6- La versión de Selene

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Selene daba los últimos retoques al maquillaje.

A través del reflejo del espejo podía ver cómo Severus la miraba en silencio, paseando sus ojos sobre su cuerpo, lentamente, y ella, adivinando en parte sus pensamientos, se acaloró imperceptiblemente. Le gustaba cuando él la miraba de esa forma, pero no quería distraerse. Sabía que si le respondía, no irían a la cena.

Aunque había sido ella la que había insistido para aceptar la invitación, en las últimas horas se había ido poniendo más nerviosa.

No sabía hasta qué punto estaban los Malfoy enterados de su condición de squib, y además, acababa de recordar que Narcissa era hermana de su antigua tutora Bellatrix.

-Estoy empezando a dudar de que esto sea una buena idea -confesó-. Estoy convencida de que lo único que quieren es reírse de nosotros, o cotillear.

Severus, sin embargo, se limitó a cruzarse de brazos y esbozar una sonrisa.

-Coré, es demasiado tarde para rehusar la invitación -a él tampoco le agradaba la idea de tener que aguantar toda la noche en la casa de los Malfoy, como si no tuviese nada mejor que hacer, pero conocía demasiado bien a Lucius. No les iba a dejar escapar tan fácilmente-. Sólo tenemos que seguirles la corriente para que se queden satisfechos y no nos vuelvan a molestar durante una buena temporada.

-Ya sé que no podemos declinar la invitación, pero es que... no creo estar a la altura -murmuró ella-. Confieso que me intimidan un poco -inclinó la cabeza para mirar al suelo, y su movimiento liberó un mechón de su pelo, que le tapó la cara.

Severus, comprendía lo que quería decir. Él conocía mejor que nadie los ideales elitistas de Lucius, y también estaba preocupado por cómo se desarrollaría la noche.

-Claro que estarás a la altura, Coré -alargó la mano sin pensar, para apartarle el mechón de la cara. Últimamente, sus gestos se habían vuelto más esporádicos y menos ensayados, y ya no tenía que recordarse mentalmente que Selene deseaba tener contacto físico-. No deberías preocuparte por eso.

No supo si sus palabras ayudaron o no, pero el contacto de sus dedos con la piel de ella produjo una especie de cosquilleo que recorrió a ambos, haciendo que se mirasen a los ojos sin decir nada.

Últimamente, cada vez que se tocaban notaban algo parecido, pero la sensación era nueva, diferente al habitual deseo que ya conocían. Esto era algo más suave y más profundo, que les dejaba confundidos.

Selene rompió el contacto visual y se centró en el aspecto del hombre para disimular su azoramiento.

-Bueno, ya que no tenemos más opción que ir, podrías arreglarte tú también -dijo, estirando con un gesto experto la túnica de Severus. Él no hizo nada para detenerla, pero tampoco por ayudarla-. ¿Es que no vas a tener remedio? -preguntó Selene, al ver que la túnica seguía arrugada.

-Si lo tuviera, ya lo habrías notado -respondió con ironía-. Déjalo ya, Coré, nadie le va a dar importancia a mi aspecto -Severus sujetó a la mujer de las muñecas, para que dejase su túnica en paz.

-¡Pero yo sí! -replicó ella, con más vehemencia de la que pretendía. Severus la miró con una ceja levantada, sorprendido por el ímpetu de su comentario, pero Selene se mantuvo firme y muy tiesa, a pesar del repentino rubor de su cara-. Me refiero a que... pensarán que soy una mala esposa si te dejo ir a esa cena vestido como vas -explicó.

-¿A estas alturas todavía te importa lo que piensen de ti? -bromeó Severus, sin soltarla.

Sabía que Selene se esforzaba por parecer segura de sí misma. Su confianza había aumentado desde su estancia en la universidad, pero estaba claro que había una parte de ella que no terminaba de sentirse cómoda desde la pérdida de su magia.

Conociendo a S. (Severus x OC)Where stories live. Discover now