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Mi tercer año a llegado, mi padre me a pedido que cuide a mi hermano menor y también que me deje de meter en problemas con los sangre traidora de los Weasley, dice que no merecen ni un poco de mis palabras, ni atención ni nada.

El año pasado fue un poco cansado y me divierte molestar a los Weasley, pero ahora me tengo que enfocar en mi hermano y mis calificaciones, también me a pedido alejarme de algunas de mis amigas, no se realmente por que, pero si lo dice mi padre lo tengo que cumplir.

Mamá me dijo que tenía que empezar a actuar como alguien de mi edad; han sacado de mi cuarto mis libros "infantiles" y juguetes, los han dejado en un lugar al que no podemos ir y han puesto libros sobre magia oscura, animales fantásticos, entre otros y artículos mágicos sumamente caros.

Durante las vacaciones antes de entrar a la escuela mi padre me puso a que le ayudara a organizar unos cuantos papeles, desde ese momento mis padres han puesto un horario bastante estricto para mis vacaciones, que van de, estudiar, practicas, clases particulares, papeleo, fiestas y más, muchas más cosas.

Los colores de mi habitación ya no son rojos ahora son verdes, no me desagrada, pero este cambio me a bajado el ánimo un poco, ¿así es como se siente crecer?, porque si es así ya no quiero, me niego, ¿esto también lo pasará mi hermano?, no quiero que pase por esto al igual que yo, se siente horrible, como si te arrancarán de un día a otro tu infancia y pidan que actúes como un adulto amargado ya.

No digo que mis padres sean malos, de hecho me dieron una de las mejores infancias con todo lo que quería, pero supongo que se preocupan por mí futuro, por eso los horarios y cambios tan drásticos.

Hace unas semanas regresamos a Howards y todo a sido un poco más problemático de lo normal y más por que Harry Potter esta en la escuela, como era de esperar se quedó en Gryffindor, lo que molestó demasiado a mi hermano, durante la ceremonia podía sentir algunas miradas sobre mi, bueno más que nada tres curiosas y desagradables miradas de ni nadie más ni nadie menos que mis queridisimos Percy, Freddie y George Weasley, los cuales al parecer hacían bromas mientras descaradamente veían hacia mi lugar; les deje de prestar atención en el momento en el que le tocó pasar a mi hermano.

Tan solo se sentó y el sombrero se quedó en su cabeza menos de un segundo grito que pertenecía a Slytherin, como todos en la familia; aplaudi mientras mi hermano venía hacia mi con una gran y hermosa sonrisa, se sentó aún lado mío mientras me contaba cada una de las cosas que pasaron con Potter y saludaba a los demás miembros de la mesa.

Yo solo me limite por abrazarlo por unos segundos y felicitarlo, para después seguir presentando atención al director.

-Emi, hermana, ¿porqué los Weasley te ven tanto y se ríen de ti?, ¿acaso quieren que le diga a papá?- Draco me miró enojado ante tales actos descarados de los Weasley.

-No Draco, déjalos, no merecen el tiempo de nuestro Padre- Le dije mientras no despegaba la mirada de mi plato.

-Sí, tienes razón no hagamos perder el tiempo a papá con esos imbéciles- Dijo con desdén mientras les dedicaba una mirada de rabia a los pelirojos.

-Draco lenguaje- Me miró haciendo un pequeño berrinche.

-Si si, perdón- Por fin dirigí mi mirada a la mesa de los Gryffindor para ahora solo ver a Freddie mirándome con cierta ¿preocupación?, pero después toco el brazo de su gemelo y empezaron hacer gestos ridículos.

No se en que momento de mi vida empecé a diferenciar a esos gemelos del diablo, pero maldigo ese maldito día.

Gracias a su queridicimo hermano se corría el rumor de que era adoptada ¿cómo podrían creer eso?, se que no me parezco del todo a mi familia, pero eso no les da derecho de opinar de mi.

Gracias a su queridicimo hermano se corría el rumor de que era adoptada ¿cómo podrían creer eso?, se que no me parezco del todo a mi familia, pero eso no les da derecho de opinar de mi

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