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Jimin mantenía la cabeza baja ante la brisa salada en el aire. La arena se adhería insistentemente a sus zapatos y ropa, traída por el viento fuerte tropical del estrecho de Bósforo.

Con cansancio dirige su vista a las bolsas negras grandes que sus hombres tiraban sin parar. Más huesos Yilmaz de los que tuvo que encargarse.

Encargarse de tales asuntos en la mañana lo irritaba horriblemente.

-Ömer, encárgate del resto -indica al hombre a su lado mientras tira su cigarro junto con una bolsa. El alfa a su lado asiente con una reverencia corta para dirigirse al frente del puerto.

Jimin dirige sus pasos hacia el Sedán negro alejado, recordándose que tenía que verificar el club principal de su familia esa noche. Chan se había ido antes del kis; ocupado con sus propios negocios en Inglaterra, se disculpó por su salida tan rápida, y lamentó que Jimin no tendría un compañero de copas esa noche.

-Amir, el señor Claire ha vuelto a llamar -informa Azra atrás de él, sería quien lo llevaría de vuelta a la compañía. Jimin detiene sus pasos en seco.

-¿Qué ha dicho?

-Exige una reunión pronta con usted.

El gama gruñe en molestia pesada. El anciano estaba siendo un problema en su suela, tarareando en sus pensamientos se detiene frente al pequeño puesto de flores en la costa mientras saca un paquete de pastillas de su abrigo cuando un mareo lo sacude por un segundo.

Los supresores para alfas no detenían un celo en los gamas como lo hacían con alfas promedios, pero servían para aliviar los síntomas predecesores. En esa época del año no tendría que tenerlo pero el celo agresivo que desencadenó el ataque había adelantado su ciclo. Tampoco negaba el celo pronto de JungKook como una causa, después de todo no sería un suceso clínico raro en personas enlazadas; sin embargo, la época de calor era en lo que menos quería pensar Jimin en ese momento.

Cada año lo había encontrado molesto, pero siempre tenía más de una opción para sobrepasarlo sin problemas; sin embargo, esta vez era diferente. Su alfa se agitaba con insistencia cada vez que el omega de ojos claros se clavaba en su mente, algo que parecía suceder con más frecuencia en los últimos días.

Pensamientos salvajes y poco propios dentro de él se contrarrestaban con la imagen de moretones y mordidas profundas frescas aún visibles en el castaño. No quería volver a perder el control.

Suspirando fuertemente apaga el sabor agrio de la medicina en su boca con el tabaco recién prendido en sus labios.

-Vuelve a dar una negación, dile que pronto iré a Canadá pero no le des una fecha exacta -responde el turco y Azra da una afirmación atrás de él.

Una anciana da unos pasos lentos hacia él, Azra se pone tenso y quiere adelantarse enfrente pero Jimin lo para en negación.

-Joven apuesto, ¿está buscando algo para su omega? -la mujer del local de flores se acerca mientras sostiene una rosa teñida de azul, ofreciéndole la flor con tanta insistencia, Jimin la toma rápidamente de las manos temblorosas-. Las rosas azules son perfectas en estos días.

Jimin observa el tono pastel pintado en la rosa, recuerda ver un libro en la biblioteca familiar que hablaba sobre el significado de las flores, lo había ojeado rápidamente, puesto que estaba en la sección que sus tutores consideraban no necesarios para su formación.

La rosa azul había captado su atención en el momento, y entre tantos significados aún no comprensibles para su edad estaba seguro que la esperanza y el perdón estaba entre ellos.

JungKook da una vuelta o dos alrededor de la oficina, su trabajo se vuelve ameno mientras escucha a HoSeok y Taehyung, quien lo escoltó a la compañía, tras la puerta, la indignación del alfa asiático por un suceso de la noche anterior de la que JungKook no tenía idea lo divertía en demasía, sus expresiones eran hilarantes. Escuchó la risa contagiosa de HoSeok y sonrió para sí mismo.
Estuvieron un buen rato en brazos del otro, JungKook sentía que HoSeok necesita eso más de lo que decía. Su preocupación por el brasileño aumentó cuando se percató que estaba temblando, HoSeok lo tranquilizó y le sonrió como siempre lo hacía; sin embargo, la sonrisa perlada que siempre adornaba la expresión del alfa no llegaba por completo a la forma usual, el matiz triste estaba en los ojos esmeraldas y un olor agrio lo recorría delicadamente.

Mafia roja༄JIKOOK | AdapWhere stories live. Discover now