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Bo durmió profundamente en su primera noche en Nevarro, dormir en una cama de verdad mientras las pocas preocupaciones que tenía ya no estaban, había sido una experiencia maravillosa. Aunque, si era sincera realmente le hubiera gustado hacer más aquella noche pero tanto Din como ella estaban agotados.

Despertó primero que Din, Bo observó su rostro dormido y se acurrucó aún más a él, recordó rápidamente lo sucedido en Plazir, el rostro de Koska cuando ella le dijo que no regresaría con la flota.

¿Con que derecho se enojaban con ella, si ellos no habían dudado un segundo para abandonarla?  

Ellos eran unos hipócritas.

Y ella no abandonaría lo que ahora tenía por una banda de imbéciles.

El olor a comida llegó a su nariz e incluso inundó casi todo el cuarto, si bien, no quería abandonar la cama, Bo bajó con cuidado de esta sin llegar a despertar a Din.

Enarcó una ceja al salir y notar a Zaya en la pequeña cocina de la casita. La chica parecía estar cien por ciento concentrada en sus labores de cocina que, aún no había notado su presencia.

—¿Qué estás haciendo? —Le susurró Bo casi en el oído.

Zaya ahogó un grito y se volteó—¡Casi me matas del susto! —Chilló mientras sus mejillas pálidas se enrojecían. —Yo, bueno… estoy intentando preparar el desayuno.

Bo le sonrió, había salchichas fritándose y también un par de huevos. Había pan tajado sobre la mesa y un par de frutas cortadas y algo de Té. —Te me adelantaste—Soltó una risita mientras acariciaba el cabello negro de la chica—Que buena hija tengo.

Las mejillas de Zaya enrojecieron aún más, una débil sonrisa se formó en sus labios—¿Quieres comer ya, Bo? ¿Dónde está Din?

—Sigue durmiendo—Murmuró Bo mientras tomaba asiento, Zaya buscó un plato y le sirvió de lo que había hecho hasta ahora—¿Grogu?

—Duerme como una roca, en la madrugada se pasó a mi cama, dormimos juntos hasta que desperté.

Bo soltó una risita y negó—Los dos hombres de esta familia son flojos ¿He?

Zaya soltó una risita, colocó el plato con comida frente a Bo y la observó comer—Si, yo, bueno, Din no es flojo—Murmuró—Aunque no puedo decir lo mismo de Grogu.

Bo-Katan comió del pan y devoró dos salchichas—Grogu es un pequeñito adorable.

Zaya asintió, terminó de fritar y se sirvió algo de comida para ella para luego, tomar asiento junto a Bo-Katan—Tu cabello… Me gusta tanto, Bo.

Bo le sonrió nuevamente—A mí me gustan tus ojos, son de un color bastante inusual.

Zaya enrojeció, sonrió aún más y comió para luego suspirar por la comida—Entonces… ¿Por qué no me habías dicho que Din y tú ya estaban juntos?

—¿Y arruinar la sorpresa? Jamás—Bo bebió del Té caliente que la chica había preparado—Si… bueno, desde el último ayuno estamos… ya sabes—Le susurró—Pero aún no… no hemos hecho nada, y los votos aún no…

Los ojos morados de Zaya se iluminaron—¿Planeas decirlos en una ceremonia frente a todo el encubierto? —Preguntó ansiosa—Sería tan romántico, Bo.

Bo tomó más del Té, sus mejillas enrojecieron tanto como su cabello—Quiero que... sea especial—Susurró—Aunque frente al encubierto no estaría mal, me ayudaría bastante a callarle la boca a Yennie Vizla, esa imbécil está otra vez molestando de nuevo.

Zaya hizo una mueca—¿Fue esa vez de la última guardia?

Bo asintió—Si, por su culpa le rompí la nariz a Din. —Le contó—¿Por qué ella no entiende que Din…—Los labios de la mandaloriana temblaron ligeramente—es mío?

Our Own WayWhere stories live. Discover now