Capítulo 11

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Riuko: Sí, puede que tengas razón

Alex: -estaba a nada de seguir la conversación hasta que grabó algo- Oye Riuko ¿Me esperarías aquí un momento? Recordé que dejé algo

Riuko: Que idiota –respondió con ironía- Adelante, puedo esperar, a esta altura no creo que los demonios puedan seguirnos o encontrarnos

Alex: Gracias –fue lo que dijo ignorando el sarcasmo de antes. Se apresuró en correr, como traía puesto un suéter, se coloca la capucha para que no lo reconozcan y su camino era hacia casa de Liss- (Tengo que darle esto a Liss... Antes de irme de este lugar, no puedo solo despedirme con palabras)

Liss: -se levanta de su lugar y va a su cuarto para cambiarse, se puso a buscar entre sus ropas algo cómodo- (Este vestido es incómodo) –mientras escogía, sus alas empiezan a aletear nuevamente- Este no es el momento ¡¡ ¡¡Ya basta!!! –gritó enojada-

Alex: -había estado corriendo con todas sus fuerzas para poder llegar rápido a la casa del ángel, trepó con cuidado y se paró en su balcón, había corrido con la suerte de que ella estaba allí y hablando con una voz agitada dijo- ¡¡ liss!!

Liss: -al escuchar esa voz tan conocida, volteó a ver con sorpresa- ¡¿Alex?! ¿Qué estás haciendo aquí?

Alex: Dame... Un momento –respondería de manera entrecortada, cuando recuperó el aliento solo se acercó al ángel y tomó sus manos, dejó en ella un collar que poseía una estrella color negra con detalles rojos, no era sombrío, de hecho era elegante- Quiero entregarte esto, un regalo antes de irme... El collar solía ser de mi hermana pero mejor quédatelo tú, angelito –le sonríe levemente para soltarle las manos- ¿Sabes dónde está Samara? Quiero darle las gracias antes de irme

Liss: Alex... -viendo el colar ya él al mismo tiempo, se acerca para abrazarlo con mucha suavidad- No quisiera que te fueras... -susurró, luego se alejó del abrazo resistiendo para no volver a soltar lágrimas al ser golpeada por la melancolía- Samara dijo que iría a caminar, dudo que se haya quedado aquí sí que debería ir al lago al que siempre va

Alex: -el susurro de Liss fue lo suficientemente audible para el oído del demonio, por lo que pudo responderle- Yo tampoco quisiera irme pero no puedo hacer nada, así evitaremos un problema mayor... -le respondió en forma de susurro para separarse del abrazo despues- Gracias por decirme

Liss: No hay de qué... Por curiosidad ¿Sobre qué exactamente quieres agradecerle? –Preguntó con duda-

Alex: Quiero agradecerle por haberme sanado las heridas hace un rato y... Agradecerle por haberme permitido acercarme un poco más a ti con toda esta situación. Nuevamente, gracias por decirme dónde está, angelito –se le acerca plantando un pequeño beso sobre la cabeza de Liss- Espero volverte a ver –le sonríe para alejarse de ella y bajar por el balcón, iba a dirigirse hacia el lago donde yacía Samara para después de poder irse-

Liss: -se había quedado sorprendida y paralizada en su lugar ante la acción del demonio, pero luego sonrió un poco para sí misma y vio el collar que tenía en sus manos, se lo colocó con delicadeza y lo acomodó- Espero que no le pase nada... -se sienta en una silla que estaba en su habitación y mientras tomaba ese collar entre sus manos solo esperaba- Solo falta esperar...

(...)

Samara: -la chica no había ido a la sala de entrenamiento que Liss le había comentado, prefirió mejor salir a caminar hacia el lago al que frecuentaba ir. Al estar allí se sentó frente a las aguas cristalinas y derramó lágrimas, el dolor de su corazón no se había cambiado-

Riuko: -la demonio estaba esperando a su compañero, no quería avanzar mucho, sin embargo, comenzó a sentir una punzada en su cabeza como si le doliese- Tsk... Espero se apresure, debemos irnos y alejarnos de todo esto... -hablaba, pero al parecer ese dolor de cabeza no era un común, sino que era una advertencia que su cuerpo le estaba enviando y como ella no reaccionó, sus poderes sí lo hicieron. La transportaron a un lado y esto solo molestó a la chica- Oh por favor, me alejé de mi camino, tengo que volver a ese lugar –gruñó furiosa-

Samara: -una voz había escuchado, eso la puso nerviosa, creyó que era otro demonio que quería lastimarla- ¿¡Quién anda ahí?!

