η φωνή της μοίρας

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1. οι οπαδοί του πολέμου

La niña muda que atesoraba un gato de felpa siempre fue una incógnita para los anormales. Ninguno de ellos sabía la proveniencia de ella, su intención o su magia. Ni el mismo aquelarre que la acogió en su grupo lo conocía. Sólo cuidaban de ella.

— Koritsi es niña en griego, suena bien, ¿no creen?

— ¿Por qué en griego? 

— Ehm, ¿Oneira? Muchos términos mágicos están en griego.

— Si lo planteas así.

Mientras aquellas dos chicas conversaban y reían, se acercó la pelirroja a la pequeña niña. Estiró su mano hacia ella y le habló.

— Kori, bienvenida al aquelarre. 

Las felicitaciones comenzaron y la fiesta de bienvenida también. Aquel día se dictó que sería el cumpleaños de Koritsi.

— ¿Es él, destino?

Kori asintió, un movimiento de muñeca y el chico azabache frente a ellas fue atado por la magia de Göldin. Naoko, no del todo inútil, usó su propia magia para deshacer las ataduras de la rubia. El pasillo se convirtió en una arena de combate, escenario normal para los blancos.

— ¿Destino? ¿Qué mierda? Tu presentación es de todo menos agradable, señorita Göldin. 

— Ah, mis disculpas, pero la situación lo amerita. Adivinare, ¿había un demonio dentro de ti que se manifestó hace poco? 

Naoko se tensó más, aquella frase asustándolo. ¿Quién era ella, por qué sabia tanto de él y qué buscaba atacándolo?

— ¿Ir a la presa fácil?

— No eres una presa fácil si somos familia. 

La pelirroja dio un paso hacia delante y un caleidoscopio se abalanzó contra él. Las mariposas no eran enemigos fuertes, pero su número las favorecía. La invocadora seguía trayendo más mariposas mientras el instinto de Naoko actuaba con su cabeza hilando la historia que no conocía. 

La fuerza bruta del demonio que residía en el azabache era más fuerte que la magia de ambas chicas. Naoko recién descubría que podía, temporalmente, cambiar roles con el demonio cuando se sentía acorralado. Instinto de supervivencia, ¿no? Se sentía en el vacío de sus memorias, buscando ese recuerdo que le daba sentido a lo que decía la pelirroja. Estaba borroso, muy borroso.

— ¡¿Cómo siquiera es posible que sea tan fuerte en un par de días?!

Las voces de afuera retumbaban en el espacio de su consciencia. Podía tomarse un tiempo, pensar bien todo, y después seguir agarrándose a golpes. O mejor no, no sabía que tan peligrosos eran los demás... El vacío no parecía terminar, como el espacio en constante expansión.

— Algo falta, algo falta, algo falta...

La búsqueda sólo arrojo eso. Naoko se sentó en el... ¿suelo?, pensando en que se le había pasado. Su infancia, eh, seguramente la etapa más complicada tenía que ver. Estaba sumergiéndose en los pocos recuerdos de esos años cuando una fuerza abrumadora lo volvió al cuerpo y lo estampó contra una pared.

— El destino solía ser inevitable. Ya no más.

Koritsi abrió sus labios y volvió a estampar al azabache contra la pared. Un fino hilo de sangre se formó en la cabeza del chico cuando cayó al frío cemento del piso. Su cuerpo débil y oprimido por la magia de la niña. No mucho continuaría consciente, y antes del desmayo logró ver como finalmente el grupo lo ataba y se lo llevaba.

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⏰ Last updated: Dec 12, 2023 ⏰

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