𝟏𝟖

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ʚ♡ɞ

Llego a casa con una sonrisa. Johnny me ha invitado a su casa a jugar un poco, así que después de evaluar los grupos voy directo a su casa. Dejando todo el trabajo atrás.

—¡Pagué treinta mil won por ese timbre, Jaehyun! —grita Johnny cuando bajo al sótano.

—Sí, bueno, creo que gastaste treinta y tres wons a lo idiota —digo sentándome a un lado de él—. Nadie usa esa cosa.

—Doyoung lo hace —dice Taeyong, bajando con un smoothie en la mano.

Pongo los ojos en blanco e intento no irritarme al escuchar su nombre.

—O al menos eso hacía —dice Johnny—. Hace días que no viene, ¿Cierto Taeyong? — comenta, en lo que mataba a algunos peatones en el juego.

—¿Sabes algo, Jaehyunie? —pregunta Taeyong.

—Hm, no —me encojo de hombros—. Salió de los entrenamientos.

—¿Por qué? Es muy bueno —ríe Johnny.

—¿De qué hablas? —pregunto, conectando otro mando y comenzando a jugar.

—Él y yo a veces jugábamos en el patio —me dice—. Mierda él es bueno en básquet. Nos ganó a Taeyong y a mí en varios partidos.

—¿Qué? —no sé qué tan distraído ha estado, pero Doyoung apesta—. En clase juega peor que Taeyong.

—¡Hey! —dice ofendido.

—Lo siento —río mordiéndome la lengua.

—No creí que lo fuese a hacer —dice Johnny.

—Sí, hablando de, me debes cincuenta wons —dice Taeyong, dándole un ligero golpe en la espalda.

—¿De qué hablan? —pregunto matando a Johnny.

—¡Somos equipo, idiota!

—Ya, ya, perdón —río.

—Doyoung nos había contado que eras su entrenador, Taeyong le dijo que actuara como si no supiera jugar.

—¿Por qué demonios lo haría? —pregunto, dejando a un lado el mando.

—Joderte —dice Taeyong antes de que Johnny hable—. ¿Sirvió, Jaehyunie? —juguetea con mi cabello y alejo su mano de mi cabeza.

—¿De qué demonios hablas? —digo levantándome bruscamente.

—Sólo fue una broma.

—Sí, y en la escuela todos apestan. Necesito buenos jugadores... ¿Saben qué? —digo, dirigiéndome a las escaleras—. No les creo, no me importa. Doyoung es un inútil.

—¡Jaehyun! —grita Johnny.

—No, Johnny, no lo digo porque sea gay —aclaro, aunque miento ligeramente—. Es que el chico es extraño. Manipulador, enfermo y un traumado.

—¿Y dices que no es porque sea gay? —dice Taeyong, viéndome con disgusto.

—¿Sabes qué, Jaehyun? Ya es suficiente —dice Youngho, levantándose y acercándose a mí.

—Sí, lo es. El chico me está volviendo loco, y sí, en parte es porque es gay. Pero... no, Johnny, no entiendes.

—Será mejor que hablemos arriba.

—No, basta —dice Taeyong—. Johnny, sé que me quieres cuidar de sus comentarios. Pero si va a hacerlos, que lo haga enfrente de mí, si es tan hombre tendrá suficientes huevos.

—Tú no hables —lo señalo—. A ti te quiero, idiota.

—Que linda manera de decirlo —dice.

—Jaehyun, regresaste hace casi un mes y cada vez que vienes peleamos, siempre pasa lo mismo —habla firme, la vena en su cuello se marca.

—Sí, solo desde que Doyoung llegó.

—Y sólo porque tienes problemas con ello, de no ser así sería como en los viejos tiempos... ¿O me lo vas a negar?

—Sería mejor si el chico se fuera —comento.

—Jaehyun...

—Al menos no dijo que se muriera —dice Taeyong—. Cuando me lo dijiste a mí me dolió.

—Estaba ebrio, Tae —digo entre dientes.

—Los ebrios y los niños dicen la verdad, Jaehyunie —dice sabiamente y sonrío.

—Fue un accidente, yo te perdoné la vez que quisiste besarme, ¿Lo recuerdas?

Hace una cara de asco y asiente, tomando de su smoothie.

—Ni me lo recuerdes, estaba ebrio.

—"Los niños y los ebrios dicen la verdad" —imito su voz con burla.

—Me golpeaste la cara, estamos a mano.

Me encojo de hombros.

—Que raros son —comenta Johnny con su rostro lleno de confusión.

—No mentimos, Jae  —dice Taeyong—. Sólo fue una broma y Johnny no pensó que lo haría.

Asiento con mi cabeza y miro escaleras arriba.

—Tengo que tomar aire, ¿Bien?

—Pareces tener culpa —dice Johnny—. Estas más... pálido de lo normal.

—Estoy bien, hablamos luego. Adiós, chicos —hablo rápido y subo las escaleras.

Salgo de la puerta, intentando lo azotar la puerta pero escucho el portazo detrás de mí. Miro la casa de enfrente, donde Doyoung vive. Pero... no siento culpabilidad, solo cierto cosquilleo en el pecho. Es extraño porque me hace sentir culpable.

Cuando giro para ir a casa choco con alguien. Ni siquiera escuche sus pasos venir.

—Perdón —dice esa voz.

Chaehyun tiene los ojos rojos, la cara ligeramente hinchada y trae papel arrugado entre las manos.

—Y-Yo... perdón —se disculpa de nuevo, negando con la cabeza.

—¿Por qué estas aquí? —pregunto sintiendo un pinchazo en el pecho.

—Y-Yo... —señala la casa de Youngho y niega—. Su-Supuse que seguía viviendo aquí.

—Ah... —digo viendo la casa y luego la de Doyoung—. S-Si, pero... no es un buen momento.

—Creí que podíamos hablar... Taeyo-

—Sí, que Taeyong nos haya presentado no significa que sea nuestro psiquiatra —interrumpo algo molesto con ella y conmigo mismo.

Taeyong me la presentó una noche, lo agradezco mucho hasta el momento, aunque me duela.

𝐉𝐀𝐄𝐃𝐎 -𝐆𝐘𝐌Où les histoires vivent. Découvrez maintenant