Devuélveme Tú Nombre

El que a hierro mata...

De pronto todo se paró... Estaba seguro que Maximiliano dispararia a la cabeza,como siempre me encenio. Desde pequeño mientras practicábamos tiro en campos,el me repetía. Si sacas un arma más vale que estés dispuesto a usarla. Dispara siempre a la cabeza,no le des a tu enemigo la chance de disparar. Creí que Maximiliano dispararía,se quedaría con su mujer y sus hijos como siempre le amenazó a Alexander, aunque no nos convenga terminar como Nick y Noah. Esto pasa desde que se comenzaron a odiar y colocar esta capa de hierro. Llevan años compitiendo por ser el mejor o como se diria en mi barrio midiéndosela. Pero para mi sorpresa Maximiliano no hizo nada,aunque parecía como si hubiera esperado este momento por años. Alexander camuflaba su rostro con una foto de Magdalena, o eso creo. fue tan rápido todo que están confusos mis recuerdos. Solo se que en esa habitacion habian dos hombres que se odiaban apuntandose mutuamente.No entendía a esos hombres, lo tenían todo y aun así peleaban por una mujer tan básica y borde como Magdalena. Una mujer que dudo mucho supiera el significado de la palabra amor.

Aunque no quería que lo nuestro terminara en la nada en ese momento no pensé en hacer otra cosa. Desde mi posición solo corrí a la nueva habitación. Esta habitación se veía inerte y fría como sala de hospital o un infierno para Mía,el lugar favorito de el aburrimiento también .Entre tan rápido como pude e ahí estaba ella,descansando como una bella durmiente. La chica que había adentro se esfumó apenas me vio. Es algo de lo que le estoy agradecido, tenía poco tiempo como para hablar con metáforas. Mientras la despertaba, tome su mano acariciándola y confesandole que la amaba. Aún tenía en mi mente el pensamiento de que podía volar y no volver. Bueno podía no, debía volar a Europa. 

-Perdoname, pero no se amar poquito se que verme de lejos es pensar que me comportare como Michele Morrone. Pero no es así te espere por años princesa, me reí de todas tus rabietas y sonreí cuando algo que hacia hacerlo, quiero creer que me escuchas o si no odiare las películas románticas tanto como no volverte a ver.- Jonathan

Procedí a besar su frente mientras forzaba mi sonrisa alejando las lagrimas de mi, trataba de convencerme que era lo mejor.

-¿No volverme a ver de que hablas?-Mia

-¿Fingías estar dormida?- Jonathan 

-Trataba de que Florecía me dejar sola, pero le pagaron muy bien para volverse mejor amiga del aburrimiento- Mia 

-¿Que ?- Jonathan 

-¿Que haces tu aquí ?- Mia 

-Me voy a Europa y tenia que despedirme de esos ojitos -Jonathan 

-No tienes que irte, yo estoy bien...-Mia 

-Lo se pero no eres tu, soy yo, yo siempre lo arruino todo, perdóname - Jonathan

-¡Tu no me diste ese vaso!-Mia 

-Fueron mis primos lo se, pero Maximiliano respeta a tus padres y si no me voy te aseguro que Magdalena va a hacer mi vida un infierno, sera peor-Jonathan

De repente en ese silencio infernal,que se albergaba en la inmensidad de esa casa. Se escuchó un disparo... BUMMMMMM fue un ruido muy fuerte y agudo como si explotara una bomba. Se sentía tan cerca,como si traspasara tu cuerpo.

Alguien disparó y no entendía quién. Porque Alexander no seria capas y Maximiliano lo hubiera hecho desde un principio. Uno era demasiado bueno y el otro no se anda con rodeos. Dudaba que Alexander hubiera tocado un arma alguna vez y sin embargo disparar era el deporte favorito de Maximiliano. En la Favela y la Coronilla de la Cordillera en los Alpes de Italia lo llamaban el rey de las armas.Cada vez que obtenía un arma,la analizaba con amor y cariño. De echo a la consentida la quiere tanto que le bordó el nombre de mi mamá, mismo que limpia con cautela por horas cada vez que la extraña. 

