Giro.

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Seungmin miró con asco al alfa, su nombre era Minho y tenía 14, la misma edad que su hermano mayor, su padre lo compró en navidad como un regalo de bodas para su hermano

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Seungmin miró con asco al alfa, su nombre era Minho y tenía 14, la misma edad que su hermano mayor, su padre lo compró en navidad como un regalo de bodas para su hermano.

“Vamos a amaestrar a este niño”.

Propuso.

Pero fracasaron.

Minho tenía a su hermano bajo sí mismo, su primer celo había llegado al mismo tiempo que el de su hermano mayor, pero llegaron a tiempo para quitarle al alfa de encima, Seungmin lo odió y odió a todos los alfas a partir de entonces, incluyendo al molesto cachorro que ahora tenía la atención de su hermano, su hermano, el altivo, el justo, el que no se inmuta con nada.

Minho terminó en manos de su prima lejana como un regalo de bodas anticipado y Seungmin solo rezó para que su hermano terminara con un beta.

La luz de la ventana se colaba en la habitación haciéndole arrugar los ojos en señal de cansancio, se giró poniendo el brazo sobre su rostro, ya habían pasado 3 días del celo, días en los que Felix tomó a Hyunjin con desesperación y ansiedad, besa...

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La luz de la ventana se colaba en la habitación haciéndole arrugar los ojos en señal de cansancio, se giró poniendo el brazo sobre su rostro, ya habían pasado 3 días del celo, días en los que Felix tomó a Hyunjin con desesperación y ansiedad, besando sus labios, acariciando su delgado cuerpo, mordiendo sus hombros cada vez que Hyunjin entraba en él, donde dejó atrás a aquel calmado y sereno chico de finos cabellos dorados, para ser el dueño completo de aquel alfa novato.

Y cuando la mañana del tercer día llego, Felix fue conciente de todo lo que había hecho, se había metido con el perro de cruza antes del matrimonio, había hecho aquello ante los ojos de su prometido sin estar en celo, lo cual era tabú, pues era sexo sin ningún fin, como el de tener cachorros y lo más importante, no se medicó.

¿Por qué no lo hizo?, pasó las manos por su rostro, se giró por si mismo solo para encontrarse con el rostro del alfa, tenía el ceño fruncido y un pequeño puchero debido al rayo de luz de la ventana, su respiración era lenta y calmada.

Le tocó la mejilla con suavidad y le pellizco haciéndole abrir los ojos, pero el alfa negó de manera infantil, sacó su cola y orejas y se acurruco a su costado poniendo su rostro sobre su pecho.

Visto desde ese ángulo, Felix se veía a si mismo de pequeño buscando un lugar a donde pertenecer, pero no pertenecía a nada, él solo era “bonito” pero no libre, no sabia si le gustaba Hyunjin, creció escuchando de todos que los perros solo son animales adictos a sexo, escuchó terribles historias de abusos por partes de estos a omegas, entonces, cuando vió a Hyunjin por vez primera, cuando el alfa entró en la clase con la cabeza baja sin siquiera mirarlo, sintió algo diferente a todo lo que le habían mostrado, entonces en el nació ese sentimiento llamado: Curiosidad.

Podía sentir la mirada de Hyunjin, siempre babeando por él, el chico lo evadía, no le tocaba, y si por error sus manos chocaban, siempre había un beta que los separaba, él era un jarrón de vidrio, Hyunjin era un trozo de mierda, dicho de la manera más burda, claro desde la perspectiva de todos, por que para Felix, el alfa era una mascota interesante con la que quería jugar.

Por eso no se negó cuando sus padres lo presentaron, le dió igual, sabía que aquello terminaría como con lo de Minho, pero jamás espero que en algún punto, deseara a Hyunjin.

Miró sus hombros desnudos, delgados, cubiertos de mordidas, su piel tersa color canela, las largas pestañas que caían en sus mejillas y pómulos marcados, sus gruesos labios que hacían una mueca de comer ahora que seguía dormido, su abdomen blando, sus caderas pequeñas y se obsesiono un poco con el poco vello que le cubría abajo.

El chico abrió los ojos y miró a su omega, sus ojeras y ojos rojos, recordó su llanto cada vez que el nudo se expandía en su interior, pero no podía evitar algo natural, aunque le doliera verle llorar, estaba agotado, no había comido bien en todos esos días, pero el hecho de que Felix acariciara su rostro, le daba la fuerza suficiente, había algo tibio en su interior, Hyunjin se preguntó si eso podía ser llamado amor.

—Perdóname, no quise lastimarte, perdóname por besar a Jeongin —murmuró con voz ronca.

—No lo menciones otra vez, es molesto, tampoco pidas perdón, te hice mío porque quise y por que me perteneces a mi no a Jeongin.

—Jeongin es lindo, es pequeño y delgado, tiene un bonito aroma a... —Hyunjin no terminó de hablar porque tenía a Felix sobre si besandole con fuerza.

—¿Estás celoso? —dijo Hyunjin y el omega abrió la boca.

—¿Desde cuándo te volviste tan astuto?, vuelve a ser el perro de siempre —dijo palmeando su pecho mientras reía.

—Tú me volviste así —dijo el alfa tirando de él para abrazarlo.

—Felix, ya no quiero darte mis cachorros, quiero criarlos contigo pero sin Jeongin, quiero ver a mis bebés y que me digan papá a mi.

Felix bajó la mirada, no había posibilidades de quedar preñado, no cuando él no estaba en celo, pero aún así tenía ilusión, pero las cosas no eran fáciles, no cuando aún tenía que explicarle a sus padres lo sucedido, no cuando ante la sociedad, los alfas eran tan discriminados, no cuando no sabía si lo amaba y quería tener una familia con él.

—Hyunjin, las cosas no son tan sencillas —vió el rostro del alfa deshacerse, sus ojos tristes que ya no le miraban.

Se bajó de su regazo y se metió a la ducha, tenía que afrontar las cosas, tenía que volver a la realidad, tenía que explicar a sus padres que había sucedido, pero antes de hacer nada, ya se encontraba vomitando en la taza del baño.

Se bajó de su regazo y se metió a la ducha, tenía que afrontar las cosas, tenía que volver a la realidad, tenía que explicar a sus padres que había sucedido, pero antes de hacer nada, ya se encontraba vomitando en la taza del baño

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𝑴𝒊 𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂 | 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒍𝒊𝒙 ⁽ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora