❝ A veces escucho susurros en mi mente, preguntando si estoy segura, y aunque nunca lo he hecho. Solo puedo pensar en ambos en un recuerdo agradable ❞
Donde Javier Peña, luego de actuar a espaldas de la DEA, en conjunto con su compañero Steve Murphy...
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𝑯𝑬𝑹𝑬; JAVIER PEÑA CAPÍTULO 06. LOS CHISMES DE STEVE.
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━━━━━ LA TENSIÓN SE PODÍA SENTIR en el ambiente. Luego de tal revelación, la histeria cubrió el cuerpo de César Gaviria, sin poder creer cómo su hija, había terminado en tan complicada situación.
— Solo dime quién es, Luz — imploró su padre, justo al borde del colapso. La pelinegra lo miró confundida mientras tomaba de su desayuno.
— ¡Papá, basta! No estoy embarazada — comentó con las mejillas enrojecidas — Te lo juro...
Su padre suspiró pesadamente antes de dejar de insistir.
— Preferiría que asistas a esos estudios, por favor, Luz. Recuerda que es hoy — Esta asintió antes de concentrarse en sus alimentos y ver a su padre dirigirse a su despacho.
Había pasado un día desde tal acontecimiento, uno, donde su padre y madre hostigan, a tal punto de preferir encerrarse en su habitación, a pesar de que, esta constantemente aseguraba que estabas equivocados.
Con pesar, se levantó de su asiento, sintiendo un leve mareo, imperceptible para algunos, pero no para Javier.
— ¿Se encuentra bien, señorita Gaviria? — esta asintió lentamente, antes de abrir los ojos, topándose con un pelinegro, sumamente preocupado — Creo que es hora de que vayamos al hospital.
Por primera vez, Luz no protestó, simplemente asintió antes de caminar, apoyándose en el cuerpo de Javier. Steve, quien, acababa de cruzar el umbral de la puerta, miró en silencio, pero confundido, aquella escena.
— Vamos — comentó derrotado, antes de ayudarlos.
Durante el viaje, ninguno dijo palabra alguna. Steve manejaba mientras Javier velaba por la seguridad de Luz, en el asiento trasero.
— Ya me siento mejor, gracias — comentó Luz con una leve sonrisa, a lo cual, el pelinegro respiró aliviado. El rubio, simplemente se limitaba a mirar aquel momento, a través del retrovisor.
Luz no podía evitar sentirse nerviosa, la idea de un embarazo, le resultaba tonto; y la reacción de su padre, sin duda, descabellada. Los minutos pasaban, el tráfico volvía más complicado llegar a su destino, algo que sin pensar, ocasionaba un malestar en su estómago mientras sus piernas temblaban por el nerviosismo. Aquello, no pasó desapercibido por Javier, por lo que, en un movimiento atrevido, tomó su mano en señal de apoyo. Tal acto logró sobresaltar a la chica, quién de manera instantánea miró al pelinegro mientras una sonrisa aparecía en su rostro. No hacían falta las palabras, la expresión sincera de este decía lo necesario.
