𝘕𝘢𝘵𝘢𝘴𝘩𝘢 𝘙𝘰𝘮𝘢𝘯𝘰𝘧𝘧

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Preámbulo: Natasha escapó con Steve y traición los acuerdos firmados.

Habían pasado dos días desde que Natasha había huido, la pudiste haber detenido pero ¿cómo podrías traicionar a la mujer que amas?
Eran las 2:10 a.m. y estabas sentada en el sofá de tu casa, estabas esperando una noticia sobre el paradero de Natasha, o mejor aún, que ella se presentara en tu casa. Pero esa noche tampoco apareció y asumías que la agente no aparecería pronto.

Estabas desconsolada, creías que eso se había vuelto algo más personal y sabías que Natasha seguiría ciegamente a Steve.
Y tú la seguirías ciegamente a ella.

—Agente Drew ¿como está?— Dijo Vision mientras entraba a tu casa.

—Bien, supongo— respondiste.

—Se ve muy desanimada, agente.

—Lo se, Vision— suspiraste y lo miraste. —Pero ahora mi novia es una prófuga, la catalogaron como una criminal. Natasha....Natasha no es eso, Ella es valiente, increíble y...y.

No pudiste terminar de hablar porque el nudo en tu garganta ya era demasiado grande para dejar pasar las palabras. Vision te miro y se sentó a tu lado.

—T/N, yo— hizo una pausa pensando en lo que diría, él en verdad pensaba que decirte, no quería romper tu corazón mas de lo que ya estaba. —yo creo que los humanos tienen planes erróneos y con frecuencia acostumbran a quedarse con una sola idea en su mente sin querer ver más allá, eso pasó con el capitán Rogers......y todos los demás— se pausó de nuevo, él también estaba herido por no ver a Wanda y no le daba vergüenza demostrarlo.

—¿Crees que lo que hizo Natasha fue por.....algo de su relación con Steve?— preguntaste.

Él se quedó pensando unos segundos, analizó todo lo que pudo analizar y respondió.

—No. Si me lo preguntas, creo la agente Romanoff nunca estuvo de acuerdo en firmar dichos acuerdos. Sin embargo creo que lo hizo porque tú los firmaste.

Los dos siguieron hablando y acompañándose el uno al otro durante mucho tiempo, pero nadie podía sacar a las pelirrojas de sus mentes.

Unos días más tarde le diste unas copias de tus llaves a Vision para que pudiera entrar y salir de tu casa como lo haría alguien normal y que no tuviera que atravesar las paredes.

Él entró y dejó sus llaves en una mesita junto a la puerta, tú lo miraste y le dijiste que las quitara de ahí, ese lugar era exclusivo para las llaves de Natasha.

—Discúlpame, yo no lo sabía.

—Está bien, solo no lo hagas de nuevo.

—Es algo increíble, nunca había conocido a un ser humano así— te miró con atención.

—¿Así como?— preguntaste con curiosidad.

—Así de persistente, no sabemos absolutamente nada de la agente Romanoff y, sin embargo, tu aun cuidas...el lugar de sus llaves.

—Ella regresara, Vision.

Él te miraba confundido pero al mismo tiempo con orgullo, le daba orgullo que fueras persistente.

—Si, ella regresara— dijo él.

Pasaron algunos días, algunas semanas y algunos meses, pasó mucho tiempo desde la última vez que viste a Natasha.
Una mañana, Steve los reunió a todos y allí estaba la pelirroja.....que había cambiado su color de cabello. La miraste con sorpresa, no se parecía físicamente a la Natasha que era tu novia, tenía el cabello corto y rubio.

Cuando Steve termino de hablar, Natasha se acercó a ti para que hablaran de lo sucedido. Se veía hermosa como la última vez, los cambios en su cabello eran notorios, pero no dejaba de ser la misma Natasha de la que te habías enamorado. Esos ojos, seguían exactamente igual, y eso hacía que te ataras a la Natasha pelirroja que conociste.

—Perdóname, te lo suplico— suspiró. —tenía que hacerlo, estábamos equivocados T/N.

—Te perdono.

