Capítulo 3

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El cielo estaba repleto de grandes aves blancas, aunque tenían unas pequeñas particularidades: sus alas estaban por sus espaldas y se movían rápidamente por los cielos.

De vez en cuando, caían casi en picado hasta algún lago, y luego volvían a ascender con una jaula redonda llena de agua.

En algunos momentos, Nube de Helechos se quedaba fija mirando las aves.

—¿Qué creen que hacen? —le preguntó un aprendiz, apoyándose en el omóplato de la lugarteniente

Nube de Helechos fijó su mirada en él. Era un aprendiz del Clan Floreado. Ella lo estaba ayudando a caminar.
—No lo sé —replicó suavemente—. Pero creo que nos están ayudando.

«Quizá si nos están ayudando. El Clan de la Luna no puede ser tan malo con nosotros», suspiró para ella misma. Por dentro, esperaba que fuera verdad.

Dejó que el aprendiz apoyara más su peso en ella al notar que estaba tambaleándose.
—Ten cuidado —advirtió—, este lugar es resbaloso.

Estaban caminando, ella con el Clan Floreado y los otros tres guerreros del Clan del Alba, directo hacia el Clan de la Lluvia.
El Clan Floreado y el último mencionado, eran buenos aliados. Solían ayudarse cada vez que podían; sus líderes fueron buenos amigos.

Pero Nube de Helechos no sabía si Estrella de Arenisca os iba a dejar quedarse, total, era todo un clan, mas el Clan de la Lluvia.
Sacudió su cabeza, sacando esos pensamientos de esta.

«Estrella de Arenisca no puede ser tan mala», se tranquilizó. «De seguro que les dejan quedarse»

—Nube de Helechos —Volvió a hablar el aprendiz—, ¿es verdad que Estrella Torcida está muerto?

Nube de Helechos se quedó petrificada con tal pregunta. ¿Tan rápido se había extendido la noticia?
—Sí, es cierto —suspiró—. Murió protegiendo a un aprendiz... Yo misma lo ví.

El joven entornó sus ojos.
—¿Entonces eres la líder ahora?

Sintió una punzada desde lo más interno de ella.
Desde que era cachorrita, había deseado con convertirse en líder, y, aunque llevase una gran responsabilidad, sentía que estaba preparada para ello.

—No, aún no —respondió—. Debo ir a la Cascada Estelar.

El aprendiz se apoyó más contra ella.
—Hmmm... —maulló incómodo.

Nube de Helechos analizó al aprendiz; era lo suficientemente pequeño para poder cargarlo en su espalda.

Se agachó, mirando al aprendiz.
—Venga, sube —le animó—. Te llevaré por el resto del viaje en mi espalda. ¡No me mires así, sube!

Cuando el joven estuvo bien acomodado, reanudó su marcha. Una guerrera blanca los miro con una pequeña sonrisa en su rostro.

Al adentrarse en territorio enemigo, una patrulla del Clan de la Lluvia los enfrentó en poco tiempo.
—¿Que hace vuestro clan entero aquí, Estrella de Roble? —gruñó un macho azulado.

—Deja tus amenazas de lado, Garras de Río —lo tranquilizó el líder—. Nuestro clan ha estallado en llamas, y debemos hablar con Estrella de Arenisca.

El resto de la patrulla parecía tranquila, exepto el líder de esta.
—Que tú y Estrella de Arenisca seáis amigos, no significa que podéis venir cuando se os de la gana. Sigue siendo nuestro territorio.

El robusto gato movió su cola con impaciencia.
—Debo hablar con Estrella de Arenisca —repitió, con una voz más autoritaria—, queráis o no.

Una gata gris claro le dió un empujón amistoso.
—Venga, Garras de Río. Deja que vengan, no nos atacarán, ¡Estrella de Roble no sería capaz de eso!

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⏰ Son güncelleme: Aug 15, 2023 ⏰

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