Cuando los ojos de Mingyu finalmente se abrieron a las ocho de la mañana siguiente fue debido al sonido de cacerolas y sartenes chocando en la cocina. Se había quedado dormido. Si quería abrir la tienda a tiempo, necesitaría apurarse, y omitir su acostumbrado café de Morning Glory.
Excepto, que no necesitaba ir a la panadería con la esperanza de echarle un vistazo a Wonwoo. El hombre estaba seguro bajo su techo. No un hombre, Mingyu se recordó a sí mismo mientras se levantaba y se deslizaba en el baño, un conejo shifter.
Un valiente y sexy shifter conejo que había aparecido en cada uno de sus sueños. Su polla se empalmó y cambió la ducha a una fría. Dos minutos bajo el agua congelada y recuperó el control de su cuerpo. Se había vestido, tomado la pistola cargada de su mesita de noche, y bajo las escaleras para verificar a su huésped.
Wonwoo estaba en la cocina. Había encontrado un par de viejos pantalones de chándal de Joshua en algún lugar y una camiseta prestada se ceñía a sus hombros. Sus pies estaban desnudos y su suave cabello castaño, del mismo color que las manchas en la cabeza del conejo, había sido echado hacia a un lado.
Mingyu tomó una profunda respiración y...
—Cebollas salteadas. —identificó el aroma en el aire. —Patatas dulces, pimientos rojos y… ¿tomates?
—Tortillas veganas—Wonwoo miró sobre sus hombros antes de regresar su atención a la estufa. —Van a estar deliciosas.
—¿Sin salchicha? —Mingyu se dio una patada mental. Por supuesto, sin salchicha. —Los conejos son vegetarianos
—Pero las personas no lo son… no siempre. ¿Crees que tu mamá me dejaría ir sin comer algo de pavo durante Acción de Gracias? Tuve segundos. Encontré tercios de relleno de salchicha. Simplemente no vi carne en el congelador.
Mingyu resopló. —No es lo suficientemente grande. Toda la carne está en el congelador del sótano. Tengo venado, cerdo, co…—Forzó una tos, su rostro volviéndose de un rojo brillante mientras intentaba esconder lo que estuvo a punto de decir.
—Sé que comes conejo, —Wonwoo dijo.
—Conejos reales…—su estómago se revolvió. —No shifter.
—Uh—huh, probablemente.
—También tengo pato, —Mingyu se apuró en decir, desesperado por cambiar de tema.
—¡Como pato! Y animales de granja. Simplemente trato de evitar los mamíferos salvajes.
Mamíferos. La sinapsis se disparó en el cerebro de Mingyu. Su pequeño hermano de once años todo el tiempo avergonzado cuando su padre los llevaba a cazar venado. Hasta entonces Joshua había estado tan emocionado por cazar como el resto de la familia, pero después de ese verano solo había ido por patos o gansos.
Eso debe haber sido más o menos al mismo tiempo que descubrió que su mejor amigo podía cambiar, lo cual quería decir que había estado manteniendo el secreto de Wonwoo por casi una docena de años. Él no había podido disparar a ningún mamífero desde entonces.
A excepción del lobo.
Mingyu tragó duro. —Ese fue un lobo, ¿recuerdas? ¿Quizás hace seis años? Estábamos cazando y un lobo atacó a Joshua—La cosa estaba tan malditamente enojada, tan decidido. —¿Sería un shifter lobo?
—No… No lo creo—Wonwoo frunció el ceño. —Joshua me lo habría dicho.
—Tal vez—O quizás Joshua se imaginó que sería mejor que su amigo no se enterase, especialmente si los shifters lobo tenían un problema con los shifters conejo. Mingyu hizo una nota mental para llamar a su hermano tan pronto como fuese posible. Era tiempo que Joshua se involucrase en la situación.
