando.

-A no, claro que no señora. Si me haces cosquillas Freen Sarocha te prometo que -pero no terminé mi frase pues se acercó a mí y yo salí corriendo. Me persiguió hasta la orilla del mar, yo me metí más allá en el agua pero cuando entré a una profundidad en la que me llegaba a la cintura me atrapó. Me llevó cargando en el hombro hasta donde estaba Nabi. Después me puso en el piso y comenzó a hacerme cosquillas a mí también. Nabi la ayudó y yo estaba prácticamente llorando de la risa.

El día terminó antes de darnos cuenta. A la mañana siguiente volvíamos  y la verdad es que no me quería ir. No quería alejarme de aquí. Había pasado unas increíbles vacaciones. En la noche me desperté porque me sentí algo sola. Me giré por la cama y vi que no había nadie. Miré al frente y vi que Nabi seguía en su cama. Entonces escuché la puerta del baño y que apagaron la luz. Freen se recostó a mi lado y yo me giré y la abracé.

-¿Te desperté? –me susurró.

-No, me sentí algo sola, es todo, -asintió y después escuché que suspiraba cansinamente. -¿Pasa algo?

-No, es solo que Nabi ha estado teniendo pesadillas últimamente. Creo que fue por lo del incidente de la noche pasada. Me dice que en su sueño su padre vuelve y le dice que no lo quiere, que se aleje de el, es horrible. Se levanta sudada y llorando. No sé qué hacer, -la abracé con más fuerza y no supe qué decir.

-Quizá solo necesite tiempo Freen, ya verás que pronto pasa. A mí me pasaba igual cuando mis padres se divorciaron. Mi madre dice que me levantaba gritando por mi padre. No te preocupes, ya verás cómo se le pasa.

Freen asintió y me abrazó también. Me besó suavemente y después nos quedamos dormidas. A la mañana siguiente preparamos todo para irnos. Un taxi nos llevó hasta el aeropuerto y ahí tuvimos que esperar puesto que el avión se había retrasado. Nos sentamos y Nabi quiso ir al baño. Me cansé de estar sentada así que me puse de pie. Un momento después Freen se acercó y me abrazó por detrás. Nabi volvió a sentarse y sonreía. Supuse que estaba feliz de irse a casa. Aunque podía ver sus ojeras, estaba cansada. Me giré para abrazarla por enfrente. Ella hundió su cara en mi cuello y lo besó, me estremecí ligeramente y ella se río. Subió por mi quijada y después a mi oído, mordió ligeramente mi lóbulo, provocando que me riera.

-¿Becky? –escuché que una voz de mujer decía. Cuando me giré los brazos de Freen que seguían a mi alrededor se tensaron pero no entendía la razón. La chica frente a mí me parecía conocida, pero no estaba segura de dónde la había visto. -¿No me recuerdas? Prácticamente me debes la vida mujer. Oh vamos, la fiesta de novatos en la escuela de medicina. ¡Tienes que recordarlo!

De pronto mi cabeza hizo clic y mis mejillas se encendieron. -¡Kate! –grité y después la abracé. –Hace tanto tiempo. ¿Qué ha sido de tu vida? Por Dios, más de cuatro años sin saber de ti. Un día dejaste de ir a la escuela y fui a tu casa y te habías mudado. Sin despedida ni nada.

-Lo siento, tuve un pequeño problema familiar. Mi hermano no estaba bien, -dijo haciendo una mueca.

-¿Qué fue de tu vida? –pregunté animadamente. De pronto recordé a Freen. –Oh lo siento, que mal educada soy. Kate ella es

-Freen, -dijo ella antes que yo.

-Sí, -fruncí el ceño y me giré a Freen. Su mandíbula estaba tensa y en sus ojos había algo que no podía identificar.

-Kate, -dijo con un asentimiento de cabeza.

-¿Ustedes se conocen? –dije desconcertada.

-Sí, Becky, -dijo Freen aun seria. –Ella es la hermana mayor de Kirk.

En ese momento pasaron varias cosas, mi cabeza hizo clic de nuevo al conectar la actitud de Freen con la persona. Kate siempre me había dicho que tenía un hermano y una hermana. Nunca conocí a ninguno. El tiempo coincidía, hace más de cuatro años Kirk abandonó a Freen y hacía más de cuatro años que Kate había dejado la escuela. Y entonces lo escuché.

-¿Kate, que demonios esperas? –levanté la mirada y ahí estaba. Kirk en persona. Quise correr a el y golpearlo por lo que le había hecho a las dos personas que más amaba en el mundo, pero me contuve.

-¿Papá? –dijo Nabi levantando de golpe la cabeza y noté como sus ojos se llenaban de lágrimas.

Mi vida por la tuyaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin