25.1 | safe and sound

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xxv.

Grace sintió que se le retorcían las tripas una vez que entró por aquella puerta. El grupo avanzó cautelosamente escuchando el agudo eco de sus pasos resonando en el amplio pasillo.

Las paredes tenían tuberías conectadas que conducían a dos extremos diferentes y después de unos segundos las luces se fueron encendiendo una por una, iluminando mejor el camino.

Grace caminó junto a Thomas, cojeando ligeramente por el corte que le había dejado el Penitente en la pierna. El ardor punzante comenzó a hacerse algo molesto una vez que los rastros de adrenalina abandonaron su cuerpo.

Apretó los dientes y se obligó a seguir caminando.

Recordó que alguien alguna vez le había dicho que, en ocasiones, si una herida era lo suficientemente grave, la víctima no sentía el dolor inicialmente, porque los nervios quedaban destrozados.

Se preguntó internamente quién pudo haberle comentado eso; sea quien fuera, lo agradecía. Prefería mil veces aquella cortada que ser atravesada por el aguijón de la criatura.

Sintió el agarre de Thomas en su mano mientras se dirigían hacia donde los conducía la luz.

Se detuvieron frente a una puerta de metal negro, encima tenía un cartel en colores verde neón que decía la palabra SALIDA.

Grace pensó que ese sitio era realmente un juego, al menos para quien lo había construido.

―¿Es en serio? ―comentó Sartén incrédulo.

Thomas compartió miradas con Grace antes de soltarle la mano y acercarse hacia la puerta para finalmente abrirla.

La rubia tenía un fuerte presentimiento de que eso no los sacaría de la pesadilla en que vivían. Sólo esperaba que no los condujera a otra manada de Penitentes.

En cuanto todos se adentraron, las cosas no parecieron mejores al ver el caos que tenían en frente a medida que avanzaban. Grace divisó cuerpos en el suelo. Eran personas con batas blancas, como las que veía en sus sueños.

Ni siquiera quiso detenerse mucho tiempo al notar a su derecha dos cuerpos en dos camillas cubiertos con sábanas blancas.

―¿Qué sucedió aquí?

Durante sus sueños, había tenido vislumbres fugaces de ese lugar, pero justo en ese momento las imágenes se volvieron nítidas. Se le puso la piel de gallina, al tiempo que un escalofrío le recorrió la columna como si fuera una araña mojada en cuanto vio más cuerpos en el suelo en una habitación repleta de pantallas y ordenadores.

El lugar estaba cubierto de sangre y había disparos incrustados en el vidrio de las pantallas. Las luces del techo se encontraban dañadas también y desprendían chispas que Grace esquivó junto a Chuck.

𝐖𝐈𝐂𝐊𝐄𝐃 𝐆𝐀𝐌𝐄𝐒, tmr thomas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora