Cretino

3 0 0
                                    

Amelia

Cuando llegamos a donde se supone es la pelea mis nervios esta a tope y no porque camino aquí nos haya parado la policía, si no porque ver a mi hermano pequeño pelear me causa miedo, volviendo a lo de la policía puedo decir que sacaré mi licencia lo más rápido posible aunque me guste que las personas me lleven a todos lados, a unas cuatro cuadras de este lugar para mi mala suerte un policía nos paró, se lo veía muy pero muy serio y efectivamente lo era, cuando vi que se estaba acercando le avise a Axel que fingiera extrema preocupación y ahí fue donde fingí que está teniendo una ataque de esos que no me permiten respirar, claro que el policía se asustó tanto que nos dejo ir e inclusive se ofreció a llevarnos al hospital pero Axel dijo que no era necesario hacerlo porque ya estábamos cerca, se que fue un gran engaño pero no hubiera querido una multa.

– Aún estás asustada por lo de hace rato? – Axel sale del auto al igual que yo.

– Si pero ahora estoy mas asustada por tu pelea – tomó su maleta aunque algo pesada para ayudarlo pero se da cuenta y me la quita de mi hombro.

– Para una cosita tan pequeña como tu esta maleta es muy pesada – camina a pasos grandes.

– Oye no digas eso además yo soy la mayor – le saco la lengua.

– Si claro, se nota a leguas – me empuja un poco.

– Oye – lo empujo de vuelta.

– ¿Así quieres jugar? – su mirada es una malvada así que niego con la cabeza, si me da un buen empujón de seguro pierdo el equilibrio y ahi si hay cierta posibilidad de que me caiga.

– No seas así, mejor dime cómo es que eres boxeador si aún no tienes la edad necesaria?

– Mi papá firmó un permiso donde decía estar de acuerdo con que practicara y que tuviera peleas – me abre la puerta para ingresar a donde supongo debe prepararse para pelear, nunca he asistido como espectadora a una pelea pero se que sueles salir muy lastimados.

– Con razón, pero no te da miedo?

– El miedo siempre está presente pero debes dejarlo a un lado, es algo divertido si lo piensas bien porque es un deporte que te ayuda a sacar todo lo que tienes dentro omitiendo la parte en donde sales lastimado, desde pequeño me ha gustado e incluso papá solía entrenarme, creo que eso compartimos juntos, el siempre quizo igual entrar al box pero no por tantas responsabilidades que tenia nunca pudo cumplir su sueño – es muy tierno todo lo que me cuenta, yo no me quejo de Dante porque igual estaba ahi cuando podia pero no cuando lo necesitaba como mi papá porque aunque no lo diga Armando es mi papá y se que siempre quize tenerlo como papá y ahora que lo tengo me alegro y lo amo sin importar los engaños, hay tantas anecdotas lindas que no se como no supe antes la verdad.

– Es muy lindo compartir algo con tu papá, creo que yo igual he compartido algo con mi papá pero no se si sea como lo tuyo – saludo con la mano a algunos chicos que pasan a nuestro lado.

– Para cada persona los momentos atesorados y la forma en la que se dieron son distintos – besa mi cabeza.

– Lo sé – tomo su brazo y llegamos a un tipo cuarto donde hay un saco de box y por suerte un pequeño sillón al costado derecho de la habitación – me voy a sentar porque como podras ver me canso con facilidad.

– Esa es una excusa para no quedarte parada.

– Claro que sí – es algo grande el sillón asi que en vez de sentarme como en un inicio me acuesto – es muy cómodo – le doy un pulgar arriba aprobando el sillon.

– Si verdad? Me suelo dormir ahí – asienta la maleta y empieza a sacar sus cosas.

– Tengo otra pregunta – me muevo hasta ponerme boca abajo en el sillon.

El valor de no prometer lo que no podras cumplirWhere stories live. Discover now