❝ A veces escucho susurros en mi mente, preguntando si estoy segura, y aunque nunca lo he hecho. Solo puedo pensar en ambos en un recuerdo agradable ❞
Donde Javier Peña, luego de actuar a espaldas de la DEA, en conjunto con su compañero Steve Murphy...
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𝑯𝑬𝑹𝑬; JAVIER PEÑA CAPÍTULO 09. LOS RESULTADOS
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━━━━━ CÉSAR GAVIRIA SE ENCONTRABA eufórico por no decir que estaba al borde del colapso. Luz y los dos agentes habían salido seis horas antes, con la única indicación de que la menor, solo iría por sus resultados y volvería a casa, indicación que no siguió.
Las puertas se abrieron a la par, revelando a las tres personas caminar por el largo pasillo. Su padre soltó un suspiro, aliviado de mirarla en buen estado, impulsivamente corrió hacia su hija, envolviéndola en sus brazos, logrando consigo que los dos agentes se detuvieran.
— ¿Me puedes explicar dónde estabas? — reprochó.
Luz lo miró confundida.
— Estaba muy preocupado por ti, Peña, Murphy, tenían una indicación — reprendió. Sin embargo, Luz intervino.
— Estuvimos en la cafetería. Sé que querías que estuviéramos aquí pero, no podía no abrir. En dado caso, el regaño solo debe ser para mí.
Javier y Steve se dieron una mirada rápida ante el comentario de la pelinegra. Sin perder el tiempo, entregó el sobre a su padre.
— ¿Lo has leído? — la chica negó mientras lo miraba pacíficamente. Su padre asintió — llamaré al médico para que lo revise, por favor, no quiero que salgas hasta que nos diga qué sucede. Te avisaré para bajes.
Luz asintió, sin muchos ánimos. Antes de dirigirse a su habitación. Esta pudo notar a Eduardo en la oficina de su padre, el ojiverde la miró por unos segundos antes de desviar la mirada, nuevamente.
— Javier — llamó al pelinegro — ¿Podría acompañarme a mi habitación, por favor?.
Peña miró a su compañero antes de asentir y seguirla. Manteniendo a la incógnita el por qué de su petición. Podía notar el ambiente extraño, Luz ya no poseía esa vibra caprichosa y en sus ojos se podía distinguir el temor y nerviosismo. Sin mucho tiempo de espera, invitó al hombre a pasar. Sintiéndose extraño de volver a pisar aquella habitación, luego de aquel suceso.
Esta señaló la silla para que Javier se sentara pero este se negó, sin embargo, su mirada suplicante hizo que accediera.
— ¿Qué necesita de mí...? — preguntó abruptamente, ocasionando que el pelinegro frunciera el ceño — ¿Para no decirle a mi padre lo que vio?.
Escuchar de sus labios, aquella pregunta hizo que la mirara con detenimiento. Pudiendo distinguir la aflicción en aquella combinación de verde y café en sus ojos.
