Decimanovena bala

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El gemido que salió de Mördare fue muy débil y un civil cualquiera no lo hubiera escuchado, pero no Tyron quien rápidamente tomó la mano de Mördare y la besó.

Mördare solo emitió un quejido más y abrió los ojos desenfocado, para volver a cerrarlos.

—Te amo mocoso, estaré aquí para ti, si tú me lo permites.
Tyron besó la sien de Mördare pero este ya estaba dormido.

Tyron se preparó para pasar la noche, no sin antes llamar a Katenkya y confirmar el parentesco de esta con la enfermera, también se aseguraría que los agentes que vinieran a cuidar a Mördare, fueran  personal de confianza de Levonovich.

Haciendo las llamadas pertinentes a sus padres para avisar que Mördare estaba ya en su recámara y habiendo llamado a Katenkya Levonovich para confirmar que su gente estaría brindándoles seguridad, Tyron se  acercó hasta Mördare con cariño le separó el alborotado cabello de la frente.
—Te amo mocoso, más allá de mi vida.

Mördare abrió los ojos, el maldito dolor era paralizante, sus ojos a duras penas se enfocaron en Tyron.
Mördare quería hablar, quería preguntar tantas cosas, pero los anestésicos todavía no salían de su sistema.
Así que decidió mejor cerrar los ojos e ir a la deriva.
Más aún embargo su oído no le engañó... Tyron lo amaba y había promedio estar junto a él.
Si otro hombre hubiera hecho tal promesa, Mördare simplemente no le creería, pero era Tyron, el romántico enfermizo con mermelada corriendo entre sus venas en lugar de sangre, el hombre que por amor fue engañado, el hombre que se comprometía y cumplía cada maldita palabra que dijera.
Eso debió asustar a un dopado Mördare, en cambio solo le dio tarea para dormir, recuperarse y preguntar si lo que Hays sentía era amor o un profundo y retorcido sentido del agradecimiento. Después de todo, los románticos enfermizos también eran muy emocionales, tan emocionales como una chica enamorada y Mördare odiaba a las chicas de Pinterest que publicaban sus "estados" de creyentes en leyendas... De creyentes en el amor.

Tyron paso la noche en un estado de duerme vela, su entrenamiento no le permitía estar relajado, por el contrario estaba alerta, su cuerpo estaba cansado, sus ojos ardían por la falta de sueño.

Mördare estaba dormido, gemía entre sueños pero no era algo con lo que Tyron no pudiera, por el contrario era un pretexto perfecto para acariciar la fría frente de Mördare y susurrarle que todo estaría bien, que jamás sería utilizado. En un caso aventurado Tyron dio un suave beso en la frente de Mördare quien claramente murmuro un a penas entendible te amo Ty.

Tyron casi se congeló al escuchar esa palabra que si no hubiera estado cerca se la hubiera perdido, el agente sabía que Mördare probablemente no se acordaría o tal vez lo negaría pero, era para él aquella declaración y no la dejaría pasar como tampoco dejaría pasar más tiempo, tiempo en el que solo giraban Tyron y Mördare, era momento de avanzar.

Una llamada en medio de la madrugada despertó a un ya agotado Tyron que en sus cinco sentidos la atendió solo para escuchar la firme y resuelta voz de Katenkya....

—Hays, tienes que sacar a Mördare del hospital, Marina mi nuera te ayudara, una ambulancia estará esperando en la parte oriente donde se sacan los residuos he enviado refuerzos, han dado la orden de eliminar a Mördare que es la evidencia de lo que Morgan Bryce y toda su gente planeaban hacer. Ahora no es solo tu testimonio lo que pudiera hundir a Morgan y al secretario, sino mostrar las habilidades que Mördare adquirió siendo menor de edad y para los fines que serían usados en otros chicos. Llévate a Mördare al rancho que compraron, nadie sabe de la existencia de esa propiedad, aunque de todas formas yo mantendré un ojo en ustedes.

Tyron escucho el ligero golpe en la puerta y con el teléfono pegado entre el hombro y la oreja desenfundo su arma de la pistolera.

La enfermera que también había recibido instrucciones de Katenkya, quien saludó con un ligero asentimiento de cabeza mientras verificaba el estado de salud de Mördare.

Traición en la casa Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz