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Cricket sonrió cuando Hoseok y Taehyung entraron a la cafetería, aún más amplio cuando  vio los dedos de ambos entrelazados. Esa mañana, su cabello era verde ácido y usaba un  lápiz de labio color morado. Los saludó con la mano e inmediatamente comenzó a hacer  sus pedidos habituales mientras que ellos tomaban una mesa cerca de la puerta.

El lugar  estaba completamente vacío. Aun así, Hoseok no pudo evitar notar cómo Taehyung escogió  el asiento frente a la puerta. Era una reacción tan policial. Irónico, teniendo en cuenta  que Taehyung era todo lo contrario.

Una vez que el pedido estuvo completo, Taehyung lo buscó en el mostrador y metió  demasiado dinero dentro del frasco de propinas de Cricket. Dejó el café y el panecillo de  Hoseok sobre la mesa mientras que ocupaba nuevamente su asiento, enredando juntas las  piernas de los dos. No hablaron demasiado, pero el silencio era cómodo y lleno de  miradas que hacían que Hoseok se ruborizara como una jodida colegiala al pensar en lo  que habían hecho solo unas horas atrás.

Hoseok cortó lentamente su panecillo con chispas de chocolate usando los dedos,  partiéndolo en pequeños trozos antes de metérselos en la boca. Taehyung había elegido un  bollo de queso cheddar y jalapeño que estaba comiéndose con tanta delicadeza como si  le preocupara las migajas en su camisa o jeans, cosa que a Hoseok le parecía divertido.

Mientras comían, Cricket los observaba atentamente con la mirada viajando desde ellos  hacia algo detrás del mostrador, luego a la puerta y viceversa. No es como si se estuviera  comportando más extraño de lo habitual, pero algo en su actitud estaba comenzando a  inquietar a Hoseok, lo que a su vez hizo que Taehyung escaneara rápidamente el restaurante  en busca de cualquier amenaza que pudiera estarlos acechando.

Cuando sonó el teléfono de Taehyung, él lo giró para ver la pantalla y respondió de  inmediato al ver quien llamaba. Colocó el móvil entre ellos y presionó el botón de  altavoz.

—Buenos días, Calliope.

Que Taehyung respondiera en altavoz parecía un gesto extrañamente íntimo. Hoseok puso  los ojos en blanco ante el ridículo hilo de sus pensamientos, ganándose de por medio  una mirada confusa de Taehyung. Rápidamente, agitó la mano para hacerle saber que no  era importante.

—¿Cómo está tu brazo? —Calliope preguntó en lugar de un saludo.

La boca de Taehyung se apretó en una dura línea.

—¿Quién te lo dijo?

Calliope se rio entre dientes.

—¿Quién crees tú? JungKook me envió un mensaje de texto  antes de que ustedes dos salieran del almacén. ¿Dejaste que esa perra tomara el bisturí?  No es algo propio de ti.

—Gracias. Eso mismo fue lo que yo dije. —intervino Hoseok, dándole a Taehyung una  mirada de superioridad.

Hubo una larga pausa y luego:

—Oh, Dios mío. ¿Eres él? ¿Eres Hoseok? ¿El Hoseok? — Calliope preguntó con la misma reverencia y asombro que le daría a una celebridad.

Taehyung le sonrió, tomando un sorbo de su café.

Hoseok se acercó más al teléfono.

—Um, sí. Hola.

—Hola. Hola —dijo de nuevo—. He oído mucho sobre ti. ¿Es cierto que eres un  psíquico? Yo sí creo en todas esas cosas. En la astrología. En el Tarot. En los fantasmas.  Mi madre sabía cuándo iba a morir antes de que pasara. Ella decía que cuando veía en  sus caras, y en lugar de ver un rostro normal, vislumbraba en ellos una calavera. Todo  comenzó cuando era una niña, nada menos que en la iglesia…

La vida que oculto (VHOPE) [Finalizada] Where stories live. Discover now