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No quiero que hables más con Charles, ______-, dice Georg con una expresión tensa en su rostro.

Mis ojos se entrecierran en respuesta.

—¿En serio, Georg? ¿Otra vez con esto? No puedo creer que sigas siendo tan posesivo.

Él se cruza de brazos, mirándome fijamente.

—No es ser posesivo, es que no confío en él. No quiero que sigas teniendo contacto con tu ex.

Estoy al borde de la exasperación.

—Charles y yo somos amigos, Georg.

Él aprieta los puños, la tensión en la habitación se vuelve palpable.

—No es solo por mí, es por nosotros y por el bebé. No quiero que haya ningún malentendido.

Sus palabras me enfurecen aún más.

—¡Oh, claro! Como si no pudiera tener amigos hombres sin que pienses que algo más está pasando. ¿Acaso no confías en mí?"

La furia brilla en sus ojos mientras se acerca a mí.

—No es cuestión de confiar en ti, _______. Es cuestión de saber qué tipo de juego puede estar jugando Charles.

Estoy al límite de mi paciencia.

—No puedo creer que estés tan celoso incluso de alguien con quien ya no tengo una relación romántica. ¡Esto es ridículo!

_No quiero que sigas hablando con Charles, ______-, dice Georg con una expresión dura en su rostro.

Mis ojos se entrecierran mientras lo miro.

—No puedo creer que sigas con esta obsesión, Georg. Yo confié en ti cuando Tom me envió esa foto.

Él frunce el ceño, listo para discutir, pero de repente siento una sensación extraña en mi vientre. Una pequeña patada, como si el bebé estuviera diciendo "oye, mamá, aquí estoy". Mi sorpresa me detiene por un momento, y luego una sonrisa se dibuja en mi rostro.

—¿______? ¿Estás bien?-pregunta Georg, notando el cambio en mi expresión.

Toco mi vientre con ternura, sintiendo una mezcla de emoción y alegría.

—Georg, el bebé está... se está moviendo.

Sus ojos se ensanchan mientras extiende su mano hacia mi vientre, tocándolo con cuidado.

—¿En serio?

Asiento con una sonrisa radiante.

—Sí, sí, mira.- Pongo su mano en el lugar correcto y, como si el bebé supiera que estamos hablando de él, se mueve de nuevo, una sensación suave y reconfortante

La atmósfera ha cambiado por completo. Ya no hay gritos ni acusaciones en el aire, solo un silencio tranquilo y el suave murmullo de mi bebé en movimiento. Georg sigue tocando mi vientre con ternura y asombro, y sus ojos están llenos de lágrimas.

—_____, lo siento mucho- susurra Georg con voz temblorosa, sin apartar la mirada de mi vientre.

Me siento conmovida por su reacción. No esperaba que se disculpara de esta manera, y sus lágrimas me dicen que lo dice con sinceridad. Coloco mi mano sobre la suya y le sonrío suavemente.

—Georg, está bien. Entiendo por qué te sentiste así-, le digo con calma. -Lo importante es que estamos aquí juntos ahora y que sabemos que este bebé es tuyo

Georg asiente, aún emocionado.

—Pero nunca debí dudarlo, ______. Fui tan estúpido y celoso.

Georg me mira con una intensidad ardiente en sus ojos, y siento cómo su beso se vuelve más apasionado. Sus labios se mueven contra los míos con urgencia, y su mano se desliza desde mi vientre hasta mi cintura, apretándome contra él.

—Prométeme, Hanna- murmura entre besos, su voz ronca y cargada de deseo. -Prométeme que no lo verás-

Mis pensamientos se vuelven borrosos mientras sus labios recorren mi cuello, dejando un rastro de sensaciones eléctricas en su camino. Mi respiración se acelera, y las palabras salen con dificultad.

—Georg... espera- digo entre susurros, tratando de concentrarme mientras su cercanía y su deseo me hacen perder el control.

Pero él no se detiene. Su mano sube por mi espalda, y puedo sentir el calor de su piel a través de la tela. Sus labios vuelven a los míos con fervor, y su beso se vuelve más insaciable, más intenso. Me rodea con sus brazos, apretándome contra él mientras su lengua explora mi boca con pasión.

—Prométeme, ______-insiste de nuevo, su aliento cálido y agitado chocando contra mi piel.

Su urgencia me hace sentir como si estuviera en un torbellino de emociones y sensaciones. Mi mente lucha por mantener el enfoque, por recordar la conversación que estábamos teniendo. Pero en este momento, todo parece difuminarse ante la fogosidad de su abrazo y la intensidad de su deseo.

Finalmente, logro apartarme un poco, lo suficiente como para mirar sus ojos oscuros llenos de pasión.

—Georg, sí, te prometo que no lo veré

Nuestros labios apenas se separan cuando Georg murmura contra mi boca, su voz llena de urgencia,

—______, necesito que te cases conmigo. Lo antes posible."

Me quedo un poco sorprendida por su declaración tan repentina, pero la intensidad en su mirada y el tono apasionado de su voz hacen que mi corazón lata aún más rápido.

—¿Casarnos?-, repito, sintiendo un nudo en la garganta mientras me pierdo en sus ojos. -Georg, ¿estás seguro?

Él asiente con firmeza, su mano acariciando mi mejilla con ternura.

—Sí, ______. No quiero esperar más. Quiero que seamos una familia, oficialmente.

Mis mejillas se calientan ante sus palabras y su mirada cargada de deseo. La intensidad de su mirada me hace sentir vulnerable y amada al mismo tiempo.

-Georg...-mi voz tiembla un poco, pero la determinación en su expresión me tranquiliza. -Sí, me casaré contigo. Quiero ser tu esposa.

Su sonrisa es radiante y sus labios vuelven a los míos con fervor. El beso es ardiente y apasionado, lleno de promesas y emociones intensas. Sus manos recorren mi espalda y su abrazo se vuelve más firme, como si quisiera fusionarse conmigo.

—Te amo, _____-, susurra entre besos, su voz ronca y cargada de deseo. -Eres todo para mí-

-Y yo también te amo, Georg-
Con una sonrisa traviesa, Georg pregunta: -¿Dónde está Lili?-

Le respondo con una risita:

—Está en la escuela, ¿por qué?"

Su sonrisa se ensancha y antes de que me dé cuenta, me ha levantado en sus fuertes brazos y me coloca con delicadeza sobre la mesa de la cocina. Nuestros labios se encuentran en un beso apasionado, y siento cómo mi corazón late rápidamente en mi pecho.

—Wow, alguien está de buen humor- bromeo mientras nuestras bocas se separan por un momento.

Georg ríe suavemente.

—No puedo evitarlo, ______. Estoy feliz."

Las mariposas revolotean en mi estómago mientras sus labios vuelven a encontrarse con los míos. La pasión entre nosotros es palpable, y mis manos encuentran su cabello, aferrándose suavemente mientras nos besamos.

Entre sus besos, murmuro

—Cuidado con el bebé, Georg.

Él se detiene, mirándome con ternura y preocupación en sus ojos.

—Tienes razón, no deberíamos arriesgarnos...

Le doy una sonrisa cómplice y le acaricio el rostro.

—No te preocupes, todavía tenemos mucho tiempo para besarnos.

Georg asiente y se inclina para besarme suavemente en los labios una vez más.

—Tienes razón, futura señora listing ...

Lágrimas de Lili - Tom Kaulitz-+18Where stories live. Discover now