27

949 101 6
                                    

ESTEFANIA QUINTERO

Llevo ya algunas semanas trabajando en la empresa de Transportes de papá y la verdad todo ha sido mas complicado de lo que yo pensaba. Aparte que últimamente me he sentido muy cansada no me ayuda para nada

Fidel ha estado fuera de Culiacán estas últimas semanas así que no nos hemos visto. Hay problemas de comunicación entre ambos ya que cuando yo me despierto el a veces esta dormido ya que viaja constantemente o se desvela por cuestiones de trabajo. Y cuando yo estoy dormida el estaba ocupado con alguna presentación y al terminar me llama o manda algún me saje y no le contesto por que ya es tarde

En mi hora de descanso acostumbró a comer ya sea en mi oficina o en el area de comedor para empleados pero hoy voy a cambiar mi rutina. Regina y Fernanda me invitaron a comer y pues ni como negarme

Estacione mi auto y entre a el restaurante donde habíamos quedado en venir a comer. Busque con la mirada la mesa de mis amigas hasta que veo a Fer saludándome con la mano. Inmediatamente sonreí y camine a dónde ellas

—Perdida cuanto tiempo sin verte—grito Fer alegre dándome un abrazo

—Si wey desde que tienes novio ya ni nos pelas—dijo Regina igual dándome un abrazo

—Echenle la culpa a Fidel—reí

—Y luego que Fer también ya anda de novia pues ando de la fregada porque ni tu ni ella me pelan—dijo Regina apuntando a Fer

—¿Que? ¿Quien es el afortunado?—dije emocionada

—Ya lo conocerás, de hecho ya lo conoces—dijo Fer divertida

—Lo mismo me dijo a mi pero no idea de quien es—hablo Regina

—Mas te vale que lo presentes pronto—la regañe y ella asintió

Nos trajeron el menú pero para ser sincera nada, absolutamente nada se me antojaba

—¿Que van a ordenar chicas?—pregunto Regina

—Yo creo un sándwich, este se ve rico—dijo Fer mostrándonos la foto en el menú

—Una ensalada—dije yo y ambas me miraron asombradas

—No te preocupes por el dinero amiga tu ordena lo que quieras—dijo Regina

—Eso quiero—respondí

—Estef, tu no eres de las que ordenan ensaladas—rio Fer

—Les juro que no se me antoja nada del menu, es más hasta el olor de la comida de aquí me esta dando asco, sin ofender al restaurante—mire a mi alrededor con la esperanza de que nadie me escuchara

Regina y Fernanda voltearon a verse mutuamente y después regresaron su mirada a mi

—Wey no ...—dijo Fer pero Regina la interrumpió

—¿Ya te bajo?—pregunto Regina e inmediatamente abrí los ojos asustada

—No creo, no me acuerdo...con tanto trabajo que he tenido ni atención le he puesto a mi regla—dije nerviosa

—¿No estarás embarazada?—sonrió Fer

—Cállate no digas eso, no creo. Fidel siempre usa protección, aparte yo me tomo las pastillas anticonceptivas—negué

—Eso a veces falla—dijo Regina

—Ya cállense mejor hay que cambiar de tema—dije y ellas asintieron


Todo el día las palabras de Fernanda y Regina sonaban en mi cabeza

¿Y si estoy embarazada?

No es un buen momento para tener un hijo. Fidel constantemente esta de viaje y ahora yo trabajo de tiempo completo. Aparte que no me siento lista para ser mamá. ¿Que le puedo yo ofrecer a una criatura indefensa? Me da miedo no ser una buena mamá y pasarle mis traumas a mi bebé

Bueno primero tengo que confirmar mi sospecha

Al salir de la empresa, pase a una farmacia y compre dos pruebas de embarazo. Al llegar a casa me baje de mi auto inmediatamente y subí con prisa a mi habitación . Entre a el baño y coloqué las pruebas en el lavabo y las observé atentamente

Fidel y yo no hemos tocado el tema sobre tener hijos en este momento. Yo se que el quiere tener hijos pero no se si ahorita.

Abrí una de las cajas y saqué la prueba algo nerviosa. Es ahora o nunca Estefanía, que tal y no estas embarazada y solo estas de dramática. Suspiré y decidí que lo mejor es hacerme la prueba.

—Hermana te buscan—escuche a Toño gritarme desde mi habitación

Suspire enojada y guarde rápidamente todo en un gabinete

—Ya voy—grité y salí del baño que conecta a mi habitación

—¿Quien es?—le pregunté pero me ignoro y salió de mi habitación

Algo molesta salí de mi habitación y baje las escaleras apresuradamente. Me sorprendí al ver a Fidel en la entrada de mi casa cargando un ramo de rosas gigante. Inmediatamente una sonrisa se plasmo en mi rostro, sin pensarlo corrí hasta sus brazos y lo abrase

—Mi amor no sabes cuanto te extrañaba—dije contenta y con algunas lágrimas corriendo por mi rostro

—Yo igual mi bonita...¿porque lloras? Solo hemos estado lejos tres semanas—río al verme así

—Tres largas semanas amor, y lo peor es que ni hablamos por culpa de nuestros horarios—dije tomando el ramo

—Eso ya no importa, ya estoy aquí de regreso y no nos vamos a separar por un largo tiempo—tomo mi rostro e unimos nuestros labios hasta que el oxígeno nos falto a ambos

Ya nada me importa porque Fidel está nuevamente conmigo. Solo el hace que olvide todos mis problemas, nadie más

En Silencio - Fidel Castro Where stories live. Discover now