Riuko: -ella estaba alerta, a tal punto que sus instintos actuaron primero y apareció una cadena con dagas en las puntas para poder defenderse-

Samara: -al acercarse para saber de quién o qué se capturaron, se encontró con alguien que la había salvado en más de una ocasión- Riuko... ¿Qué haces aquí?

Riuko: Con exactitud: No lo sé. Desde que estoy intentando irme mi poder se está volviendo loco por alguna razón y debo controlarlo mejor. Como sea ¿Por qué estás aquí, Sam? –Preguntó y fue cuando se fijó mejor en las mejillas de la contraria, habían rastros de lágrimas-

Samara: No es nada...

Riuko: Vamos, dime qué sucede. Yo veo cuando alguien esta cambiando y tu no estas bien

Samara: Es solo que... Yo estaba dispuesta a intentar algo con Neithan que era el ángel que perseguía hacerme sentir algo, pero... Él murió, antes de poder recuperar su cuerpo ya había desaparecido, no sé dónde esté su cuerpo y no puedo no hacerle una despedida digna...

Riuko: ¿Eso es lo que te atormenta? ¿Lo que perturba tu corazón? –Acerca su mano tocando el hombro de Samara con suavidad-

Samara: Sí... Nunca supe que sería tan difícil una pérdida. Además estoy confundida, Byron está enamorado de mí también pero... Él es un demonio y yo un ángel, sería un amor prohibido...

Riuko: Para un ángel, lo es, es difícil; igual para un demonio. Las cosas para todos nosotros no es nada fácil, somos enemigos a muerte pero nunca nadie te dijo que querrías a tu enemigo o lo amarías

Samara: Yo creo que tardé demasiado para estar lista para una relación y eso afectó todo...

Riuko: No lo creo, solo te tomaste tu tiempo, algo que no muchos hacen, Sam. –Quita la mano de su hombro para levantarse- Es hora de irme, ya no puedo quedarme más

Samara: Cierto que tienes que esconderte... Cuídate mucho, Riuko.

Riuko: Lo haré Sami, tú también cuídate –recoge sus cosas estando a punto de irse hasta que escuchó algo de entre los arbustos-

Alex: -llegando al lugar, se queda viendo a ambas chicas- Vaya, no creí que hubieras venido aquí, Riuko

Samara: Alex ¿Qué haces aquí?

Alex: Vine a despedirme ya darte las gracias. Cuídate, Samara.

Samara: Igual tú, espero verlos a ambos nuevamente

Riuko: Espero lo mismo, nos vemos. Tú y yo ¿Nos vamos?

Alex: Sí, ya el tiempo aquí se nos cumplió –se pone a su lado para ambos empezar a caminar junto a Riuko nuevamente hacia el sendero que habían tomado en un principio-

Y así, ambos demonios cruzaron el portal que los llevaría a la Tierra, Samara y Liss permanecieron en el reino de los ángeles y ahora tendrían que esperar para saber qué camino les esperaría de ahora en adelante.

Mientras tanto, en el palacio del Rey Demonio:

Kanela: -estando al frente del Rey Demonio, un ser gigantesco de aspecto anciano pero omnipotente y abismalmente poderoso, su tamaño era tal que hacía ver a Kanela como un microbio-

Rey de los Demonios: Entonces hazlo~

Kanela: Por supuesto -se va junto con el cuerpo de Neithan, estaba cargándolo sobre su hombro- Bien, bien. Veamos... Serás un buen demonio, pequeño ángel. Ya lo verás...

Fin de la temporada 1

La Guerra Santa || Ángeles y demonios ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora