5.-

324 34 11
                                    

Yennie observó a la Armera frente a ella. La pequeña cueva que servía como fragua estaba iluminada por las llamas que servían para forjar el Beskar. Se encontraba sola, la Armera solo había pedido hablar con ella.

  —¿Paz ya se encuentra mejor? —Preguntó la Armera mientras observaba el Beskar derretirse frente a ella. Ya habían pasado un par de horas desde el incidente, la noche ya había caído sobre el encubierto.

Yennie respiró profundo—Lo está, el bacta está haciendo un gran trabajo cerrando la herida. —Respondió. 

La Armera pareció asentir, alzo su casco para verla—¿Por qué ofendiste el credo? —Preguntó finalmente.

—Yo no…—Comenzó a decir Yennie, pero la Armera la detuvo con una seña.

—Din Djarin y Bo-Katan Kryze se redimieron, gracias al poder del credo, gracias al poder de las aguas vivientes en Mandalore—Murmuró la Armera—Y los ofendiste a ambos.

Yennie tragó ruidoso—Yo no ofendí a Din.

—¿No? —La voz de la Armera casi se escuchó con burla—Te escuché, dijiste que bañarse en las aguas no te liberarían de los pecados, dijiste que era estúpido.

—Se lo dije a Kryze—Intentó defenderse—Yo... yo sería incapaz de ofender a Din.

—Al decir eso, no solo ofendiste a la mujer Kryze, si no a él. Din Djarin cayó inconsciente en las aguas vivientes y ella lo sacó—Le contó la Armera.

Yennie respiró profundo nuevamente—Ya he escuchado lo que hizo Kryze, pero eso no significa que olvide la historia del planeta en el que se originó nuestra cultura, ella ayudó en su destrucción. Eso no merece ser perdonado. Su redención es absurda. 

La Armera guardó silencio por unos segundos hasta que volvió a hablar—¿Sabes cómo ser un líder, Yennie? La época en que cayó Mandalore no fue la mejor  para ningún planeta en la galaxia.  Separatistas, clones, y el imperio ¿Cómo podrías luchar contra eso, cuando en tu propio planeta había ya una guerra civil? No estoy justificando las acciones de Bo-Katan Kryze, ni las de su hermana la duquesa, pero cuando eres la responsable de un grupo de personas estás en la obligación de tomar decisiones difíciles, decisiones que crees que son correctas. 

Yennie guardó silencio, sus labios temblaban bajo el casco, no estaba totalmente de acuerdo, pero la Armera los había guiado de una buena forma, tomando decisiones difíciles pero la gran mayoría de las veces acertadas—Entonces ¿qué quieres que haga?

—Te disculparás—Respondió con simpleza la mujer de casco dorado—Ella ahora es tu hermana, al ser parte del encubierto.

Yennie no pudo evitar reír—Esa mujer se irá, ni siquiera sé por qué está aquí ¿Por qué debo disculparme con ella? ¿Cuándo posiblemente dentro de unos meses quiera irse?

—¿Qué es lo que en verdad te molesta, Yennie? —Preguntó la Armera—¿Qué ella esté aquí? ¿O su cercanía a Din Djarin?

Yennie se tensó rápidamente, trago ruidoso—Solo estoy preocupada por él, esa mujer no es buena. No para él, ella lo lastimará.

—¿Y qué mujer lo sería? ¿Tú? —preguntó con interés en saber su respuesta.

—Yo no …—Tartamudeo, pero fue interrumpida nuevamente. 

—Sé de tus sentimientos, Yennie, y como mujer puedo entender lo difícil que puede ser dejarlos ir. Pero recuerda, tienes un marido y no solo eso, un hijo.

—¡Lo sé! —Gritó Yennie, molesta de que le recordarán lo obvio—Pero Din es importante para mí. Esa maldita Kryze solo vendrá a traerle problemas y...

Our Own WayWhere stories live. Discover now