No logré no logre contenerla en mis caricias ella zapata liaba golpeaba con sus pies mis rodillas mientras con sus uñas arañaba mis brazos, sus gritos también acompañaban suplicando suplicando que le permitiera el paso, cosa que mi conciencia no podía permitirse, no podía permitirme que se allá despertado con ese ruido. Un ruido explosivo acompañado de un silencio sepulcral, con una realidad incierta pero de todos modos dolorosa . Quien apago ese silencio fue paula la nana eran un montón de  gritos de la nada. Era un grito que dejaba más que claro que no había visto un arma en su vida. En esa casa la nana era paz como toque principal de su servicio y escucharla gritar fue lo que más nerviosa puso a Mia. Esa mujer que siempre era alegre y serena, que era capaz de dibujar una sonrisa en el rostro de Mia aun en sus días más tristes. Era la misma mujer que ahora gritaba desconsoladamente. Algo había pasado y ese algo era grave.

Ella despertó la curiosidad de mi acompañado por el ruido,apagando lo sorpresiva que se encontraba por mi visita segundos atrás. Despertó como si pensara que yo era un espectro o parte de un sueño,se notaba perdida.Mientras que ahora era como si su mirada no entendiera nada de lo que estaba pasando. Yo solo pensé en taparle los oídos,no quería que viviera otra vez la escena que vivió hace años.No quería que volviera a sentir ese dolor desgarrador. Lautaro no sirvio de mucho en su vida,pero su compañía la distrajo lo suficiente, para que sanara al menos por un tiempo. No quería que sufriera y haría cualquier cosa por evitar su dolor. Sabía que taparle los oídos era la cosa más inútil del mundo intentaba que por protegerla no me viera como su enemigo. Se que no fue mi culpa lo de bruno,pero jamas me voy a perdonar no haber estado ahí. Porque aun cuando le dolía más a ella que a mi sentía que también tenia la culpa. La apreté contra mi como gesto a cuidar sus sentimientos, por más que fuera completamente inútil. Quería acabar con ese pensamiento que rondaba por su cabeza hasta que la escena de el crimen fuera un poco menos desgarradora ,dejar el desastre de lado. Quizás si lograba ver su alma,podía ayudar a nuestras miradas a que se sumergieran en nuestro propio baile de amor. Porque aunque ella quería ocultar su amor por mi,por su desconfianza o personalidad. Ese amor existía y era lo único que me importaba. Era ese amor el que me tenia haciendo cualquier tipo de locura.

Esa chica a la que no creí capaz de levantarse más. Esa chica que hacia inmóvil como un cuerpo sin alma, quito mis brazos de su agarre junto con los suyos de mi cintura y las dejo caer. En cuestión de segundos llego a la escena que hacía en el living,como si nunca hubiera estado en cama todo el día . Creo que la necesidad de saber que estaba pasando y ponerle un fin a sus incertidumbres pudo más que mis suplicas. Por miedo de que se desvaneciera la seguí de cerca, preparándome para contenerla emocionalmente. Me esperaba lo peor... Pero la sorpresa me la llevaría yo,cuando la seguí hacia delante de un charco rojizo y el que termino herido fue Maximiliano. Me paralice comencé a mirar a mis alrededores buscando a Alexander, Macarena sostenía su arma llenándola de huellas, con eso entendí que no fue ella no seria tan descarada junto con la desaparición repentina de Alexander comprendo quien seria el culpable.

Arrodillándome en el piso, manche mi rodillas de sangre al igual que mi conciencia de culpa. 

¡PADRE!, NO ME DEJES, ¡ALGUIEN LLAME A UNA AMBULANCIA !- Jonathan

¿Que mierda había pasado aquí? ¿Como era esto posible? ¿El Rey de las armas sorprendido por un novato? Tenía muchas preguntas,pero estás tendrían que esperar. Ese hombre en el suelo era mi padre y no iba a permitir que se muriera así sin mas.

-¡QUE ALGUIEN LLAME A UNA AMBULANCIA CARAJO! -Jonathan

-Todo esto es tu culpa,de seguro fue tu idea venir. No debieron haber venido-Magdalena

-Tranquilo joven ya llame,una ambulancia viene en camino- nana

-PUEDES SER MAS HUMANA ¡MIERDA!- Mia 

Ella soltó un golpe que creía seria a el aire pero Magdalena lo acepto gustosa como si ahora solo fuera victima de la situación. 

ʕ⁠っ⁠•⁠ᴥ⁠•⁠ʔ⁠っTe quiero 🌺