Miraste la sorpresa en el rostro de Natasha, por lo que deducías que ella planeaba pedirte perdón un montón de veces.

—¿Y....estamos bien?— preguntó.

Negaste.

—No, Nat, te fuiste y nos traicionaste.

—Tenia que hacerlo.

Estuvieron hablando un rato, Natasha te pidió de favor que la dejarás volver a casa unos días, que ella no haría nada que pudiera fastidiarte. Y entonces tú accediste.

Natasha y tú tenían más que claro que ese era el final de su relación, sin embargo, Natasha quería ir a tu casa e intentar conquistarte en el proceso.

Tú te fuiste primero a tu casa, al dar las 10:10 p.m. la puerta se abrió, era Natasha. Entró y dejó sus llaves en la mesita junto a la puerta, ella sonrió al verte dormida en el sofá. Se acercó a ti e intento cargarte para llevarte a la cama, con algo de dificultad lo logro y después de recostó a tu lado, miro que te diste la vuelta y se acercó para abrazarte por detrás.

—Te extrañe mucho— dijo, sabiendo que estabas dormida.

Los siguientes días se resumen en Natasha intentando regresar contigo y tú negándole el acceso a tu corazón.

Natasha sabía que lo había arruinado, sabia que, sin importar lo que hiciese, no iban a regresar.
Ella estaba moleta por eso, estaba molesta con ella, molesta contigo, molesta con sus compañeros, odiaba al mundo.

—¿A donde vas?— preguntaste después de que discutieran.

—A cualquier lugar. Solo quiero estar sola, no me esperes despierta.

Suspiraste y fuiste a tu habitación, te rompía el corazón saber que Natasha y tú tomarían caminos diferentes, que después de todo no estarían juntas.
El mismo corazón, roto dos veces.

Unas horas más tarde, tenías a Natasha sentada en el borde de tu cama mientras se abrazaban con dolor, era un dolor tan profundo que podrían hundirse en el.
Comenzaron a hablar más tranquilas.

—Estuve viendo nuestras fotos con la esperanza de poder enseñarte lo felices que éramos antes y que ahora no teníamos nada de eso. ¿Pero sabes de que me di cuenta?— preguntaste.

—¿De qué? —preguntó ella.

—De que odio tu pelo.

Ella se separó de ti y comenzaste a reír.

—Bueno, sé que no es muy amable de mi parte decírtelo así, pero es cierto. Estaba mirando todas esas fotos tuyas con ese pelo largo tan espectacular, que siempre me encantó. Y sí, adoraba tu pelo. Y ahora has vuelto y te lo has cortado, es rubio y... Bueno, se supone que me tendría que gustar, pero estaba sentada en el sofá y solo pensé en que: "Ya volverá a crecerle". Y luego: "No, espera, a ella le gusta llevarlo así".— dijiste con completa sinceridad.

—¡Claro que me gusta! —indica, un tanto dolida.

—Eso es precisamente de lo que te estoy hablando. Esta eres tú ahora. Cabello corto y rubio. Mi Natasha tenía el pelo largo y rojo. Y tú ya no eres esa persona. No puedo mirarte e ignorar tu cabello. Tengo que verte tal y como eres ahora. En este momento. Hoy.

—Y no te gusta mi pelo— preguntó ella.

La miraste intentando darle una respuesta adecuada.

—Es bonito— dices. —Pero ahora mismo, lo único que puedo pensar es que no es como antes.

Ella poco a poco iba entendiendo lo que tratabas de decirle, entendía que tú no eras la misma de antes y ella tampoco lo era, entendía que tú no eras su T/N y ella no era tu Natasha.

—¿Puedo pasar esta noche aquí? Pasemos un rato juntas, sin preocupaciones.

Asentiste y ella sonrió, hicieron chocolate caliente, hicieron sándwiches, leyeron, vieron películas, jugaron, bromearon, todo eso con el adverbio "juntas". Por una noche más, eran T/N y Natasha, como siempre debió ser.

Lo que más te dolía era que Natasha estaba allí, Natasha estaba en casa, pero ella ya no era tuya.

One Shots (Marvel girls y Female reader) Where stories live. Discover now