♰ Capítulo 12.

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   Hacer un rápido entreno para entrar en forma, bañarme y salir... Era eso lo que tenía planeado. 

   Había salido de viaje casi tres semanas a Canadá debido al estado de salud de mi abuela. Estuve con ella durante todas estas semanas, cuidándola y conectándome nuevamente con mis raíces. Disfruté mucho del descanso que tuve de todo el estrés que conlleva ser el "orgullo" de tus padres, pero ya era hora de volver. Una vez pude asegurarme de todo estuviera en orden en casa, empaqué maletas y volví. Mi equipo me recibió con el noventa y un porciento de victorias; ellos bajo el mando de San son veloces y captan todo muy rápido. Son mi más grande orgullo, en definitiva; incluso tengo una foto polaroid de ellos siempre conmigo. 

   Noviembre fue un mes complejo, tuve que mentir mucho, todo el tiempo. Se suponía iba a ser un mes en donde encontraría nuevamente el camino hacia el Señor... No, no fue así, me desvié más. Una vez pruebas la manzana del Edén, no es fácil volver. Mis padres casi se enteraron de que había roto con Arin, y parece complejo de entender, pero el sentimiento de saber la reacción de ellos una vez se enteren, es aplastante. Me iban a preguntar por qué lo hice, me pedirían explicaciones, la citarían para pedirle explicaciones a ella también, podrían incluso hacer que me sigan como lo hicieron recién inicié la relación con ella... No, nadie entiende lo que significa para mí eso, así que decidí volver con Yewon, no lo soporté. 

   Me genera temor lo que la gente piense de mí, en realidad. Mis compañeros dicen que estoy bien "adoctrinado" y que la religión se ha encargado de lavarme el cerebro; no sé cómo se le diga a eso, pero sencillamente me da pavor desafiar la autoridad tanto de ellos —mis padres—, como de la iglesia. Sin embargo... 

   —Oh Dios, Mark... —su delicada voz rebotó en las paredes de la ducha. 

   Sin embargo, soy esclavo de él. No pude dejar de pensarlo ni un solo momento. Asistí a todas las reuniones religiosas. Ayuné todo lo que pude ayunar. Diezmé con la cantidad impuesta por la iglesia, incluso di un poco más. Cumplí con todas las penitencias. Me despojé de lo que la iglesia llama "pecados de avaricia", dejé mi auto de lado, al igual que las joyas que usualmente portaba. No fiestas, no bebidas, nada, hice todo lo que estaba a mi alcance para conseguir el perdón de Dios. Traté de lavar mis pensamientos más bajos y mis comportamientos más sucios; aún así, nada cambió. 

   —¿Te gusta? —le murmuré besándole el cuello, empujándome un poco más contra él. 

   Él seguía siendo mi último pensamiento al dormirme, y en las madrugadas, empecé a descubrir el placer que genera tocarse en nombre de otra persona. Al no tenerlo a él, recurrí a otras formas de imaginarlo así que vi por primera vez vi vídeos pornográficos homosexuales; debo admitir que estuvo muy bien, pero nunca como tenerlo a él realmente haciéndolo. Me bastaba con cerrar los ojos para verlo con las luces girando detrás de él, su lengua pasándose por sus dientes y esa sonrisa que le generó tener algo de semen mío entre sus dedos. Esa es la imagen que reproduzco para hacer que mi mente dé vueltas en su honor en la madrugada, luego todo se pone en blanco mientras gimo su nombre, cuando finaliza mi memoria de él lamiéndose sus dedos. 

   —Me encanta... —contestó él en cuanto se separó de mis labios. Lo estrujé un poco más contra la pared y decidí volver a abrir la ducha levemente. Él sonrió mirando hacia arriba a la vez que sacó un poco su lengua para que algunas gotas de agua le cayeran—. Me encanta mucho... —la forma en la que cerró sus ojos para sentir mejor mi pene deslizándose entre sus piernas, me excitó más que cualquier vídeo o recuerdo. Francamente luce delicioso con su cabello húmedo cayéndole por la frente. 

   Es curioso, porque hoy que llegué a la universidad, reanudé la conversación pendiente que tenía con San desde la fiesta de Halloween, sobre que no debe tener esa clase de comportamientos carnales en un lugar donde puedan verlo, peor aún, en un lugar donde pueda meterse en problemas tan graves que desemboque en una expulsión; porque siendo el segundo al mando "debía comportarse" y dar ejemplo. 

Make Me Testify [Markhyuck] [Verano].Where stories live. Discover now