Extra...

1.3K 112 5
                                    

- ¡Llevemos fresas! -exclamó Jimin, mientras Jungkook iba con el carrito.

- Está bien mi amor, puedes llevarlas. -sus ojitos se achinaron más de lo normal y esbozó una sonrisa.

- Gracias Kookie~ -metió el paquete para luego seguir caminando entre las góndolas.

Mientras tanto Jimin no era consciente de las miradas que recibía, todas ellas denotando atracción, lujuria y deseo. Jungkook, quien sí era consciente de eso, chocaba su lengua contra la parte inferior de su mejilla y se decía palabras de ánimo para no comenzar a masacrar gente o patear a algún anciano que se cruzara en su camino.

- Compremos rápido y vámonos de aquí. -bufó.

- ¿Por quéeee? Tenemos tiempo para comprar.

- Te miran demasiado y no me gusta.

- Los ojos son para mirar, Kookie. -respondió sin malicia, no captando que lo miraban como un pedazo de carne fresca. Incluso las chicas.

- ¿Me das un besito? -le hizo pucheros y Jimin sonrió, poniéndose de puntitas para besarlo.

Las manos de Jeon se pasearon por su cintura y lo atrajeron más hacia su cuerpo, intensificando el beso. Casi un minuto después lo soltó, estaba todo sonrojado y el empresario estaba feliz porque los presentes ya habían visto que Jimin era suyo. Ahora podía caminar en paz.

- N-No hagas eso... Nos quedan mirando mucho... -le reclamó aún sonrojado.

- Los ojos están para mirar, bebé. -éste le dió un leve empujoncito.

- Eres malvado. -se acomodó su chaqueta de jean- ¿Qué más nos falta?

- Poner mi banana en tu ensalada de frutas.

- ¿Eh?... Ya, estoy seguro de que no hay cereales en tu casa. -siguió caminando esta vez llevándose el carrito y Jungkook sonrió.

Jimin seguía siendo la misma cosita tierna e inocente que conoció hace dos años.

- Amor... Ya llené el carrito, vamos a hacer la fila para pagar.

La cola avanzó rápidamente por lo que terminaron rápido y salieron enseguida del supermercado.

- ¿Quieres pasar por un helado? -preguntó el mayor cuando ya estuvieron dentro de la camioneta.

- ¡Siiii~! Quiero de fresa... O mejor vainilla... -hizo un gesto pensativo- En la heladería decido.

Jungkook puso el vehículo en marcha y cuando miró casualmente hacia el volante, su pecho se llenó de una sensación cálida al ver los distintos stickers de animalitos 'kawaiis' pegados alrededor del mismo. Habían conejitos, ositos y gatitos.

- ¿Y éstas pegatinas, bebé? -preguntó haciéndose el desentendido.

- Estaban lindas... Y tu camioneta muy fúnebre... Ahora se ve más linda.

- Claro que lo hace, amor.

- Kookie, te amo. -soltó mirando fijamente a su novio.

- Yo te amo más, Minnie. -volteó a verlo con una sonrisa de oreja a oreja.

Unos semáforos después ya estaban en la heladería. Bajaron de la camioneta y le pusieron alarma a la misma para poder ir a ordenar.

- De fresa para mi, por fi. -sonrió el menor. La chica se carcajeó ante el tierno chico y luego le preguntó a Jungkook.

«¿Tan viejo estoy que la gente me trata de usted? Sólo tengo treinta años.»

- De naranja, por favor. -la chica asintió y fue a preparar los helados.

" Inocente " kookmin OsWhere stories live. Discover now