Capítulo 6

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Viernes 14, Octubre.

La noche se acercaba. Nueva York a esas horas era muy fría. Siete y cuarenta y ocho minutos. Justin Bieber secó el sudor de su frente. Había terminado con el último auto que le quedaba para, al fin, volver a casa. Deseaba una ducha y dormir hasta la tarde del otro día.
Con cuidado, guardó las herramientas en su lugar y colocó los coches en el pequeño garaje de al lado. Miro la hora en su reloj de mano. Faltaba poco para que sean las ocho, pero no regresaría a casa sin un buen trago.

- Bro, ¿Nos vemos en el Bar Estrel? - Dijo el ojimiel, contra el telefóno. Quería salir con su amigo y pasar el rato.

- Vale, pero la próxima vez que me llames bro te corto la polla chica que tienes. - Cortó la comunicación. Éste rió a carcajadas. Recordó aquél momento dónde bromeaban llamándose bro, como lo hacían la mayoría de los tíos.

Agarró su chaqueta marrón y un paquete de cigarrillos. Luego de cerrar el taller, encendió el cigarro y comenzó a fumar.

- ¡Increíble! - Gritaron en la ruta.

Justin paró sus pasos y le dio dos caladas, para luego tirar el cigarrillo. Se cubrió detrás de un tacho de basura.

- ¡Joder, joder! - Maldijo aquella voz. Éste, con curiosad, ojeó sin que lo vea, a la joven maldiciendo a su auto. Notaba perfectamente cómo salía humo del capó. Rápidamente salió de aquél estúpido lugar y se acercó.

- ¿Qué ha pasado? - Le dijo, mirando al auto y a ella. Más a ella.

- ¿Tú? ¿Qué haces aquí? - Preguntó ___________________. Completamente estupefacta. Lo que le faltaba.

- ¿Qué le ha pasado al auto?

- Veo que tú y tu amiguito no arreglaron bien mi coche. - Chilló frustrada, maldiciendo una y otra vez. Justin entre cerró los ojos. Ya tenía una idea de lo qie vendría ahora.

- ¿Has acelerado en la carretera? Déjame ver... - Se agachó para ver los neumáticos y notó un fina capa de grasa, de una frenada de golpe. Luego abrió el capó y notó la fuga de unos cables. - Juro haber arreglado esto. No se qué habrá pasado...

- ¡No! Me has jodido el auto, joder. Ahora llegaré tarde a una fiesta. - Notó como se agarraba del cuello y su sien preocupada. No había notado su vestimenta y lo increíblemente hermosa que se veía con ese vestido veige al cuerpo. Una delicia.

- Cálmate. No es mi culpa ¿vale? He hecho suficiente para arreglarlo y de la nada le ocurre esto. El lunes llévaselo a Dean que lo revise. - Optó él, mirándola. Y se odió por ello.

_______________ lo miró.

- ¿Piensas que regresaré el auto allí? - Preguntó más calmada, y por primera vez en la noche, lo observaba atentamente.

- Vale, con eso me dices mucho. - Sin más, Justin siguió su camino. Esa muchacha demostraba cero interés en él, y eso quería hacer él. Pero estaba consiente que esa mujer, en unas noches, le ofreció la mejor satisfacción que haya sentido jamás.
Suspiró. Le quería. De inmediato, cortó sus pasos y dio media vuelta, en su dirección. Observándola. Con suma decisión, se acercó. __________ se encontraba maldiciendo en sus adentros mientras intentaba comunicarse con alguien por teléfono. Cabe decir que le daba una increíble vista de su cu.lo.

La agarró de la cintura y la dio media vuelta. Sin quitarle la mirada. Ella casi tira el telefóno por la sorpresa y, la confusión. No dijo nada. Se dejó hacer.

- Dime algo - Comenzó a decir Justin. Tenía una pícara sonrisa en los labios. De triunfador. Siempre ponía aquella sonrisa cuando hacía una travesura, o simplemente cuando algo que estaba planeando, le salía de maravilla. - Maia. - Susurró despacio, humedeciéndose los labios. La pilló.

- Suéltame.

- Oh, vamos. Ya sé que eres tú, ¿y aún así quieres que te suelte? - Le agarró firme de la cadera. No la soltaría.

- ¿Disculpa? Creo que me confundes con alguien más. Ahora, por el amor de Dios, suéltame. - Le miró. Un duelo de miradas. Justin sonrió.

La sujetó del cuello y acercó su boca allí. Dándole besos húmedos. En ningún momento _________________ se quejó. Sabía que le gustaba, y no iba a detenerse. El asfalto a esas horas de la noche se encontraba completamente desierto. No era un barrio en movimiento, así que se le hacía más fácil la situación.

- Joder... Ya no seas una niña y confiesa que eres tú. La del teléfono. La que esta colada por mí. - Eso último le hizo dar una risa. _____________ gruñó y con las manos lo alejó de ella.

- Si vuelves a tocarme...

- ¿Qué harás? - Le interrumpió Justin. Este seguía sonriendo. Le encantaba jugar con ella. Su dura mirada. Aquellos labios que le tentaba besar. Y ni hablar de aquél cuerpo...

- Tengo que irme. - Dijo _________, desviando el tema. Se sentía pequeña. No quería seguir con aquello; la mejor solución era marcharse.

- Déjame follarte. - Le acercó nuevamente a él, a su cuerpo. La notó tensa, pero caliente. Estaba caliente y la deseaba con todas sus fuerzas.

Se humedeció los labios y la besó. Un beso corto, que luego duró más de parte de él. Tomándose todo el tiempo del mundo en aquellos labios pintados de Carmesí. En ciertos momentos, ____________ se quejó y forcejeó para zafarse de él, pero Justin la sujetaba fuerte. No iría a ninguna parte.

- Sube. - Susurró él, algo agitado. La situación lo agitaba. ______________ le mordió el labio y se agarró fuerte de su cuello, para posicionar ambas piernas en su costado. Subiéndose a el. Justin sujetó ambas piernas y la guió hacia el auto casi destruido. Como pudo, abrió la puerta del conductor y la dejó allí. Se subió arriba suyo, cerrando la puerta atrás suyo mientras la seguía besando. Saciándola con sólo un beso.

- Jus...Justin... - Susurró _____________ entre cortada. Este no le prestó atención y siguió en lo suyo, brindándole ahora, besos en el pecho. Por encima del vestido. - Justin detente. - Esta vez logró escuchar con claridad y detuvo sus besos.

- ¿Qué ocurre?

- Sal del auto.

- ¿Qué? - Justin bufó.

- Que te salgas. -____________ se limpió la boca y se acomodó el vestido mientras le miraba, esperando a que salga de una vez por todas.

- No saldré. - Dijo él, más seguro que nunca. Lo notó por la profundidad de sus palabras. De todas formas, tampoco quería que se vaya.

- Justin...

- Por Dios, ___________. ¿Desde cuanto eres tan reservada? Hemos fo.llado por teléfono más de dos veces y ahora que se da la oportunidad, te niegas. - Soltó él, frustrado. Tenía toda la razón, pero también debía entenderla a ella.

- Mira, no sabes las putas ganas que te tengo. Pero ahora tengo que irme y juntarme con unos amigos y...

- Desnudarte, sacar mi pe.ne y ponerme un jodido preservativo no me lleva ni un minuto. Y menos una fo.llada. - Le interrumpió él, con una media sonrisa. __________ soltó una carcajada.

- Estúpido.

- Hermosa, ábrete para mí.

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